Disputa por yacimiento gasífero en el Golfo Pérsico pone a prueba acercamiento Arabia Saudí-Irán

DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — Una creciente disputa en torno a un yacimiento gasífero en el Golfo Pérsico pone a prueba un acuerdo mediado por China para reconciliar a los rivales regionales Arabia Saudí e Irán.

Arabia Saudí y la vecina Kuwait reclaman en conjunto el yacimiento marítimo Al-Durra. Irán asegura que tiene derechos sobre el yacimiento, al cual se refiere como Arash. Ambas partes sostuvieron un diálogo en marzo pasado en Irán, pero no pudieron llegar a un acuerdo sobre una demarcación de límites.

Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Nasser Kanaani, dijo que su país no tolerará ninguna violación a sus derechos, reiterando las declaraciones que emitió el ministro petrolero el día anterior.

“Hemos expresado nuestra disposición a participar en un diálogo con la parte kuwaití”, dijo Kanaani a la prensa el lunes. “Pero si no existe un interés en el uso mutuo de este yacimiento conjunto, la República Islámica de Irán naturalmente ha puesto la exploración y utilización de los recursos en su agenda”.

El ministro del Petróleo de Kuwait dijo a Sky News Arabia la semana pasada que su país comenzaría con la perforación y producción sin esperar a que se concrete un acuerdo.

Arabia Saudí se ha puesto del lado de Kuwait, asegurando que ambas naciones tienen propiedad exclusiva sobre el yacimiento, y ha hecho un llamado a Irán para que regrese a la mesa de negociaciones.

Arabia Saudí e Irán, los cuales han respaldado a partes opuestas en conflictos regionales y han intercambiado acusaciones de desestabilizar a la región, reanudaron relaciones diplomáticas formales en agosto pasado luego de siete años. Desde entonces, han reabierto sus respectivas embajadas y han recibido a altos funcionarios.

Pero mantienen su respaldo a lados opuestos de la guerra civil en Yemen, la cual continúa a pesar de un cese del fuego de 15 meses. Arabia Saudí también se encuentra en negociaciones con Estados Unidos en torno a la posible normalización de relaciones con Israel, país que los dirigentes iraníes han dicho que debería ser borrado del mapa.

“Cualquier paso rumbo a la normalización de relaciones con este agresivo régimen sólo servirá para darle más margen de maniobra para cometer más atrocidades contra la nación palestina”, dijo Kanaani.

Se desconoce si la disputa en torno al yacimiento, la cual se remonta a la década de 1960, irá más allá de las palabras. Pero las tensiones ya son altas en el Golfo Pérsico, en donde Estados Unidos está reforzando sus capacidades militares en respuesta a lo que describe como incautación ilegal de buques petroleros y acoso a barcos comerciales por parte de Irán.

Arabia Saudí y Kuwait acordaron el año pasado explotar en conjunto el yacimiento. Kuwait dijo en su momento que pretenden producir 28.3 millones de metros cúbicos (1.000 millones de pies cúbicos) de gas natural y 84.000 barriles de gas licuado al día. Irán calificó el acuerdo de ilegal y dijo que se le debería incluir en dichos planes.

“Un conflicto militar por el yacimiento es sumamente improbable, pero la carrera para explotar los recursos de hidrocarburos en disputa en el Golfo Pérsico tiene el potencial de socavar enormemente la causa de la distensión regional”, comentó Alex Vatanka, director del programa para Irán en el Instituto para el Medio Oriente, un grupo con sede en Washington.