El brutal asesinato días antes de las elecciones que deja mal parado a México

El candidato a la alcaldía del municipio de Coyuca de Bení­tez, por la coalición Fuerza y Corazón por México (PAN-PRI-PR); José Alfredo Cabrera Barrientos (camisa roja), fue asesinado a balazos esta tarde en la Comunidad de las Lomas de ese municipio. En las imágenes se le puede ver en un acto de campaña junto al candidato a senador Manuel Añorve y al presidente estatal del PRI en Guerrero, Alejandro Bravo Abarca, el pasado 13 de mayo. FOTO: CARLOS ALBERTO CARBAJAL/CUARTOSCURO.COM

El último día de las campañas llegó. Los candidatos cerraron promulgando su futuro triunfo. A los ciudadanos les pidieron acudir a las urnas y su voto para alcanzar el poder. Refrendaron sus promesas en medio de plazas públicas o recintos cerrados. Procuraron un ambiente de alegría generada por grupos musicales o estruendosos equipos de sonido. No faltaron las flores, las banderas de los partidos y los gritos para animar al casi próximo funcionario. Así fue en muchos estados y municipios de México. Excepto en Coyuca de Benítez, Guerrero.

En medio de la algarabía, a punto de subir al templete para realizar el cierre de su campaña, saludando a simpatizantes e invitados José Alfredo Cabrera, candidato de Fuerza y Corazón por México (PRI-PRD-PAN), a la alcaldía de Coyuca de Benítez, fue asesinado por un hombre que le disparó por la espalda, en la cabeza, con un arma corta. El evento era difundido en tiempo real, la escena del crimen fue vista en video. En la grabación se escucharon al menos quince detonaciones. La fiscalía del estado de Guerrero informó que el agresor fue abatido en el lugar.

Que haya sido asesinado José Alfredo Cabrera en el día último de las campañas es el hecho con el que llega a su terminó el proceso electoral más violento en la historia reciente de México. Que hubiera sucedido en Guerrero significa uno más de los sucesos violentos durante el proceso electoral. En ese estado fueron asesinados cinco aspirantes a una alcaldía, un aspirante a diputado federal, sufrieron atentados familiares, colaboradores y escoltas de algunos candidatos.

En Coyuca de Benítez el 17 de mayo fueron asesinados el candidato a regidor de la alianza PRI, PAN, PRD, Aníbal Zúñiga Cortés y su esposa, Rubí Bravo Solís. Aparecieron desmembrados en Acapulco.

El asesino de José Alfredo Cabrera fue abatido por quienes lo “cuidaban”. Significa que la fiscalía de Guerrero no podrá establecer si fue un criminal solitario, si fue un sicario a sueldo y no podrá saber si existe un autor intelectual.

Lo que sucede en Guerreo tiene muchos años. En tiempos recientes la actividad de la delincuencia organizada y los diferentes grupos que se disputan el control de regiones del territorio del estado, han estado activos. En Acapulco, después del huracán Otis, organizaron el saqueo y robo de valores en comercios y residencias afectados por el fenómeno. Desde antes ya extorsionaban a pequeños, medianos y grandes empresarios. Producen, procesan y trafican drogas. La acción se repite en otros municipios y ciudades.

Con el asesinato de José Alfredo Cabrera la violencia se hizo presente y al hacerlo desmiente el discurso de López Obrador. Afirma que el 2 de junio tendremos “las elecciones más pacíficas, tranquilas y limpias.” La muerte y los otros datos dicen que este proceso electoral será registrado por la historia como el más violento del que se tenga memoria en el México de la democracia joven.

La violencia no solo afecta a Guerrero en el contexto del proceso electoral en el que se disputan más de 20 mil puestos de elección popular. La Confederación Patronal de la República Mexicana, presentó el documento “Resultados del Monitor de Seguridad Coparmex“. Informa que “los incidentes de violencia política son 26% más que en el periodo electoral de 2021, que del total de incidentes el 45% han sido asesinatos”.

Agrega Coparmex que, en una encuesta entre empresarios, fueron identificadas 12 entidades “donde se considera que hay riesgo para la seguridad de los candidatos y 17 municipios que tienen riesgo por estas causas”. Las entidades donde los empresarios consideran que existen riesgos son: Sonora, Chihuahua, Tamaulipas, San Luis Potosí, Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Guerrero, Morelos, Tlaxcala, Puebla y Chiapas. (El Universal, 29 de mayo de 2024)

La empresa Integralia del exconsejero del IFE, Luis Carlos Ugalde, documentó que en el actual proceso electoral “en total hubo 749 víctimas de violencia política, 233 amenazas, 231 asesinatos, 159 ataques con armas de fuego, 21 desapariciones, 18 secuestros, 87 ataques de otras características. En promedio, hubo 2.8 ataques cada día de campaña.” (Excelsior, 30 de mayo de 2024)

El tema de la inseguridad, según la percepción de los actores políticos que se disputan el poder, es el que más preocupa a los ciudadanos. Los partidos solicitaron al INE que les proporcionará un mapa de riesgos, lo que no fue atendido por el Instituto por no contar con facultades para responder esa demanda. Diferentes actores políticos y aun desde los Estados Unidos, han advertido que más de la mitad del territorio Nacional está dominado por la delincuencia organizada.

En días recientes los diarios The New York Times y The Washington Post publicaron en espacios destacados: “el peligroso empoderamiento del crimen organizado en México, estimulado por López Obrador y que, la incursión criminal es tal que se apoderó de industrias básicas como la fabricación y venta de tortilla.”

El New York Times señala “que las bandas criminales han incursionado en el poder y la política, sobre todo en los poderes municipales, ya que son espacios de poder indefenso.” (Reforma, 26 de mayo de 2024)

El asesinato del candidato José Alfredo Cabrera en Coyuca de Benítez confirma el fracaso de la política de seguridad del gobierno de López Obrador. Pone en evidencia la ambición de la delincuencia organizada por controlar los puestos de elección popular de los municipios desde los que opera, Porque con ello obtiene impunidad, recursos financieros, control territorial y mano de obra barata. Significa que la delincuencia, a su estilo, participa en la disputa del poder. Lo que no le dan lo arrebata. Como decía Pablo Escobar: Plata o Plomo.