La victoria de Araujo, el liderato del Girona y la indignación del Celta

Madrid, 4 nov (EFE).- A menos de un minuto del final, en el 92, un testarazo de Ronald Araujo, revisado y confirmado por el VAR, dio un triunfo agónico al Barcelona para seguir en la competencia por el título de LaLiga EA Sports, a cuatro puntos del liderato del Girona, cuyo impresionante inicio continuó con un 2-4 a Osasuna, entre la indignación del Celta, por un penalti en el minuto 96 inicialmente señalado e invalidado por la revisión en el vídeo del árbitro Hernández Hernández en el 1-1 contra el Sevilla en Balaídos.

Al límite del final y al límite de la posición ilegal (la imagen del VAR demostró que era correcto su lugar de partida para el remate del defensa uruguayo), el conjunto azulgrana doblegó a una meritoria Real Sociedad, que mereció más ante la actuación de Marc Andre Ter Stegen, y reencontró la presión sobre el Real Madrid, que se enfrenta este domingo al Rayo en el Santiago Bernabéu para seguir al frente de la clasificación.

Derrotado en el 'Clásico' de la pasada semana, esquivó la segunda jornada sin ganar el grupo dirigido por Xavi Hernández, en el que reapareció Pedri, en el campo desde el minuto 57 en sustitución de Robert Lewandowski. No jugaba desde el 20 de agosto, cuando marcó uno de los dos goles del bloque azulgrana frente al Cádiz.

En su ofensiva final, con mucho mejor resultado que juego, el Barcelona se acercó a la victoria frente a las paradas de Remiro hasta que la consiguió para seguir la estela del Girona, que sigue firme.

Sus impresionantes 31 puntos, sus imponentes 10 victorias en 12 jornadas, su asombrosa victoria por 2-4 en El Sadar ante Osasuna, repuesto de un 2-1 en contra con la autoridad de un grupo que ni siquiera intuye aún sus límites, no sólo expresan una realidad incontestable, sino que lo elevan a un lugar extraordinario.

A punto ya de sobrepasar el tercio de la competición, a la espera del resultado dominical del Real Madrid contra el Rayo, que dictará si el Girona sigue o no como líder, en las cinco grandes ligas europeas sólo hay tres excepciones que promedian más puntos que el conjunto rojiblanco: el Bayer Leverkusen, el Bayern Múnich y el Tottenham.

Su hazaña es todavía irrefrenable. La enésima demostración fue en El Sadar. Se adelantó primero, con el 0-1 de Iván Martín, una salida trepidante, dirigida por Savinho. Después, Ante Budimir marcó dos tantos, para el 2-1 (m. 25 y 55), pero ni siquiera eso pudo con el equipo catalán, Artem Dovbyk (autor del 2-2 en el 70 y asistente en el 0-1 y en el 2-3), Viktor Tsygankov, goleador del 2-3 en el 80; Aleix García, que anotó el 2-4, y compañía.

"Hay que incorporar un físico al VAR"

La indignación es del Celta. Más allá del minuto 96, con 1-1 en el marcador (Starfelt marcó el 1-0 en el minuto 22 en un centro de falta de Iago Aspas y En Nesyri igualó para el Sevilla en el 84, en un error de Óscar Mingueza, cuando el conjunto celeste jugaba en inferioridad por la expulsión de Renato Tapia en el 65), el árbitro, Hernández Hernández, entendió como pena máxima el agarrón de Jesús Navas dentro del área sobre Anastasios Douvikas. A instancias del VAR, se fue a ver la jugada en cuestión.

Rodeado por todos, en la situación límite del último lance del partido, con los agobios por el descenso de ambos equipos, con el nerviosismo de tal momento, en el minuto 99 y 28 segundos, el árbitro decretó que no era penalti, Iago Aspas lanzó el VAR al suelo y el encuentro terminó en cuanto se puso en juego. Rabia en el Celta, alivio en el Sevilla, aunque aún sigue sin ganar lejos de su estadio y está todavía a cuatro puntos del descenso.

"Lo que hay que incorporar al VAR es un físico, para que mida la fuerza para saber qué es fuerte o no, qué es suficiente o no. Me ha parecido sorprendente que el árbitro haya dado penalti y después haber ido a ver la jugada que viéndola cualquiera que haya jugado al fútbol se da cuenta de que estamos hablando de la intensidad", valoró Rafa Benítez, que despidió al árbitro entre una secuencia de gestos de negación cuando pasó a su lado.

"Los partidos hay que pitarlos desde el campo. Podíamos tener ocho, nueve o diez puntos más... Y estamos hablando de incidentes, porque alguien en su despacho, en una oficina, está valorando la intensidad de un agarrón en un empujón o un agarrón, cuando en el fútbol siempre ha existido el contacto", abundó en 'Dazn' al término del choque en Balaídos, donde también criticó la designación de Prieto Iglesias como árbitro del VAR en el partido.

"Es que lo ha visto todo el mundo, como la semana pasada nos pasó en Girona. Cada vez que sacamos la cabeza nos quieren hundir más. Con todas las que nos deben deberíamos estar casi en Champions. Rearbitrar la intensidad de un agarrón cuando ya lo has pitado... ¿Ya medir eso cómo es posible?", se quejó Iago Aspas, que remarcó que el agarrón "es clarísimo" y que denunció nada "nunca" caen a favor del Celta, que sigue en descenso.

El repunte del Betis, la reaparición de Fekir

Hacia arriba ya mira el Betis, con el regreso de Nabil Fekir en el minuto 87 después de ocho meses y diez días fuera por una lesión en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. No jugaba desde el pasado 24 de febrero ante el Elche.

Invencible en todas las competiciones en sus últimos diez compromisos, por primera vez en esta Liga ha enlazado dos triunfos. Es un impulso para el conjunto verdiblanco, invicto las últimas siete jornadas, pero con demasiados empates, cuatro, en esa secuencia de resultados, hasta su victoria ante el Mallorca que fortaleció los tres puntos conseguidos a última hora en la anterior cita contra Osasuna. Ya es sexto.

Hay polémica en su triunfo por 2-0. No en el 1-0, anotado por Willian José a pase de Miranda en el minuto 7. Ni tampoco en el 2-0, logrado por Ayoze Pérez dentro del área en el 65, sino en la expulsión de Omar Mascarell en el conjunto balear. Al borde del descanso, fue amonestado con la segunda amarilla en un lance con Marc Roca, en el que el pisotón aparentemente fue del medio centro del Betis al jugador del Mallorca. No al revés.

No le sirvieron de nada sus protestas a Ortiz Arias, el árbitro del partido. Ni sus gestos de incredulidad o desesperación ante una decisión que consideró injusta. Al menos, excesiva. Tampoco la señal del VAR que hizo con sus manos cuando recibió la segunda amonestación. "Indefensos y con uno menos por este error", protestó el club balear. El Mallorca sólo ha ganado uno de los doce duelos de Liga. Es decimosexto en la clasificación.

Iñaki Dufour

(c) Agencia EFE