La edad es implacable y no perdona. Ni a grandes con el nombre de Yuli Gurriel

La edad es implacable y no perdona. Ni a grandes con el nombre de Yuli Gurriel

Saber retirarse a tiempo es una decision inteligente. Y Yuli Gurriel debe hacerlo

Marino Martínez

El retiro es un momento doloroso para cualquier atleta. Esta es una decisión personal que algunos la cumplen en el momento correcto y otros la demoran por determinadas razones.

La historia está repleta de ejemplos donde grandes figuras del deporte creyendo que podían mantener sus logros como en sus días de esplendor, detuvieron dicha decisión y comenzaron a realizar actuaciones mediocres en el escenario de competencia.

En el boxeo ocurrió con Muhammad Ali (Cassius Clay) y Ray “Sugar’’ Leonard, dos de los mejores pugilistas de todos los tiempos. Ambos, cuando nada tenían que hacer ni demostrar en un ring, con el afán de seguir escuchando los aplausos de los fanáticos perdieron combates con rivales inferiores poniendo en peligro la salud y hasta sus propias vidas. Así ha ocurrido en los restantes deportes. Considero que un atleta de élite durante muchos años, debe tener la visión necesaria para saber cuándo es el mejor momento para decirle adiós al deporte activo.

Hoy, quiero hablar de Yuli Gurriel. A nuestro juicio, por su historial dentro de la isla, en eventos internacionales y en Grandes Ligas aun llegando a este béisbol con 32 años, lo ubico entre los mejores peloteros cubanos de la historia.

De haber llegado joven a la pelota estadounidense, Gurriel reunía los atributos para sumar más de 2500 imparables y ser un candidato del club de los 3,000 con 300 jonrones. Si con 37 años ganó una corona de bateo en 2021 (.319), nadie puede negar que podía sumar otros títulos en promedio.

Gurriel ha sido un bateador que ha combinado tacto con fuerza al bate, un buen corredor, inteligente en el terreno de juego y excelente a la defensa a tal medida que sin haber jugado nunca antes en la inicial ganó en esta posición un premio Guante de Oro (2021).

Con su nombre de Yulieski se vistió de gloria en la pelota de su país y en eventos internacionales con el equipo Cuba. Luego, en busca de jugar en el único lugar donde le faltaba demostrar su nivel, con el sobrenombre del Yuli se convirtió en una estrella de Grandes Ligas con los Astros de Houston.

Cuando la directiva de los Astros analizó los números que aportó Gurriel en 2022, decidió no renovarle el contrato para la presente temporada. Luego el cubano no pudo llegar a un acuerdo con ningún equipo para ser titular como inicialista, con la excepción de los Marlins que le dieron una oportunidad como suplente. Y esto es lógico, pues el béisbol profesional además de ser un deporte también es un negocio.

Con Miami, Gurriel ha jugado con cierta regularidad compartiendo primero la posición con Garrett Cooper y ahora después de llegar Josh Bell actúa cuando el lanzador rival tira a la zurda.

Siendo justo debo decir que el mánager de los Marlins Skip Schumaker desde el inicio de temporada le ha dado oportunidades para que demuestre que aún puede ser un buen bateador de Grandes Ligas. También reconocemos que podemos contar con los dedos de una mano los jugadores que teniendo 39 años puedan exhibir el nivel físico y mental del espirituano.

Pero también hay que admitir que no puede mantener un rendimiento ajustado con lo que se espera de él y necesita el equipo.

La matemática no falla. Gurriel batea para un promedio de .258, tiene un discreto embasamiento de .316, suma tres jonrones y sólo 20 carreras impulsadas en 260 turnos, además de mantener un bajo average en slugging (.369) y con hombres en posición anotadora.

Lo más difícil en el béisbol es batear. Y mucho más cuando casi todos los lanzadores rivales tiran a una velocidad superior a las 94 millas con un mínimo entre cuatro y hasta cinco envíos diferentes.

No creemos que el cubano logre una extensión de contrato con Miami para la próxima temporada. Y según lo que hemos visto tampoco pensamos que pueda mantener un buen paso ofensivo.

Créanme, quisiera equivocarme en lo que estamos diciendo, pues soy su primer admirador. A tal medida que cada vez que llega al bate casi me pongo a rezar para que suene el imparable y remolque carreras. Pero la realidad ha sido otra.

Por el respeto y admiración que siento por su brillante historia es que no quisiera seguir viéndolo sentado en el banco y haciendo un papel incoloro en el terreno de juego.

Aquel Gurriel que todos vimos en etapas anteriores (y hasta hace dos años atrás) no es el mismo en estos momentos. Y ya no lo será, porque el tiempo es implacable y no ha perdonado ni a los más grandes atletas de la historia.

Saber retirarse en el momento correcto es una decisión inteligente. Por ello, es que considero que el antillano debería organizar un retiro que se ajuste a la grandeza que ha tenido a lo largo de la historia.

Y ojalá me escuches Yuli Gurriel. Por el bien de tu exitosa carrera que te ubica por derecho propio entre los mejores peloteros cubanos de todos los tiempos.