El otro extremo del movimiento antivacuna: los "sommeliers" de las vacunas se las ponen todas
A los neo-expertos en vacunas y a los anti-vacunas jurados se les suma ahora un nuevo excéntrico perfil: los 'sommeliers' de las vacunas contra la Covid-19.
Son individuos que atenúan la paranoia que les ha causado el coronavirus vacunándose varias veces, en repetidas dosis, con vacunas de laboratorios distintos.
Los psicólogos sociales hablan de un término que aplica para estos casos, que es el de la "locura compartida", y que ocurre cuando una idea delirante es convalidada por el comportamiento de otro que precisamente comparte el mismo delirio.
Se trata de un movimiento que puede tener consecuencias muy dañinas para quienes lo está haciendo y para el resto.
Se han encontrado varios casos ya en distintos países. Pero se teme que hay muchos más aún no descubiertos. Son individuos que atenúan la paranoia que les ha causado el coronavirus vacunándose varias veces, en repetidas dosis, con vacunas de laboratorios distintos.
Se aprovechan de que los registros de vacunación no han sido priorizados, en un momento en el que la mayoría de las autoridades sanitarias privilegian vacunar a tanta gente como se pueda en el menor tiempo posible.
Y ahí están ellos, haciendo su fila, otra vez, en uno y otro centro habilitado para la vacunación, "asegurándose" de que con la cantidad y variedad de inmunizaciones que han inoculado a su cuerpo, serán "invencibles" ante la pandemia.
Hasta que, probablemente, la duda regrese, y lo intenten otra vez.
Falta de registro confiable
La principal causa por la que este fenómeno está sucediendo es que en muchos países los sistemas cibernéticos no se han desarrollado suficientemente rápido y el proceso de vacunación no podía esperar a que los registros informáticos estuvieran listos para empezar a vacunar.
Además, en muchos lugares el servicio de internet es irregular, por lo cual, además de la escasa infraestructura, su eficiencia es poco fiable.
Uno de los casos de vacunación repetida ocurrió en Cali, Colombia, donde María Cristina Lesmes, secretaria de Salud del Departamento del Valle, explica los esfuerzos de las autoridades locales. “Estamos tratando de sistematizar (el registro de vacunados) con formas más modernas", dice, "cuando hay conexión a internet se sube automáticamente a la nube".
Lesmes añade que espera que en las próximas semanas haya posibilidad de extender el registro informático a muchas zonas donde aún no existe.Y eso sucede en muchas áreas rurales de la región, en las que podrían estarse repitiendo estos casos sin ser notados.
La "locura compartida"
Los psicólogos sociales hablan de un término que aplica para estos casos, que es el de la "locura compartida", y que ocurre cuando una idea delirante es convalidada por el comportamiento de otro que precisamente comparte el mismo delirio.
En este caso, la idea de que mientras más vacunas se hayan inoculado, o que combinando las fortalezas de ellas, se estará más seguro, es un pensamiento que -aunque sea descabellado- en muchas personas cuyo miedo a la muerte se ha potenciado con la pandemia, podría estar multiplicándose, en tanto que otros, con la misma idea, funcionen como espejo “convalidador”.
Según el blog especializado Psicología Activa, cuando este trastorno se presenta, "personas que se encuentran psicológicamente sanas empiezan a compartir delirios y alteraciones". Funciona como un efecto multiplicador en individuos vulnerables.
Aunque no está estipulado un origen único del trastorno, sí se considera que casi siempre es producto de un episodio de estrés (como el de la pandemia), a partir del cual dos o más personas padezcan este evento psicótico.
Las recomendaciones de Whassapp
Alguna prensa los empieza a llamar los sommeliers de las vacunas. Se procuran al menos terceras dosis, hacen comparaciones, tienen la idea de que una vacuna es mejor que otra o ensayan combinaciones.
En Río de Janeiro, el alcalde Eduardo Paes los ha criticado públicamente, y advierte que se trata de un delito, en tanto que ya las dosis son insuficientes en comparación con la cantidad de personas que necesitan inmunizarse, y ha advertido "que los tiene en la mira", "es un crimen", señala. En Brasil se ha vacunado con dos dosis sólo el 25% de la población.
Al parecer, el movimiento "sommeliers" es producto de grupos de Whatsapp que empiezan a ser frecuentes en los que se intercambian consejos sobre qué vacunas fallan, cuáles complementan a otras y qué centros de vacunación ofrecen las vacunas más solicitadas.
La Sociedad Brasileña de Inmunizaciones afirma que la mayoría de los incidentes involucran a personas que rechazan las vacunas de Sinovac de China o, en menor medida, Astrazeneca. En cambio, prefieren dosis de Pfizer y Johnson & Johnson.
Pero, lejos de parecer gracioso, se trata de un movimiento que puede tener consecuencias muy dañinas para quienes lo está haciendo y para el resto. "La persona se está poniendo en riesgo y termina poniendo en peligro todo el sistema", apuntó Alexandre Naime Barbosa, profesor de enfermedades infecciosas de la Universidad Estadal de Sao Paulo.
Hasta ahora, se tienen reportes de personas que se han vacunado hasta siete veces, pero se desconoce el número de quienes están incursionando en esta práctica, que algunos creen que puede estarse llevando a cabo en varios países.