Por el efecto Brasil, en la costa atlántica se demora la concreción de alquileres
MAR DEL PLATA.– Un ojo está puesto en los costos, que durante el último año crecieron como pocas veces. El otro no ya en los balnearios vecinos que pueden ser competencia y ni siquiera del otro lado del Río de la Plata, sino a más de 2000 kilómetros, en las playas de Brasil. No hay por estas horas un hotelero que escape a este dilema. No hay operador inmobiliario que no esté dispuesto a escuchar una contrapropuesta al precio de vidriera o publicado para un departamento o casa en alquiler por temporada.
Y de las ventajas de descuentos si hay una cancelación total anticipada y al contado de la reserva a la opción de planes de financiación en cuotas, todo juega en la determinación de precios que por estos días se mueven condicionados por una demanda que tiene a las consultas como predominantes y las confirmaciones demoradas. Al menos si se las compara con el ritmo que este mercado había logrado hace apenas un año, siempre en vísperas del arranque del verano.
Aquella ola inicial de contratos que asomó desde mitad de año y casi hasta septiembre se diluyó durante estos últimos dos meses. Los fines de semana largos que se vivieron, en octubre y el último hace unos días nomás, ilusionaron por buena concurrencia y rendimiento económico pero quedaron en deuda en términos de definir una mejor expectativa para el verano que está acá nomás, a la vuelta de la esquina.
Hasta el momento lo mejor y más prometedor tiene que ver con el fin de año y sus fiestas. Para esa última semana hay coincidencias en una muy alta ocupación asegurada y esperan que crezca más, con perfil de despedir este 2024 con capacidad casi completa en algunos de los balnearios más pequeños.
Para lo que sigue a partir de enero claro que hay inquietud porque aun cuando se reconoce un esfuerzo por ajustar tarifas y generar condiciones que atraigan al turista, la nueva paridad cambiaria devolvió a los argentinos a una época en la que vacacionar al exterior vuelve a ser una tentación muy accesible.
Los operadores inmobiliarios de destinos como Cariló y Pinamar, que históricamente han cotizado su alojamiento de temporada en dólares, aseguran que casi no hay cambios en los valores con respecto a enero del año. Si bien algunos apelaron a algún ajuste, el alquiler de casas y departamentos por esas playas casi no tuvo sorpresas.
Los precios en Cariló
En Cariló se ofrecen casas desde 4000 y 5000 dólares según se dispongan de dos o tres dormitorios. Estas últimas saltan a un piso de 6000 si es que cuentan con piscina, siempre por el mes inicial de 2025 y período quincenal.
Los complejos de apartamentos, con servicios, tienen una base en los 1500 dólares la semana y unos 2500 para unidades con vista al mar, para cuatro personas. “De ahí para arriba hay precios según la exigencia del cliente”, explican a LA NACION operadores del sector y citan propuestas que oscilan entre los 3500 hasta algo más de 5000 dólares por siete días.
La hotelería de cuatro estrellas está presupuestada en pesos, aunque la conversión es fácil ya que cada vez está más próxima a la relación uno a uno con el dólar. Para una familia de cuatro personas la estadía ronda los 2,9 millones de pesos y casi 2,2 para una pareja.
“Así como para las fiestas de fin de año estamos muy bien, para enero se hizo una buena base con preventa hace unos meses y ahora se está tratado de buscar más confirmaciones”, dijo a LA NACION Fabián Salvucci, responsable de un complejo de cabañas en Cariló y directivo de la Asociación de Hoteles de Turismo (AHT).
Seducir al cliente implica, según se puede advertir en una recorrida de consultas, desde rebajas por pago anticipado y ahora el regreso de algunos planes de financiamiento. “Es una remada dura”, confió uno de los operadores del ramo, que insiste en la dificultad particular que tiene hoy la hotelería para ser más competitiva en esta coyuntura: costos de servicios como gas y electricidad que se multiplicaron hasta cinco veces y paritarias con el personal, además del aumento en insumos. Así se sienten en desventaja con la rama inmobiliaria, con propietarios que tienen mejor margen para fijar y revisar precios.
Por Pinamar los números no son muy distintos. Alojarse en un muy buen hotel de cuatro estrellas durante una semana tiene un costo que ronda los 1,5 millones de pesos. En un tres estrellas céntrico, también por siete días y seis noches de alojamiento, hay propuestas que promedian los 880.000 pesos.
Este destino en particular viene de una muy buena última temporada de verano y existen grandes expectativas de repetirla. El relevamiento en inmobiliarias da cuenta de un porcentaje importante de confirmaciones, en particular para enero y muy especialmente para la segunda quincena, pero la oferta allí es muy amplia y queda mucho disponible aún.
Un buen departamento céntrico de tres ambientes se ofrece en promedio en 2000 a 2900 dólares la quincena. En esa gama aparecen inmuebles con piscina en edificio y en algún caso hasta con cochera. Hay cuatro ambientes desde 2200 dólares la quincena, ahí nomás de la playa.
La incógnita de Mar del Plata
La mayor incógnita para esta época siempre es Mar del Plata. Es la ciudad con mayor oferta de alojamiento en toda la provincia y en un buen fin de semana de enero puede asegurar cama a casi 400.000 turistas. Ese volumen hace que la preocupación de asegurarse plaza con anticipación se note más en unidades de mayor costo, en particular por la ubicación. Un segmento en el que la ciudad también creció y mucho, ahora con torres repletas de amenities y un muy floreciente mercado de barrios privados.
Por esos countries se ofrecen casas importantes desde los 250 dólares por día. Otra particularidad de esta ciudad son las estadías cortas. Familias o grupos de amigos que llegan por algo más que un fin de semana o por algún evento en particular. El circuito de shows de música y fiestas electrónicas, con jóvenes y no tanto dispuestos a buen nivel de gasto en pocos días, juega allí un papel fuerte. En estos días de incertidumbre, a la espera de más definiciones, hay casi certeza que en esta franja se verán los mejores resultados de la temporada.
Para los de permanencia larga también hay: una gran casa para ocho personas en Playa Grande, a 400 metros de la costa y por todo enero, se ofrece en 8000 dólares. “En pesos los millones hacen mucho ruido y en dólares tampoco ayuda porque lleva rápido a pensar lo que puede rendir esa misma cifra en algún destino del exterior”, confió un empresario inmobiliario con décadas en el rubro.
El Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de Mar del Plata había sugerido aumentos en pesos que no superen el 150% con respecto a precios logrados en enero pasado. Un monoambiente en el centro ronda hoy los 700.000 pesos la quincena y en torno al millón de pesos un dos ambientes. Variará siempre según la ubicación en referencia al mar y el estado y el equipamiento de la unidad. En la gama de chalets hay para elegir y mucho.