Elecciones en Italia: el voto de los indecisos, los jóvenes y la abstención, las grandes incógnitas

El líder de la Lega, Matteo Salvini; el líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, y la líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni durante un mitin conjunto en la Piazza del Popolo en Roma, antes de las elecciones generales del 25 de septiembre.
El líder de la Lega, Matteo Salvini; el líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, y la líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni durante un mitin conjunto en la Piazza del Popolo en Roma, antes de las elecciones generales del 25 de septiembre. - Créditos: @ALBERTO PIZZOLI

ROMA.- Cuando faltan dos días para las elecciones legislativas en Italia, que podrían representar un terremoto para toda Europa con una victoria de la derecha populista y soberanista, los principales candidatos estaban a la caza del voto de los indecisos, estimados en un 40% y cruciales para determinar la suerte del futuro gobierno.

Como por primera vez votarán por el Senado y no solo por diputados también los jóvenes que cumplieron 18 años –una novedad, ya que hasta ahora sólo podían hacerlo a los 25–, tanto la gran favorita, Giorgia Meloni, del partido posfascista Hermanos de Italia, como su rival de una alianza de centroizquierda, Enrico Letta y los demás contendientes, apuntaban justamente a conquistar ese electorado.

Así, más allá de la recesión en puerta, en el rush final llovían promesas de todo tipo.

Letta, que cerró este viernes su campaña electoral en la Piazza del Popolo en Roma, el mismo lugar emblemático elegido en la víspera por su adversaria -pero con menos gente-, prometió “una dote” de 10.000 euros a los jóvenes de 18 años de familias sin recursos. Además, un salario mínimo y menos impuestos al trabajo y a los que menos tienen.

Por su parte, Matteo Salvini, de la derechista Liga y socio de Meloni, prometió abolir el impuesto público obligatorio para financiar a la RAI, la televisión pública estatal. El expremier Silvio Berlusconi, de 85 años y también aliado en esa coalición, aseguró un aumento de la jubilación a un mínimo de 1000 euros para “madres y abuelas”.

Para conquistar esos cuatro millones de nuevos electores jóvenes, el Cavaliere incluso desembarcó en TikTok. Con su conocido histrionismo y dotes de showman, el también llamado “Berlusca” cosechó millones de likes al intentar capturar su atención con tonos de voz divertidos y chistes.

“Les habló a ustedes, mayores de 18 años, no para que me presenten a su novia, no –advirtió, jugando con su pasado de fiestas bunga bunga y noviecitas–, sino para pedirles que vayan a votar el 25 de septiembre y para que voten por mí”, pidió el magnate la semana pasada.

Lo más preocupante para muchos de estas elecciones anticipadas –fruto de la inesperada caída del gobierno de Mario Draghi el 21 de julio pasado– es el fantasma de la abstención, que podría alcanzar a un tercio de un electorado de casi 50 millones de personas (seis millones, en el exterior).

“Por primera vez en mi vida no voy a ir a votar”, aseguró a LA NACION Raffaella Valloni, romana de 56 años que trabaja en turismo y parte del ejército de los que no irán a las urnas. “Es un circo, creo que la política no existe más, está muerta, es un espectáculo y que a los políticos sólo les interesa el rating, los likes y los followers. No son concretos, ni confiables”, denunció, indignada.

También hubo una movilización en las redes sociales de varios famosos que, a coro, lanzaron llamados para ir a votar, más allá del escepticismo y decepción generalizados ante una dirigencia política muy criticada y considerada alejada de la realidad. “Hagan oír su voz, vayan a votar para decidir si Italia tiene que seguir adelante”, pidió en Instagram la famosa influencer, Chiara Ferragni, que tiene más de 27 millones de followers. “Estas elecciones son importantísimas para nuestro país, vayan a votar para proteger nuestros derechos adquiridos pensando al progreso y con una mirada al futuro”, posteó, por su parte, la estilista Donatella Versace.

Marina Dolce, ítalo-argentina residente en Spoleto, en el centro de Italia, desde hace 20 años, madre de dos hijos ya grandes, se incluía en ese 30-40 % de indecisos-desencantados. “La verdad, en un primer momento no iba a ir a votar porque no me siento representada por ninguno de los candidatos ni de los partidos”, confesó a LA NACION.

“Después, recapacité y pensé que tengo que ir a votar, tratando de que no sea en blanco, pero la verdad es que es muy difícil. No quiero darle el voto al PD, que sería más bien mi voto, porque me decepcionó y porque tampoco hizo propuestas interesantes, sino que sólo salió a azuzar el miedo al fascismo”, comentó esta abogada de 57 años, que da clases de castellano y organiza viajes exclusivos.

“Si la derecha está tan fuerte es también debido a la debilidad de la centroizquierda que no escucha a la gente. Yo vivo en Umbria que tradicionalmente era una zona rossa , antes comunista y después del PD y hoy en día acá gana la derecha, algo gravísimo”, agregó, al revelar que aún está pensando si darle el voto al Movimiento Cinco Estrellas (M5E) del expremier Giuseppe Conte o al partido Más Europa de la veterana política y ex comisaria europea, Emma Bonino.

Su marido, Marco Picconi, estaba en la misma, aunque ya había decidido. “Voy a votar por descarte, no por convicción y cuando votás por descarte, siempre estás un poco indeciso”, dijo este abogado que trabaja en un empresa que fabrica remolques. “Trato de elegir entre lo menos peor y al final definí que voy a votar al M5E, a Giuseppe Conte”, adelantó Picconi, al considerar que, finalmente, fue él quien estuvo al timón del país desde el principio de la pandemia y que, en esos dos años más que difíciles, con todo cerrado, hospitales colapsados, centenares de muertos, no hizo un mal gobierno.

“Es más, me parece que fue mejor que Draghi, aunque, repito, no me convencen todas las ideas del M5E”, explicó. “No puedo votar ni a Meloni ni a Salvini porque son partidos peligrosos para la situación actual de Italia, ultranacionalistas y de ultraderecha y el PD también me parece ‘invotable’ porque (Enrico) Letta, sabiendo que tenía delante una coalición de derecha con muchos más votos, tendría que haber luchado a brazo partido para convencer al Tercer Polo de centro y al M5E de que se aliaran con él y de esa manera tener una coalición de centroizquierda en condiciones de pelearle el voto a la derecha. Pero reitero, lo mío es un voto de descarte”, concluyó.