El día que se llenan los moteles y hoteles de paso en la Ciudad de México

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Por Irasema Pineda

Si las paredes de una habitación que puede ser ocupada hasta por seis parejas diferentes en tan solo 11 horas hablaran, te contar��an de sex toys olvidados en medio de la rápida carrera porque hay que regresar a la oficina, los pleitos maritales desatados por un mensaje incómodo en el celular o que el 10 de mayo es una de las fechas en que los hoteles y moteles de paso tienen más afluencia.

Estos establecimientos esconden curiosos secretos de miles de personas que buscan en ellos refugio para relaciones clandestinas o de jóvenes parejas que entran a hurtadillas y fracasan al intentar ocultar su pena cuando solicitan una habitación al recepcionista en turno.

El dueño de más de una docena moteles que operan en zonas populares del Distrito Federal y el Estado de México nos contó, por ejemplo, que en los días de mayor afluencia en un solo inmueble de 30 habitaciones se gastan hasta 400 jabones marca Rosa Venus, que –me han contado- siguen siendo los más comunes en los baños de las habitaciones de alquiler.

Si hacemos matemáticas, en un día “movido” tan solo en los 12 moteles que posee este empresario se pueden necesitar cerca de 5 mil de estas pequeñas barras color rosa, que muy probablemente tengan patentado el característico “olor a jabón chiquito”.

¿Y cuáles son las fechas en que tal despilfarro es posible? Como era de suponerse, el 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad, es el más atareado en estos establecimientos, que para la ocasión operan a 100 % de su capacidad, limitando a los parroquianos a ocupaciones de dos horas máximo, incluyendo paquetes con detalles románticos (chocolates, pétalos de rosas y hasta champaña) y elevando los precios hasta al triple de la tarifa regular.

Durante décadas fue un mito, pero la fuente consultada nos confirmó que es el Día de la Secretaría, que en México se celebra el tercer miércoles de julio, la segunda fecha en que moteles y hoteles de paso registran mayor demanda, que se puede elevar hasta a 80 % de las habitaciones.

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El podio lo cierra el Día de las Madres (10 de mayo), que se acerca bastante al Día de la Secretaría, al lograr entre 60 y 70 % de la ocupación total de los cuartos. Este dato, admito, sí me sorprendió.

Para el resto del año, la demanda aumenta en días de quincena y de jueves a sábado, cuando las habitaciones pueden tener precios de hasta $450 por cuatro horas, mientras que de domingo a miércoles tienes más posibilidades de encontrar libres las suites y por la módica cantidad de $250.

​Los problemas de peleas entre parejas suelen ser comunes en habitaciones y pasillos, por lo que los moteles procuran tener al menos un policía de guardia por turno (matutino y nocturno) y un sistema de cámaras que permita prevenir problemas mayores.

En cuanto a los productos de cortesía, lo que más piden (y se llevan) los clientes son gorras de baño y bolígrafos, mientras que los kits de higiene bucal se quedan casi intactos y hasta han sido quitados de algunos lugares, lo cual nos lleva a pensar que cuando el tiempo es poco y la pasión apremia, el mal aliento se puede disculpar.

Por lo que se refiere a los artículos que se venden en la recepción, los condones resultan los más atractivos, ya que 75 % de las parejas los adquiere al pedir habitación, seguidos de rastrillos, con 30 %, y frituras o golosinas (para la botana), con 23 %.

En cuanto a las quejas que oye de sus clientes, el entrevistado nos dijo que la mayoría exige limpieza (en los momentos de mayor demanda a las mucamas les da tiempo únicamente de lo básico: cambiar las sábanas y limpiar el baño) y una ubicación estratégica, lejos de casa y cerca del trabajo; las zonas más concurridas en el DF son Calzada de Tlalpan y Avenida Constituyentes, y en el Estado de México, Avenida Mario Colín y Vía Gustavo Baz.

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La discreción, como tener puertas que den a una calle en vez de a una gran avenida, es otro factor importante al momento de que las parejas escojan, al igual que una recepción oculta (que no se vea desde afuera ni tenga ventanas). Estos moteles son los más exitosos y, en consecuencia, sus tarifas son del triple de las que ofrecen menos privacidad.

Finalmente, las bodegas o departamentos de objetos extraviados merecen mención a parte. El personal tiene instrucciones de no guardar ningún objeto más de 24 horas y la regla es que los juguetes sexuales van directo a la basura si nadie los reclama.

Algunas de las cosas que los clientes llegan a olvidar más frecuentemente, lejos de lo común, como alhajas, camisetas, teléfonos celulares, cinturones y (sí) ropa interior, son dildos, vibradores, látigos, dilatadores, geles estimulantes y/o lubricantes y esposas.

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