DeSantis, más proclive a no ceder que a dar un giro al entrar en la contienda presidencial

Thomas Massie llevaba menos de un año en el Congreso cuando un colega le propuso un plan controversial. El representante Ron DeSantis, de la Florida, también novato, estaba exhortando a los legisladores republicanos a que acudieran a la Cámara federal para protestar contra una propuesta de impuesto sobre las ventas por internet que contaba con el firme apoyo de los gigantes del comercio minorista y solo una tenue oposición del Partido Republicano.

El esfuerzo de DeSantis suscitó una feroz reacción. Los legisladores se sorprendieron al recibir llamadas de cabilderos airados incluso antes que terminara el debate, exigiéndoles que dieran marcha atrás.

Sin embargo, el republicano de la Florida no vaciló, una demostración, dice Massie, de cómo DeSantis responde a los críticos cuando sus planes son criticados.

“Solo pensé, asegúrate de que él tiene razón antes de seguirlo”, dijo Massie a McClatchy, “porque no va a retroceder y pudiera ser controversial”.

La legislación finalmente nunca salió de la Cámara, una victoria para DeSantis que ayudaría a formar la base de una mentalidad intratable que sus aliados dicen que jugará un papel importante en su campaña presidencial.

Después de salir de las elecciones intermedias del año pasado como la principal alternativa indiscutible de los electores del Partido Republicano al ex presidente Donald Trump, DeSantis ha enfrentado un torrente de críticas de sus compañeros republicanos en las últimas semanas, que han cuestionado su juicio político en temas como su disputa con Disney y lo que algunos llamarían el lanzamiento retrasado de su campaña a la Casa Blanca. Incluso algunos aliados y donantes le han pedido que modifique su enfoque o ceda en algunas de sus posiciones duras para que su campaña no se desvanezca antes que comience oficialmente.

Pero un giro, según veteranos observadores de DeSantis como Massie, no se verá a corto plazo.

Más bien, el republicano de la Florida planea redoblar la apuesta en sus posiciones pasadas, dicen aliados y conocedores, seguros de que la historia reciente demuestra que él y su operación política están mejor sintonizados con los valores y deseos del elector republicano promedio que sus críticos y escépticos.

“Capear los ataques de la clase parlanchina del círculo del poder para cumplir las promesas de campaña puede ser un concepto ajeno a los rancios republicanos del establishment, pero Ron DeSantis tiene un largo historial de no escuchar a los críticos y hacer lo que dijo que iba a hacer”, dijo en un comunicado Dave Abrams, portavoz del equipo político de DeSantis.

SELLO DE SU CARRERA

Mientras se prepara para anunciar su candidatura a la presidencia la próxima semana, la postura desafiante del gobernador ante las críticas representa una de sus apuestas políticas más audaces, y arriesgadas,, confiando en que sus instintos pueden prevalecer en el más alto nivel de la política.

Esa actitud ha sido un sello distintivo de su carrera política que se remonta a su decisión como neófito político en 2012 de postularse al Congreso. Seis años más tarde se enfrentó al favorito del establishment Adam Putnam como candidato a gobernador. Ambas decisiones dieron frutos.

Como gobernador, DeSantis volvió a forjarse una identidad desafiando a los críticos —tanto políticos como médicos— cuando levantó las restricciones de salud pública en 2020 durante la pandemia, incluso cuando el virus seguía matando a decenas de miles de personas todos los meses.

Más tarde emprendió acciones de gran alcance en asuntos sociales como prohibir la discusión de la orientación sexual o la identidad de género para los niños pequeños en las escuelas, impulsándola a pesar de las vociferantes objeciones de muchos grupos activistas LGBTQ y, después de su aprobación, de Disney.

En sus discursos, DeSantis dice a menudo que recibió el consejo de gobernar como un moderado en Florida, donde las elecciones más votadas se han decidido por estrechos márgenes. Pero sus decisiones fueron políticamente reivindicadas, creen los aliados del gobernador, cuando navegó hacia una fácil victoria de reelección en 2022. Y están tan ansiosos por pulir su imagen de luchador que el superPAC elegido para respaldar su campaña a la Casa Blanca, que pronto se anunciará, se llama “Never Back Down”.

“La estrategia ha sido tomar una decisión, adoptar una postura y nunca echarse atrás”, dijo Justin Sayfie, veterano cabildero del Partido Republicano en la Florida. “Eso es lo que hace. Ha sido una fórmula que le ha salido bien”.

Massie dijo que no le sorprendía que DeSantis haya seguido adelante con su disputa con Disney.

