El terror de AMLO y López-Gatell a la impopularidad, aunque México arda sin cubrebocas
Pasaron seis meses desde que se declaró que había llegado la pandemia del coronavirus a México y se reconoció el fallecimiento del primer mexicano. La cuenta actual de contagiados al 12 de agosto es de 498,380 y murieron 54,666, según las autoridades de Salud.
Cuando se reconoció que el COVID-19 estaba en México fue bien visto que el manejo de la pandemia la delegara el presidente López Obrador en un “científico con experiencia” para dar un manejo “técnico” al problema. La responsabilidad fue para el subsecretario Hugo López-Gatell.
Cinco meses después el resultado es que el “científico con experiencia” hizo a un lado el discurso de la ciencia y se plegó al criterio político de su jefe el presidente López Obrador, a quien no le gusta utilizar el cubrebocas y López-Gatell se ocupa en darle “argumentos” para evadir su responsabilidad de poner el ejemplo de usarlo para beneficio de todos.
Cuando han preguntado a López Obrador por qué no usa el cubrebocas dice que el subsecretario le ha dicho que no es necesario y es suficiente con guardar la sana distancia para no correr riesgo de contagio. Recientemente, en una de sus respuestas sarcásticas, el presidente dijo que utilizaría en cubrebocas cuando se termine la corrupción. Eso podría significar que nunca.
El subsecretario López-Gatell tiene el encargo de informar diariamente, desde Palacio Nacional, sobre la evolución de la pandemia en México y en esta actividad, por meses, ha sido cuestionado sobre el uso de cubrebocas como medida preventiva. En repetidas ocasiones ha dicho que no está comprobado científicamente que sea útil para detener el Covid-19 y que usarlo o no, es una opción personal.
En la conferencia de prensa a cargo de López-Gatell, se comentó que el Estado de Colima proyecta hacer obligatorio el uso del cubrebocas. Al respecto dijo que usarlo es solo una recomendación pero que, si se convertía “en una medida obligatoria, daría pie a que se cometan abusos de autoridad y generaría una actitud defensiva entre los ciudadanos.”
Advirtió el subsecretario sobre el riesgo de que los ciudadanos se culpen entre sí. “‘Tú no traes cubrebocas, eres un riesgo para mí’, ‘Yo no traigo cubrebocas, soy un riesgo para ti’.
Comentó que se debe de tener cuidado al hacer responsables a las personas de las medidas sanitarias porque se establece coerción por parte de la fuerza del Estado y eso podría propiciar abusos de autoridad y actos de violación de derechos humanos. “Una violencia social muy lamentable, puede resultar en el enorme riesgo de que se vuelva a abusar de los derechos humanos”.
Este es un “argumento”, en el discurso “científico” de López Gatell, que pone en evidencia su inclinación a entregar pretextos al presidente para que mantenga su negativa a proteger a los demás con su ejemplo. El concepto de derechos humanos es político, demuestra que no comparte la preocupación por salvar vidas, propia de los médicos y sí complacer a López Obrador.
Los casi 55 mil muertos por Covid-19 en México, en seis meses, equivale a que han fallecido 15 personas cada hora. Muchos de ellos podrían estar vivos si las recomendaciones preventivas de guardar la distancia, asearse frecuentemente las manos y, sobre todo, usar el cubrebocas, lo hubiera promovido de manera insistente el “científico con experiencia” López Gatell.
Científicos del Instituto Broad del MIT, la Universidad de Harvard y la Universidad Nacional Tsing Hua de Taiwan (China) mediante modelos matemáticos examinaron el impacto del uso del cubrebocas y su distribución entre la población durante el brote de coronavirus y concluyeron que, “el uso generalizado de mascarillas entre la población puede ayudar a frenar la pandemia y reducir el número total de infecciones y muertes por COVID-19, incluso las de tela, cuyo efecto protector es limitado, son eficaces si su despliegue es universal.” (El Universal, 13 de agosto de 2020)
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Por seis meses López-Gatell desalentó su uso y no fue capaz de “recomendarle” a su jefe que lo utilizara para no ser un riesgo para los demás. El mal manejo de la crisis sanitaria y la omisión consciente de información científica podría configurar un atentado a los derechos humanos de las familias que perdieron a sus seres queridos. La ignorancia y la soberbia juntas matan.
Entonces también hagan voluntario el uso de cinturón de seguridad en el coche... misma situación! https://t.co/lblhgQtE6q
— Irene Levy (@soyirenelevy) August 13, 2020
Ante la negativa de meses para usar el cubre bocas, parece que rectificar podría significar debilidad y perdida de popularidad para el año electoral 2021. Cuando AMLO fue jefe de gobierno de la Ciudad de México la medida para evitar extorsiones y mordidas en la expedición de licencias fue eliminar el examen de conducir y que todos los que quisieran pudieron un tener un permiso, aunque no supieran manejar y eso significara poner, literalmente, vidas en riesgo.
Con el cubrebocas parecen tomar el mismo criterio. Evitan abusos de autoridad dejando a la voluntad de cada quien lo que debería ser una medida de seguridad obligatoria. Hay decisiones que inevitablemente son impopulares, aunque sean justas, eficientes y necesarias, pero por lo visto, de esas no veremos tomar nunca al presidente y su equipo. A la impopularidad del común de la gente es quizás lo único a lo que el presidente le tiene miedo, incluso terror. Por eso siempre se vuelca por lo que le trae más aplausos, aunque México arda.
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