Dos veces lo designaron para un adiós, pero su regreso fue potente. Cuánto creció el hermano de Adonis

Adonis García siempre esperó este momento.

Cuando el pelotero de Ciego de Ávila era una de las piezas de los Bravos de Atlanta, su hermano José Adolis había trazado en su vida un complicado viaje desde Cuba a Japón y de ahí a los Estados Unidos con la idea de jugar Grandes Ligas.

“En Cuba nunca estuvimos juntos, y sí, hemos soñado eso [jugar juntos en Grandes Ligas] mucho, hablamos de eso todos los días’’, manifestó Adonis durante una visita a Miami en el 2016.

“Sería algo bello. Va a llegar el momento en que disfrutaré más verlo jugar a él, que experimentar el juego yo mismo’’.

Sin duda, el momento no solo ha llegado para disfrutar a Adolis García sino para admirar lo que viene haciendo con estos Rangers de Texas que acaban de conquistar su boleto a la Serie de Campeonato de la Liga Americana, donde les esperan los favoritos campeones defensores Astros de Houston.

Llegado sin bombos ni platillos, en el silencio del anonimato, y falto del pedigrí de los grandes eventos internacionales como otros de sus compatriotas, Adonis García sabía muy bien lo que significa luchar contra la adversidad y romper las barreras mentales de quienes no creen en ti.

Adolis llegó con más equipaje que su hermano: miembro del equipo Cuba que enfrentó a los Rays en su visita histórica a la Habana, firmado por los Gigantes de Yomiuri en Japón, parecía que su camino sería más fácil a las Mayores que la de un Adonis que debió pagar su derecho a piso en la granja de los Yankees y el béisbol del Caribe.

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Pero fue todo lo contrario porque ahora muchos se preguntan cómo pudo resistir y seguir adelante un pelotero que fue designado para asignación, no una, dos veces, primero por los Cardenales de San Luis y luego por estos mismos Rangers que hoy están felices de tenerlo.

Designar para asignaciones es una construcción verbal que que esconde una verdad como un templo: el equipo no te necesita, no te tiene en sus planes o, al menos, no eres una prioridad. Así que mejor ve buscando otra geografía o dedícate a otra cosa.

García había bateado 32 jonrones en Triple A, pero también se había ponchado 159 veces en 520 apariciones en el plato, tras firmar con los Cardenales después de haber abandonado un vuelo de Japón a Cuba durante una escala en París, que le vio terminar en República Dominicana.

En San Luis coincidiría con su compatriota Randy Arozarena, otro que exhibía talento en las Menores, pero que no hallaba espacio en el roster principal, y lo cierto es que después de la temporada del 2019, los dos se habían combinado para apenas 40 apariciones en el plato de Grandes Ligas en dos años.

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Para los Rangers no implicó riesgo alguno hacerse de este chico fornido que venía a menos con los Cardenales, pero tampoco fue que su llegada resultó de un impacto momentáneo y brutal, como sí le sucedió a Arozarena con los Rays de Tampa Bay.

Aunque trabajó mucho para mejorar su swing, los Rangers también estuvieron muy cerca de tirar la toalla con Adolis y, una vez más, fue designado para asignación y lo colocaron en la lista de peloteros disponibles a principios del 2021, donde nadie lo reclamó para fortuna futura de Texas.

Poco después llegaría la oportunidad de García, quien comenzó a pegar cuadrangulares a borbotones para finalizar cuarto en la votación del Novato del Año en esa misma temporada, a tres puestos de distancia de su compatriota Arozarena, como si fuera una señal del destino.

El hecho de que ambos hayan compartido jardines en el Juego de las Estrellas por el joven circuito -y competido en el Derby de Jonrones uno contra el otro- es apenas una prueba más de la madurez que han alcanzado en ruta hacia temporadas especiales: en el caso de Arozarena insertado en el club 20-20 (con 20 o más jonrones y bases robadas) y García con 39 bambinazos para la calle y 107 impulsadas.

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Ese mismo 2021 será crucial para el crecimiento de García, pues tuvo que soportar como esa versión del cub perdía 102 partidos -y como si fuera poco 94 en el 2022-, a pesar de pegar por primera vez más de 30 cuadrangualres, y antes de que la organización se embarcara en un proceso de renacimiento.

La llegada de Bruce Bochy al puesto de mando, la salud de Corey Seager, la emergencia de Evan Carter, el pitcheo de Nathan Eovaldi, entre otros elementos, son puntales del repunte en esta contienda, pero lo que ha sido la constante es el aporte de Adolis con el madero y con el guante en el jardín derecho.

“Creo que es por eso por lo que estoy disfrutando tanto’’, afirma García, quien pegó un batazo descomunal en el tercer juego de la Serie Divisional contra los Orioles en Baltimore.

“Es algo de lo que he formado parte. Formé parte del proceso. También hice mis ajustes durante ese tiempo. Es algo que estamos disfrutando mucho ahora. Ha pasado mucho tiempo’’.

También ha pasado mucho tiempo cuando aquel septiembre del 2016 Adonis García pronosticara que llegaría el momento en que disfrutaría mucho ver jugar a su hermano, convertido en estrella por derecho propio como un simple aficionado.