Los drusos de los Altos del Golán miran con recelo los planes de Israel en la nueva Siria
Majdal Shams (Altos del Golán), 20 dic (EFE).- "¡Asad se ha ido, Siria es libre!", Nabih Al Halabi, un activista sirio druso de la localidad de Majdal Shams, en los Altos del Golán ocupados por Israel, vuelve, todavía emocionado, a estas palabras preguntado sobre cómo vivió la caída del régimen Bachar Al Asad el 8 de diciembre, aunque reconoce que mira con recelo los planes de Israel en la nueva Siria, especialmente por la presencia de sus tropas en la zona desmilitarizada de la frontera.
"Me llamó un amigo de Siria y cuando me lo contó no podía parar de llorar, estuve dos días sin dormir. Todos los drusos salimos a la calle a celebrarlo, estamos muy contentos, aunque nos inquieta el papel que pueda tomar Israel", indica este activista de 54 años, que nunca ha podido visitar Siria por las órdenes de captura que el anterior régimen impuso sobre él.
Al Halabi es uno de los 12.000 drusos, una minoría árabe presente en otros países de la región, de Majdal Shams, donde la nueva bandera siria ondea ya en la pequeña plaza de este pueblo de los Altos del Golán, que está pegado a la zona desmilitarizada ocupada desde hace dos semanas por tanques israelíes.
El Ejército israelí se desplegó en la zona desmilitarizada de los Altos del Golán tras la llegada de los rebeldes a Damasco y se prevé que mantengan sus posiciones durante al menos los meses de invierno, anunció recientemente el ministro de Defensa, Israel Katz.
Este despliegue militar ha sido criticado por algunos países árabes y por la ONU, cuyo secretario general, António Guterres, consideró que supone una violación del acuerdo territorial entre Israel y Siria, que data de 1974, tras la ocupación israelí de los Altos del Golán sirios en 1967 en la Guerra de los Seis Días, territorio que luego se anexionó unilateralmente por la vía legal en 1981.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, insiste en que la presencia de sus fuerzas en ese "área de amortiguación" del sur de Siria es temporal, medida necesaria para evitar que grupos yihadistas "llenen ese vacío". Aunque medios israelíes apuntan a que el mandatario habría ordenado a las tropas no abandonar esa zona hasta finales de 2025.
"Quiero creer que las tropas israelíes no estarán para siempre en esa zona. La sensación que yo tengo es que Israel tiene miedo del nuevo régimen y de las posibles guerras que puedan estallar", agrega Al Halabi.
Esta desconfianza en los futuros movimientos israelíes militares en la zona también la siente Atta Fartah, druso de la aldea Buqata, y periodista "hasta hace dos días", como él dice, de la televisión estatal de Siria, ahora en manos de los rebeldes.
"Israel primero dijo que la presencia de sus tropas sería algo temporal, luego todos los meses de invierno... es difícil dar credibilidad a las palabras de Israel", indica.
Fartah, de 52 años, cuenta desde la que ha sido su oficina como corresponsal en el Golán para la televisión siria que, de momento, no quiere seguir trabajando con este medio porque ahora "está en manos de islamistas que vienen de Al Qaeda".
"Yo tengo miedo porque no he visto las nuevas caras de Siria. El futuro es todavía oscuro y no sabemos qué va a pasar. Quiero subrayar que he sido un simple reportero, no era parte del régimen anterior", dice.
Sobre este asunto, Al Halabi discrepa y sí confía en que el líder de los rebeldes, Ahmed Al Sharaa, alias Abu Mohamed al Jolani, pueda dejar atrás los horrores del anterior régimen y establecer una Siria "democrática y liberal".
"Yo entiendo los miedos de otras minorías como los cristianos y kurdos, pero creo que hay una gran diferencia entre el pasado de Al Jolani vinculado a Al Qaeda y en lo que está diciendo y haciendo ahora", indica.
La vida de los drusos con Israel
Ninguno de estos dos drusos tienen pasaporte israelí, aunque según cifras oficiales, el 40-50 % de esta comunidad que habita en el Golán ocupado por Israel sí lo tiene.
Ambos entrevistados también pronostican que, con la nueva etapa que se abre ahora en Siria más jóvenes de estos territorios ocupados por Israel, se animarán a volver.
"Lo que vimos durante el régimen de Al Asad es que muchos jóvenes de nuestros pueblos, en vista de que en Siria no podían tener un futuro, pedían el pasaporte israelí, ahora la situación cambia totalmente", explica el periodista sirio.
El activista Al Halabi recuerda que, pese a la integración relativa de los drusos en el sistema israelí, el Estado hebreo no "respeta todos sus derechos", aunque el discurso oficial diga lo contrario.
La sede del entonces Ejército sirio, bombardeada en dos ocasiones por Israel, todavía sigue en pie y desde su azotea se observa la zona desmilitarizada, que Netanyahu no tiene planes inmediatos de desalojar.
Núria Garrido
(c) Agencia EFE