Dueño de cafetería vio que ladrón robó a una clienta, lo detuvo y luego le ofreció empleo

Martín, de 15 años, ingresó a una cafetería ubicada en Las Cañitas, en Buenos Aires, Argentina, el 17 de abril alrededor de las 18:45 horas cargando unos trapos, se acercó a una comensal para ofrecérselos y los puso sobre la mesa, cubriendo el celular de la mujer.

A lo lejos, otro Martín pero de apellido Moschioni, el dueño del negocio, se percató de lo que estaba ocurriendo, así que se acercó y le pidió al joven que se retirara. Este recogió su mercancía, con todo y el teléfono, y se retiró del sitio.

Enseguida el de la cafetería le preguntó a la víctima por sus pertenencias y entonces ella descubrió que ya no estaba su móvil, entonces Moschioni, de 42 años, no lo pensó dos veces y corrió tras el criminal. Rápidamente lo alcanzó y al hacerlo se lanzó sobre él para someterlo en el piso, en donde le aplicó una llave.

El dueño del local contó a Telefe Noticias que ya habían tenido dos tipos de robos similares, por lo que, cuando vio entrar al adolescente estuvo pendiente de todos sus movimientos. Luego dijo que, al capturarlo, por su mente pasó la idea de dejarlo ir, pues al darse cuenta de que era muy chico, sabía que solo pasaría una noche detenido.

Martín también mencionó que uno de sus trabajadores se quedó con el ladrón por un momento en lo que llegaba la policía y se enteró de su nombre, por lo se lo comunicó a su jefe: “me dijo: ‘se llama Martín igual que tú’, y me tocó el corazón. Salí, tomé aire y fui a decirle al muchacho que si necesitaba trabajo aquí iba a encontrar trabajo, o si le faltaba de comer que con nosotros iba a tener un plato de comida”.

Los conductores del medio le preguntaron que si estaba dispuesto a correr ese riesgo, a lo que respondió: “yo creo que probaría, creo que no dejaría de probar no sé, un par de días y que vea que hay otra forma de ganarse la vida. Si me equivoco, bueno, pues me equivoqué”.

Enseguida relató la reacción del menor: “parece una novela, pero me miró y vio que se lo decía en serio y se le cayó una lágrima y me mostró la mano y le di la mía”.

El citado medio entrevistó al Martín, el adolescente, cuando se reunió con Martín Moschioni, y entre lágrimas, comentó, “yo necesitaba plata para llevar comida a mi casa, alimentar a mi familia”.

Luego le dijo al empresario: “que me perdone. Yo estuve mal y él me ofreció trabajo y bueno yo al otro día vine para acá, le pedí perdón y lo abracé. Él me recibió con un café, un plato de comida y dijo que me iba a ayudar, que le iba a dar trabajo a mi hermano y por eso vine directo para acá”.

Finalmente dijo: “estoy emocionado que mi hermano va a tener trabajo y todo. Yo entiendo que hay otro camino y ese camino lo voy a tomar. Voy a empezar a hacer las cosas bien y voy a ir al colegio de nuevo, como hacía antes”.

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