Tomás Bartolini y Diego Ghiglione: la emoción de la figura del campeón y la reivindicación del scrum como espíritu del rugby

Tomás Bartolini y la emoción del final, festejando con sus hermanos luego de salir campeón con Dogos XV
Tomás Bartolini y la emoción del final, festejando con sus hermanos luego de salir campeón con Dogos XV - Créditos: @LA NACION/Rodrigo Néspolo

Habían pasado pocos minutos de la premiación de Dogos XV y Tomás Bartolini rompió en llanto, tras conectarse por videollamada con su papá. Abrazado por su hermano y su hermana, que viajaron a Buenos Aires para alentarlo desde la tribuna, no pudo contener la emoción luego de la consagración. “Es complicado hablar ahora… estuve hablando con mi viejo. Él está en Estados Unidos, desde que arrancó el torneo lo pude ver dos sólo días. Esto es para él y para mi vieja, que están haciendo un esfuerzo tremendo para mi familia”, dijo el hooker, tras una final intensa. “Tengo una sensación de felicidad total, poder darle este gustito a mi viejo. Estoy contento de que mis hermanos pudieron venir y por este equipo que siempre da todo”.

El premio al mejor jugador del torneo se lo llevó Joaquín De la Vega Mendía, pero Tomás Bartolini hizo grandes méritos para estar en la consideración, con una temporada en la que fue de menor a mayor: en los primeros cuatro partidos ingresó como reserva y el resto de la temporada se consolidó como titular y como una de las figuras de Dogos XV. La lesión de Santiago Pulella y el cambio de Boris Wenger como pilar izquierdo le abrió un lugar: “Es difícil ganarse el puesto. Competía con Boris, que somos amigos. Pero la rivalidad que hay es sólo en el entrenamiento. Vivimos juntos y compartimos muchas cosas. Con la lesión de Santiago, que fue un golpe duro para el equipo, pude entrar y con Boris pudimos conectar de una manera increíble”.

En tiempos en los que los primeras líneas suelen ser reemplazados en los segundos tiempos por la carga física que requiere el puesto, Bartolini rompe ese molde: en siete de los diez partidos que fue titular completó los 80 minutos como hooker. En total jugó 932 minutos y fue el trymen del equipo, con nueve conquistas. Más allá de los tries, su juego lo llevó a ser una de las figuras del campeonato. Fuertísimo en defensa, intenso en los rucks, actividad en el juego abierto, una topadora con la pelota y sólido en el scrum. La faceta que deberá ajustar son los lanzamientos en el line, una formación en la que Dogos XV fue inconsistente, incluso en la final.

Tomás Bartolini muestra orgulloso la medalla del campeón
Tomás Bartolini muestra orgulloso la medalla del campeón - Créditos: @LA NACION/Rodrigo Néspolo

En el partido ante Pampas, el jugador de 21 años mostró su repertorio defensivo, con diez tackles y tres pelotas recuperadas. Los jugadores más influyentes de la final arrancaron en el banco, con los ingresos de Juan Bautista Baronio, autor de 15 puntos, Facundo Cardozo, una fiera en defensa para recuperar pelotas y Pedro Delgado, con una gran injerencia para las mejoras del scrum. Bartolini fue otro de los puntos altos por su firmeza durante los 80 minutos. “Sabíamos lo que queríamos. Nos enfrentamos a un equipo duro, nos costó y se nos hizo difícil en las formaciones fijas. En el segundo tiempo salimos a dejar todo, no teníamos nada que perder. Pudimos corregir las formaciones fijas y eso nos dio el partido. Si eso está sólido, te da campeonatos”, analizó el hooker.

Formado en Marista Rugby de Mendoza, tuvo sus primeros pasos en el rugby profesional en el 2022 en Cafeteros PRO, el desaparecido equipo de Colombia. En el 2023 fue incorporado por Dogos XV, en la temporada que participó del Mundial Juvenil con los Pumitas. “A Tomi lo conocí hace dos años en Cafeteros PRO y ahora somos hermanos. Competimos por el puesto el año pasado y este año al principio también, siempre buscando lo mejor para el equipo. Es un jugadorazo y una gran persona, se merece todo lo bueno que le pasa”, destacó su compañero Borís Wenger. En este 2024, Bartolini se afianzó como figura y en un puesto en el que hay competencia fuerte en los Pumas, levantó la mano como una buena alternativa, con proyección. Con humildad, resalta la importancia del grupo para conquistar el torneo continental. “Somos un grupo de amigos, no somos compañeros. Eso hace que los equipos funcionen. Nos apoyamos entre todos y conectamos mucho”.

