Donald Trump impone aranceles del 25% a las importaciones de automóviles a Estados Unidos

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este miércoles la imposición de aranceles del 25% a las importaciones de automóviles, una medida que, según la Casa Blanca, fomentará la fabricación nacional. Al mismo tiempo, esta decisión podría suponer un apretón financiero para los fabricantes de automóviles que dependen de las cadenas de suministro globales.

"Esto es permanente", anunció Trump, subrayando su seriedad sobre la directiva de aranceles. El mandatario estadounidense añadió que los aranceles a los vehículos "comenzarían a cobrarse a partir del 3 de abril". Los gravámenes llegan mientras observadores y expertos advierten de que esto podría afectar a la industria automovilística estadounidense, ya que incluso los fabricantes de automóviles de Estados Unidos se abastecen de componentes de todo el mundo, lo que significa que podrían enfrentarse a mayores costes y menores ventas.

Algunas de las proyecciones estiman que el precio medio probable de un coche importado podría aumentar en 12.500 dólares estadounidenses si los impuestos repercuten en su totalidad en el comprador, lo que podría contribuir a la inflación general.

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En la primera reacción al anuncio de Trump, las acciones de General Motors se desplomaron aproximadamente un 3% el miércoles por la tarde, mientras que las de Stellantis, propietaria de Jeep y Chrysler, cayeron casi un 4%. Entretanto, las acciones de Ford subían ligeramente.

Ursula von der Leyen reacciona a esta medida

En Bruselas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lamentó la decisión de Estados Unidos de atacar las exportaciones de automóviles desde Europa y prometió que el bloque comunitario protegería a los consumidores y a las empresas.

"Los aranceles son impuestos. Son malos para las empresas y peores para los consumidores, por igual, en Estados Unidos y en la Unión Europea", señaló en un comunicado, añadiendo que el Ejecutivo comunitario evaluaría el impacto de la medida, así como el de otros aranceles estadounidenses previstos para los próximos días.

En esta foto de archivo del 21 de febrero de 2014, empleados trabajan en una planta de automóviles de Honda en Celaya, en el central estado mexicano de Guanajuato.
En esta foto de archivo del 21 de febrero de 2014, empleados trabajan en una planta de automóviles de Honda en Celaya, en el central estado mexicano de Guanajuato. - Eduardo Verdugo/Copyright 2019 The AP. All rights reserved.

Donald Trump lleva tiempo declarando que impondría aranceles a las importaciones de automóviles como seña de identidad de su presidencia, con la esperanza de que, al aumentar el precio de los impuestos, se trasladase más fabricación a Estados Unidos y se redujera el déficit presupuestario.

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Sin embargo, los fabricantes de automóviles estadounidenses e internacionales ya cuentan con plantas en todo el mundo para satisfacer la demanda de clientes de todo el planeta, manteniendo al mismo tiempo unos precios competitivos. Ahora, preocupa que las empresas puedan tardar años en planificar, construir y poner en marcha las fábricas adicionales que propone Trump.

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Mientras tanto, el primer ministro canadiense, Mark Carney, indica que necesita ver los detalles de la orden ejecutiva de Donald Trump antes de tomar medidas de represalia. Carney la calificó de injustificada y declaró que dejará la campaña electoral para ir a Ottawa el jueves a presidir su comité especial del Gabinete sobre las relaciones con Estados Unidos.

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Antes, el primer ministro canadiense anunció un "fondo de respuesta estratégica" de 2.000 millones de dólares canadienses (unos 1.400 millones de dólares estadounidenses) que protegerá los empleos de Canadá en el sector del automóvil, que se ven afectados por los aranceles de Trump.

El automóvil es la segunda mayor exportación de Canadá, y Carney ha señalado que emplea a 125.000 canadienses directamente y a casi otros 500.000 en industrias relacionadas. El primer ministro señala que es apropiado que él y Trump hablen por teléfono. Ambos no han mantenido una conversación desde que Carney juró su cargo el pasado 14 de marzo.