El extraño y polémico texto de Juan Villoro que destapó cosas que quizás no debió revelar

Foto: Cuartoscuro
Foto: Cuartoscuro

Juan Villoro acaba de publicar un artículo titulado Un cuento moral” en el que hace una crítica sarcástica al trabajo de un supuesto escritor joven (el artículo tiene la forma de un cuento).

Eso no es todo, barre también con el Premio Cervantes Sergio Pitol y con la Editorial Anagrama según una interpretación hecha por el escritor fronterizo Heriberto Yépez.

Más aún, Yépez encuentra que el personaje central de la aparente ficción de Villoro es el escritor y militante Tryno Maldonado (en el artículo Charly Girón).

Asimismo es quien reconoce –o cree reconocer- a Pitol en el texto. Quien lea el artículo de Juan Villoro, sobre todo a la luz de las interpretaciones de Heriberto Yépez, pasará un mal rato. ¿Qué movió al célebre autor (Villoro) a publicar esto? Hasta ahora –tres días después de su aparición- no lo sabemos.

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Por otra parte, por supuesto, el cuento -como todo en su autor- está muy bien escrito. Y, leyéndolo como venimos haciendo, es terrible.

La polémica nos muestra una realidad -o un dicho real- que es amargo para quienes desconocemos lo tras bambalinas de la vida de los intelectuales: revela Yépez “Se dice que Sergio Pitol se quedó esperando tener un encuentro erótico con un escritor publicado en Anagrama, ya que Pitol, se dice, creía que merecía ese pago por haber recomendado la publicación”. Hubiera sido mejor quedarnos sin saber, como antes de la tormenta esta. (Releyendo, antes de entregar para su publicación, me detengo en eso de amargo que escribí; me quise referir en particular al pago del que se habla).

Eso, porque Villoro escribió: “Sus técnicas de autopromoción lo llevaron a cortejar a un célebre novelista afecto a los jóvenes. Así logró publicar en una selecta editorial. La seducción hubiera sido menos aviesa si después de recibir el contrato por mensajería, Charly hubiera cumplido la parte corporal que le correspondía, pero huyó antes de que eso sucediera, con argumentos de orgullo machista que le permitieron sentirse como el Che Guevara.” (¡Hasta el comandante salió a relucir!)

A lo que responde Yépez: “Tampoco está claro por qué quieres poner en entredicho a Anagrama y, de paso, a todos las escritoras y escritores (mexicanos y no) que ahí publican, convirtiendo la imagen de la editorial en una especie de prostíbulo cuando, en realidad, es una editorial con altibajos sí, pero me niego a pensar que es una editorial que publica debido a favores sexuales”. (¡Tómala!)

Villoro usa saña contra su personaje Girón el cual tenía: “carencias comprensibles (el abandono de la madre, la infancia en un pueblo sin otro estímulo cultural que una cancha de basquetbol, orejas de vampiro, calvicie prematura).” (¡Sopas! ¿Y eso?)

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“Pero en lugar de entender esto, te burlas, reiterando tu actitud cretina, hacia las personas que, como no son hijos de intelectuales ni políticos ni grandes empresarios, sí tienen que buscar a los profesionistas de su área y hablar con ellos”, remata Yépez, aludiendo a que Villoro es hijo del reconocido filósofo –y simpatizante del neozapatismo- Luis Villoro.

Independientemente de que lleve dedicatoria –incluso si no la lleva, vamos- el artículo de Juan Villoro sobre un hipotético escritor desmoraliza a los que aspiran a que se les lea y los caricaturiza despiadadamente. ¡¿Por qué, hombre, para qué?!

Si lo anterior es cierto, hay que decir que además quien lo escribe, pese a su reconocida vocación de apoyo a los desposeídos y pese a su calidad literaria, tuvo y tiene una plataforma de lanzamiento privilegiada, que el común de los mortales no posee.

Todo lo cual deja una sensación incómoda respecto de un punta de lanza de la intelectualidad mexicana; su descalificación del domingo nos remite necesariamente a Octavio Paz haciendo lo mismo. En su respuesta Yépez asienta una cosa así al llamarlo (a Villoro): “protagonista patriarcal de la élite literaria en México”.

Lástima.

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APUNTE FINAL

“Un cuento moral” ve destruida su moralidad por la pluma de Yépez con juicios ¡morales!: “Ese chisme es muy insidioso contra, al menos, esas tres personas y es hora de ponerle un alto”. “Es grave lo que hiciste, en muchas, demasiadas direcciones”.

… Esas conclusiones luego de citas de párrafos abundan en el segundo de los textos comentados.

El artículo original es tremendo en sí mismo, pero se vuelve una bomba con la lectura de Heriberto Yépez. Por el bien de todos y en especial de él, porque afectará la forma como recibimos sus (por otra parte espléndidos) trabajos, es indispensable que Juan Villoro explique a qué se refería.

De plano.

hectorosoriolugo2013@yahoo.com.mx

Leer aquí Un cuento moral’ de Juan Villoro

Leer también ‘Respuesta a Juan Villoro: Charly Girón” de Heriberto Yépez