Emilio Lara, el canterano del América que pasó de joven prodigio a promesa fallida

Emilio Lara en un partido entre América y León en abril pasado. (Mauricio Salas/Jam Media/Getty Images)
Emilio Lara en un partido entre América y León en abril pasado. (Mauricio Salas/Jam Media/Getty Images)

Emilio Lara irrumpió en el futbol mexicano con una luz que le indicaba como un elegido. Con 19 años, se presentó en la Primera División. El América lo había formado con paciencia. Fue finalista en la Copa del Mundo sub-17. Sus primeros meses en el equipo principal de Las Águilas elevaron las expectativas de manera radical. Para el segundo semestre de 2022, Lara se hizo de un lugar en el once titular y todo le llegó muy rápido.

Gerardo Martino lo convocó a la Selección Mexicana para un amistoso contra Paraguay en agosto de aquel año. Válido para jugar como central o lateral, el ascenso de Lara se sustentaba en la aparente solidez que mostraba en la Liga MX y en una exitosa minigira con el América en Estados Unidos, en la que enfrentó a clubes europeos de primer orden como Real Madrid y Manchester City. De un día a otro, su nombre estaba en todos lados y no había forma de contener el futuro: tenía que irse a Europa; en una de esas, hasta terminaba por ir al Mundial.

Pero las Semifinales del Apertura 2022 truncaron ese camino. Lara se equivocó ante Toluca en el partido de ida, el cual condenó al América, pues sin ese gol en contra habrían accedido a la final. Y montó un penoso espectáculo tras perder. Lara empezó entonces a experimentar un bajón de rendimiento que llevó a todos a hacerse una pregunta: ¿cómo era posible que hace unos meses jugara tan bien? Su nombre se borró del equipo y no había vuelta atrás. Desde entonces, Emilio Lara no ha terminado de tocar fondo.

El partido contra el Real Estelí lo volvió a exhibir. Primero fue una mano dentro del área que le costó el primer gol en contra al equipo de André Jardine. Y Byron Bonilla le puso sal a la herida con un panenkazo que, seguramente, no olvidará nunca. Pero Lara tenía todavía más. El partido fue un concierto de fallas del América en ataque, escenario raro en un equipo que ha hecho de la efectividad su mantra. Los goles no cayeron y, en defensa, Lara tenía reservado otro fallo para ampliar la ventaja el club nicaragüense.

 

Absorbido totalmente por la duda, Lara perdió de vista a su marca en un tiro de esquina que se pagó con el gol de Marvin Fletes. Finalmente Julián Quiñones descontó para el América. Un 1-2 en contra no es nada del otro mundo y la vuelta en el Azteca los seguirá teniendo como favoritos para avanzar a los Octavos de Final, pero el golpe que se han llevado en este partido duele de manera especial. No sólo por la derrota, sino porque termina de confirmar el fracaso del principal proyecto de la cantera azulcrema en los últimos años.

Ya el fin de semana, cuando jugó de titular ante Rayados de Monterrey, Lara obsequió el gol que le dio el empate a los regiomontanos. Su juego, desde hace tiempo, se caracteriza por ser descuidado, desorganizado y con tendencia plena a los fallos clave: en zonas y momentos importantes —y así le alcanzó para ser Novato del Año en 2023—. Próximo a cumplir los 22 años, en mayo, Lara no ha salido del momento de crisis en que lo sumió aquella Semifinal ante Toluca.

Sus oportunidades se explican por la rotación que da Jardine al plantel y porque todavía es joven. Pero ya nadie cree que su techo sea tan alto como apuntaba hace menos de dos años. Su presencia en el campo implica un riesgo alto de recibir gol por el simple hecho de que Lara no ofrece garantías ni siquiera cuando está jugando bien. Así fue el sábado pasado, cuando por momentos se acordó de su mejor versión y luego volvió a demostrar por qué la categoría de promesa fallida le ajusta cada vez más.

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