Wimbledon le pone fin a una tradición de 147 años: reemplazará a los jueces de línea por la tecnología
Wimbledon, el torneo de tenis más prestigioso del mundo, es un evento que pese a sus estrictas tradiciones (la vestimenta de color blanco, por ejemplo) no evitó innovar y dar pasos hacia adelante. El Grand Slam británico acaba de sacudir el circuito con un anuncio histórico: rescindió del uso de jueces de línea para 2025, reemplazando a los árbitros humanos por la tecnología y inteligencia artificial por primera vez en los 147 años del campeonato que se disputa sobre césped.
Desde el año próximo, la imagen de hombres y mujeres bien vestidos (de camisa, pantalón y boina) de pie y atentos al fondo y a los costados de los courts del All England Club ya no existirá después de que los organizadores del certamen tomaron la decisión de instalar un sistema automatizado de llamada electrónica de línea (Electronic Line Calling Live; ELC Live; algo así como “Cobro de Línea Electrónico en Directo”) en las 18 canchas del complejo, incluida la central.
El avance de la tecnología en el tenis es una tendencia efectiva que se observa en el circuito desde, aproximadamente, 2020 y que puede hacer desaparecer a los jueces de línea para siempre. “Tras analizar los resultados de las pruebas realizadas en The Championships (Wimbledon) este año, consideramos que la tecnología es lo suficientemente robusta y que es el momento adecuado para dar este importante paso en la búsqueda de la máxima precisión en nuestro arbitraje (...) Nos tomamos muy en serio nuestra responsabilidad de equilibrar la tradición y la innovación en Wimbledon. Los jueces de línea han desempeñado un papel central en nuestra estructura de arbitraje durante muchas décadas y reconocemos su valiosa contribución y les agradecemos su compromiso y servicio”, comunicó Sally Bolton, directora ejecutiva del All England Club.
La utilización del Hawk-Eye Live (Ojo de Halcón en Vivo), un sistema automatizado que elimina a los jueces de línea, fue probado por primera vez durante el Next Gen ATP Finals de 2017, en Milán. Luego, la necesidad de mantener el distanciamiento social por la pandemia de Covid-19 quitó a los jueces de línea de los courts desde agosto de 2020 y, en torneos como Cincinnati, el US Open [excepto en los dos estadios principales, el Arthur Ashe y el Louis Armstrong] y el Masters, fueron reemplazados por el sistema que aporta mayor precisión pero quita tracción a sangre y elimina puestos de trabajo.
En abril pasado, el presidente de la ATP, el italiano Andrea Gaudenzi, ya había anunciado que los jueces de línea serían reemplazados en su totalidad por el programa electrónico desde 2025. Entre los Grand Slams, que organizativamente responden a la Federación Internacional de Tenis, el US Open y el Abierto de Australia ya habían abandonado definitivamente a los jueces de línea, algo a lo que ahora se sumó Wimbledon. Hasta el momento, Roland Garros, que se juega sobre polvo de ladrillo, una superficie cuyo pique queda marcado y muchas veces se presta a las polémicas, se mantiene como el único major que seguirá contando con los jueces de línea. ¿Hasta cuándo? Se verá.
En el tenis, el Ojo de Halcón (Hawk Eye) se utilizó en forma oficial por primera vez en 2006, en el torneo de Miami. El US Open, ese mismo año, fue el primer Grand Slam en usar el sistema y, en 2018, el primer major en ofrecer las “llamadas de línea electrónica” en todas las canchas para los partidos de singles y dobles del main draw. Con el tiempo, el sistema se fue perfeccionando y hasta los “challenge” se transformaron en parte del entretenimiento en las pantallas de los courts cuando los espectadores debaten si la pelota en discusión fue buena o no. Con el Hawk-Eye Live se fue un paso más allá y lo que era una herramienta para ofrecer equidad pasó a ser, prácticamente, la primera y última palabra.
La tendencia de los torneos, desde hace tiempo, es reducir costos y no utilizar al plantel de jueces es una opción concreta. Es verdad que contar con el sistema de Hawk-Eye Live representa un importante presupuesto de dinero, pero también significa un desembolso sostener a los árbitros. Un ATP 250 como el de Buenos Aires, por ejemplo, necesita 40 jueces para cubrir las canchas durante una semana (más la qualy). Además de abonar los sueldos, el certamen se hace cargo de la comida, de la vestimenta, del seguro y del montaje de la carpa donde los árbitros descansan o dejan sus pertenencias (alojamiento únicamente reciben los umpire; los jueces de línea extranjeros suelen instalarse en los domicilios de sus colegas locales).
Desde que se incorporó el Ojo de Halcón al tenis, los árbitros empezaron a conversar, con suma preocupación, sobre su futuro. Hoy ya se puede aseverar que se trata de una profesión en riesgo, porque ser juez de línea es el camino indicado en el desarrollo de un umpire.
Cambio de horario en las finales
Wimbledon también anunció una modificación en el horario de sus finales de 2025, con la ambición de “mejorar la experiencia” de todos los involucrados. Los jugadores de dobles tendrán una mayor certeza de a qué hora juegan y los espectadores disfrutarán del día in crescendo hasta la llegada de las finales de singles masculina y femenina, con “los campeones coronados en frente de la mayor audiencia mundial posible”, dijo Bolton, máxima autoridad del All England Club.
De este modo, la final femenina se jugará el sábado, como hasta ahora, pero a las 16 de Gran Bretaña, en lugar de a las 14. La final masculina del dobles comenzará a las 13 en lugar de disputarse una vez finalizada la femenina, como se hacía hasta el momento. En el caso de la final individual masculina, se jugará el domingo a las 16, en lugar de a las 14, con la final de dobles femenina desde las 13.