Tomás Bartolini y sus hermanos, emocionados, mientras dialogaban por videollamada con el padre
Tomás Bartolini y sus hermanos, emocionados, mientras dialogaban por videollamada con el padre - Créditos: @LA NACION/Rodrigo Néspolo

El scrum como bandera

Sin scrum no hay rugby unión. Dogos XV campeón hizo un culto a la formación madre del deporte. En varios tramos de la temporada, el conjunto cordobés no encontró funcionamiento ni volumen de juego. El scrum siempre lo mantuvo como un equipo competitivo y lo sacó de los malos momentos. “Le damos una importancia enorme al scrum. Si las formaciones fijas salen, es muy difícil que se te compliquen las cosas en un partido. Si tenés un scrum dominante, vas a poder sacar adelante un partido sin complicaciones” destacó Bartolini, un eslabón fundamental para esa arma letal de Dogos XV. Además del aspecto mental y de forzar innumerable cantidad de penales, lograron ocho tries con esta formación en el 2024.

El trabajo de Diego Ghiglione fue fundamental para construir un scrum dominante. El entrenador logró imponer su método de trabajo y la cultura que trae de su club. “Yo lo llamo convicción. Esa convicción que tiene Urú Curé para jugar el scrum, que le ha dado tantos réditos, sentí que acá también se podía hacer. Me siento muy identificado con el rugby argentino cuando te empuja con el scrum, te pide line y va al maul. Después está todo lo otro del juego, por eso somos un equipo de trabajo. Es un orgullo poder haber transmitido estos valores de Urú Curé a esta franquicia”, destacó el entrenador.

Diego Ghiglione es el encargado del pack de forwards en un staff de entrenadores que lidera Nicolás Galatro y también integra Stéfano Ambrosio. Un apasionado del scrum, que vio el potencial de Boris Wenger para acomodarse como pilar izquierdo. “Fue difícil la lesión de Santi Pulella, que era el pilar titular. Siempre le digo a los chicos que la oportunidad de mejorar en el scrum está en el entrenamiento. Ahí vimos que Borís tenía una gran postura para jugar de pilar izquierdo, un gran empuje. Y Tomás de hooker sabía aplastar, llevar el scrum para abajo y adaptarse al rival que estaba enfrente. Después, con los dos pilares derechos que tenemos, facilitó para ellos dos puedan jugar el scrum más tranquilos, porque Octavio Filippa y Pedro Delgado desde la derecha bloqueaban al izquierdo”.

Diego Ghiglione con Leonardo Gea Salim
Diego Ghiglione con Leonardo Gea Salim - Créditos: @@dogosxv.cba

Con el ojo de Ghiglione para la formación, Dogos XV contrató a Pedro Delgado, pilar derecho de Santiago del Estero, campeón del NOA en el 2023 con Old Lions. Con 26 años, fuera del sistema de la UAR, sus ingresos en los segundos tiempos siempre mejoraron el scrum. Con 135 kg es un jugador a potenciar para nutrir a los seleccionados argentinos, con características que no abundan. Con el cambio en el entretiempo por Octavio Filippa, otro de mucha proyección, el scrum visitante se afirmó y forzó cinco penales en esa formación. En tres de ellos, Juan Bautista Baronio aprovechó para sumar puntos con el pie y en el último, provocó el try penal.

Para un fundamentalista del scrum como Ghiglione, no había mejor forma que cerrar una final de esa manera. “No es terminar el partido, sino terminar el torneo con ese try, sobre todo de una pelota que tiró el rival. Para llegar a eso, tenés que hacer mucho trabajo, que no me lo adjudico, sino que es trabajo del pack y de los primeras líneas, que creyeron en estos seis meses que esto iba a pasar. Estoy feliz. Como alguien que entrena scrum y forwards, me voy lleno”, expresó el entrenador, que festejó alocadamente el único try del segundo tiempo.

“Un try penal por un scrum que tiraron ellos, para nosotros era la frutilla del postre. No había nada mejor que terminar con ese try, a pesar de que el juego después siguió un par de jugadas. Apenas supimos que había un scrum 5, sabíamos a lo que íbamos. Tiramos dos años de trabajo de scrum en ese último”, admitió Bartolino, mientras que Wenger también sonríe al recordar esa jugada: “Lo hablamos antes del scrum y dijimos que estos son dos años de laburo, de todo lo que trabajamos, había que trasladarlo ahí. Entrenamos muchísimo en la semana el scrum con Diego. Los entrenamientos son más duros que los partidos, salimos todos agotados. Lautaro Simes desde atrás nos decía ´son dos años de laburo´. No hay nada mejor que terminar de esa forma”.