“Nadie debería sorprenderse, especialmente si le has seguido la pista durante 10 años”, dijo. “Fue igual en el Congreso. Si tomaba una posición que creía correcta y recibía críticas, simplemente la redoblaba”.

BATALLA PRESIDENCIAL

Lo que funcionó en la Florida, por supuesto, no será necesariamente exitoso al pelear contra Trump y un grupo de otros experimentados candidatos del Partido Republicano, advierten algunos republicanos.

“La batalla de la campaña presidencial no se parece a ninguna otra batalla ideada por el hombre”, dijo Sayfie. “Y nunca se sabe cómo le va a ir a alguien hasta que esté en esa batalla”.

Como para probar el punto, Disney anunció el jueves que retiraría una inversión planificada de $1,000 millones en el estado, citando “condiciones comerciales cambiantes”, mientras sigue su disputa con DeSantis.

Los dimes y diretes de DeSantis con Disney sobre el control de un distrito de mejoramiento ha sido quizás su posición más controversial de los últimos tiempos, con republicanos como el ex gobernador de Nueva Jersey Chris Christie reprendiéndolo por usar el poder del gobierno para castigar a una empresa privada.

Los asistentes del gobernador, sin embargo, señalan que las encuestas muestran que la mayoría de los electores del Partido Republicano están de su lado en el enfrentamiento: Un sondeo de Reuters/Ipsos publicado en abril reveló que 64% de los electores nacionales del Partido Republicano dice que DeSantis está “revocando acertadamente el trato especial a Disney”, frente a solo 36% que dice que está castigando a la empresa por ejercer sus derechos de libertad de expresión.

El propio DeSantis ha defendido su pelea con Disney como un asunto sobre “quién gobierna en nuestra sociedad”, argumentando que los electores reivindicaron su posición. Señala que incluso obtuvo buenos resultados en noviembre en el Condado Osceola, donde viven muchos empleados de Disney.

“Nadie pudiera confundir mi posición de campaña”, dijo DeSantis en una conferencia de prensa a principios de este mes. “Sin embargo, no solo tuvimos éxito, sino que nos fue mejor en lugares como el Condado Osceola de lo que un republicano lo ha hecho en mucho tiempo e incluso ganamos el condado por 7%. Así que tuvimos el debate y ahora estamos implementando la voluntad del pueblo. Y para ellos actuar como si tuvieran la capacidad de vetar eso es tener una falta de respeto hacia los electores de este estado”.

DeSantis suele pregonar su inmunidad a las críticas en público, llegando incluso a sugerir que se siente reivindicado que está tomando el curso de acción correcto cuando lo critican.

Pero ese enfoque también puede dar lugar a críticas. Steve Schmidt, quien dirigió la campaña presidencial de John McCain en 2008 antes de convertirse en un frecuente crítico republicano, reprendió a DeSantis en un video reciente, diciendo que el presidente de Estados Unidos debe estar ocasionalmente dispuesto a dar marcha atrás cuando la situación lo dicte.

“¿De verdad quieres que la persona más poderosa del mundo, una persona a cargo del arsenal nuclear, carezca de la sabiduría para creer que está bien no retroceder nunca?”, dijo Schmidt.

En ocasiones, DeSantis se ha mostrado dispuesto a desviarse de sus posiciones. En marzo, tras emitir una declaración muy criticada en la que calificaba la invasión rusa de Ucrania de “disputa territorial”, aclaró que creía que Vladimir Putin se había equivocado al invadir.

Un mes después, cuando Trump fue encausado por un fiscal de Manhattan, la respuesta inicial de DeSantis mencionó repetidamente los “pagos de dinero a cambio de silencio” del ex presidente a estrellas porno. La descripción estuvo ausente de las declaraciones de DeSantis una semana después, cuando Trump fue procesado.

Pero sus aliados dicen que, en general, DeSantis suele pensar que entiende mejor el fondo y la política de los asuntos que sus críticos, especialmente cuando se trata de los electores conservadores.

Massie relató que recibió una llamada telefónica de DeSantis en el verano de 2020, cuando la pandemia estaba matando a decenas de miles de estadounidenses cada mes y los críticos, incluidos políticos y médicos, criticaban a DeSantis por levantar las restricciones de salud pública.

“’Sé que mi postura es impopular en este momento, y que me están machacando en los medios, pero voy a apoyarme en ella porque en un año o dos se darán cuenta que tenemos razón”, relató Massie citando a DeSantis. “Y creo que estaremos en una buena posición dentro de un par de años”.