Elly de la Cruz es especial, un monstruo. Los Marlins vuelven a ser víctimas del jugador dominicano en Miami

Quien ve jugar a estos Rojos y no ha visto la tabla de posiciones se sorprendería al descubrirlos en el último puesto de su división.

Con una verdadera estrella como Elly de la Cruz, el futuro de Cincinnati debería ser más brillante que el de Miami, al menos sobre el papel.

Ya quisieran los Marlins tener un pelotero de su calibre que una vez más lideró la ofensiva de su equipo para vencer el martes por la noche 8-2, tras conectar dos sencillos, dos dobles y remolcar dos carreras, además de llegar a 58 bases robadas en la contienda.

“Elly es un jugado especial’’, reconoció el manager Skip Schumaker.

“Me recuerda mucho a [Fernando] Tatis en sus primeros dos años. El tamaño, la fuerza, la velocidad. Es un salvaje. El juego se hace más lento para él. Le puedes tirar lo que quieras y lo batea duro. Tenemos que encontrar una manera diferente de atacarlo. Lo hemos tratado, pero sigue bateando’’.

Quizás de lo único que puedan alardear en estos días los peces es de un Xavier Edwards que pegó sencillo en su primer turno para llegar a 23 juegos consecutivos embasándose, igualado con Alec Bohm con la racha activa más larga en todas las Grandes Ligas.

Fuera de eso, este equipo pareciera compuesto por una ralea de peloteros que van y vienen sin saber cuál es el fin real de su travesía, cada día con un nombre diferentes entrando o saliendo del dugout, sin apenas dar tiempo a que uno se vaya acostumbrando a sus caras.

Un nombre que debiera quedarse es el de Max Meyer, quien lució muy bien en sus primeras aperturas de temporada antes de que fuera enviado a las Ligas Menores para consumir tiempo antes de que el equipo tuviera otra temporada de control, pero que ahora se le ven ciertas costuras.

Si en sus primeras salidas apenas permitía una o dos anotaciones, en la previa ya le hicieron tres y en esta cargó con seis carreras en apenas cuatro episodios donde le conectaron con fuerza, incluso en muchos batazos que fueron capturados de línea.

“Su dominio de los lanzamientos no estaba ahí’’, agregó Schumaker.

“Eso se podía ver desde el principio. Tuvo demasiados conteos de tres bolas. Tres boletos, un pelotazo. Eso no es común en él. Su slider no era el mismo, su cambio no hacía fallar a los bateadores. Fue una salida difícil. Es un joven lanzador y tendrá algunas así’’.

Miami le fabricó dos anotaciones al abridor Nick Lodolo con un sencillo de uno de los “nuevos’‘, Derek Hil, en la cuarta entrada, pero esta ofensiva que inexplicablemente ganara dos de tres juegos en Atlanta hace unos días, se vio ahora como un amasijo de piezas inconexas.

De la Cruz, por su parte, continuó su paso tórrido en el sur de la Florida porque si el lunes había pegado dos dobles y dos jonrones con dos remolcadas y tres impulsadas, ahora volvió a ser el hombre grande los Rojos ante un Mayer que deberá hacer ajustes para sobrevivir en esta jungla.