La provincia que es un motor de Argentina país y también la usina de la selección: cuál es su secreto

La reciente Copa América confirmó una tendencia en cuanto al origen de los jugadores del conjunto nacional

El goleador de la selección argentina en la Copa América, torneo que se disputa con esta denominación desde 1975, es Lionel Messi con 14 tantos, seguido por Gabriel Batistuta, que anotó 13 goles. Los jugadores con más partidos disputados en esta competencia son también Leo Messi, con 39 encuentros; Ángel Di María, con 28, y Javier Mascherano, que participó en 26 oportunidades. Batistuta convirtió en los encuentros finales de 1991, 1993 y Fideo Di María fue el autor del gol frente a Brasil en el recordado 1-0 del Maracaná en 2021. Messi, Di María, Mascherano y Batistuta son jugadores récord de la selección argentina en la Copa América, pero además tienen algo en común: los cuatro son santafesinos.

En la lista de 26 convocados por el técnico, Lionel Scaloni, para el torneo continental que se disputó en Estados Unidos, y que ganó la selección albiceleste, hubo cuatro jugadores de esa provincia: Franco Armani, que nació en Casilda; Ángel Di María, Giovani Lo Celso y Lionel Messi, los tres de Rosario. Esta importante presencia de futbolistas santafesinos es un patrón que se repite en cada plantel del conjunto nacional. En las 17 participaciones en Copa América desde 1975 hubo 53 jugadores nacidos en esa provincia, una cantidad sólo superada por Buenos Aires, que aportó 86, pero que cuenta con una población cinco veces mayor.

El epicentro de esta usina de futbolistas es la ciudad de Rosario, de donde surgieron 26 jugadores de esta larga y lista, seguido por la ciudad de Santa Fe, con 6, y los 21 restantes nacidos en localidades distribuidas por toda la provincia.

Ricardo Giusti, uno de los ganadores del Mundial de 1986 en México y el subcampeonato en Italia 1990, participó en las Copas América de 1983, 87 y 89, disputó 49 encuentros vistiendo la camiseta de la selección nacional, nació en Albarellos, un pequeño pueblo del sur de Santa Fe de poco más de 300 habitantes. “Es muy llamativo ver la cantidad de futbolistas de mi provincia y creo que una de las razones fundamentales es que en los pueblos el fútbol es una de las principales actividades. Los clubes tienen un rol fundamental y los torneos de liga movilizan a mucha gente. Cuando yo era chico salimos de la escuela y pasábamos el día completo en el club del pueblo jugando al fútbol. Eso, en las grandes ciudades se fue perdiendo porque los pibes tienen menos libertad para moverse y se practica menos fútbol como recreación. En las provincias todavía los chicos pueden seguir dedicándole tiempo al juego y esto ayuda a que se formen futbolistas”, sostiene el Gringo, que a los 14 años se mudó de su pueblo natal a Rosario y comenzó su periplo futbolístico en las divisiones inferiores de Newell’s, bajo las órdenes de Jorge Griffa.

“En aquellos años Rosario tuvo una serie de entrenadores, con Griffa a la cabeza y los Solari en Renato Cesarini, que fueron adelantados en la manera de reclutar jugadores y en como entendían el proceso de formación, porque para ser futbolista, y sobre todo con nivel de selección, no alcanza con ser bueno con la pelota. Hay una serie de factores que son tanto o más importantes que ser bueno técnicamente y ellos entendieron esto primero que nadie. Por eso generaron tantos futbolistas de primer nivel”, explica Giusti, que a los 18 años debutó de la mano de Griffa en el conjunto leproso y disputó más de 100 partidos con la camiseta roja y negra.

Su siguiente paso fue Argentinos Juniors, en una época en la que el equipo de La Paternal comenzó a brillar a partir de la presencia de Diego Maradona. “De Newell’s me fui a Argentinos Juniors en el 79 y me tocó jugar con Diego durante un año en un gran equipo donde él la rompió, y eso nos ayudó a crecer y a mi me abrió las puertas para seguir creciendo y llegar a la Selección”, cuenta Giusti, que fue uno de los jugadores emblema del proceso que inició Carlos Bilardo en 1983.

El equipo liderado por Diego brilló en dos Mundiales, pero no logró títulos en Copa América y Gusti cree que las circunstancias cambiaron y que las características del torneo también: “En aquellos años, la Copa América no tenía la importancia que hoy le dan los medios, la televisión y las redes sociales. Eran torneos muy duros, donde te hacían sentir ser visitante y el trato era bastante hostil. Era difícil junar a todos los jugadores antes, por lo que la preparación era muy poca”, explica Giusti. A la vez, destaca que los tiempos cambiaron y hoy el fútbol como espectáculo ganó en masividad e importancia para el público y también en organización. Para dejar claro su punto de vista comparte una anécdota.

“En el 86, después del Mundial nos recibió el presidente Raúl Alfonsín en la Casa de Gobierno. Yo venía de ganar la Libertadores y la Intercontinental con Independiente y de ahí me tomé un taxi y me fui a mi casa. Los muchachos que ganaron en Qatar no pudieron llegar al Obelisco por los millones de personas al costado del camino y se volvieron a Ezeiza en helicóptero. El fútbol cambió, hoy es un fenómeno totalmente masivo dónde todo se ve al instante y es difícil compararlo con lo que vivimos antes porque es distinto. Ni mejor ni peor, diferente, pero sí muchísimo más reconocido y en boca de todos”, reflexiona Giusti. Y agrega: “Cuando jugaba en Argentinos Juniors vivía con un amigo en un departamento y dormía en un colchón en el piso, y ya tenía cuatro años de jugar en primera”.

A PARTIR DE ACA VA EL MAPA

El ranking de las provincias que aportaron jugadores a la Selección, encabezado por Buenos Aires y seguido por Santa Fe, se completa con el aporte de la Ciudad de Buenos Aires en el tercer puesto, donde nacieron 44 jugadores; luego se ubica Córdoba, en cuarto lugar, con 32 futbolistas, y a continuación Entre Ríos, con 9, de un total de 247 jugadores convocados en estos 50 años de competencia bajo el nombre de Copa América.

Los santafesinos que formaron parte de los cuatro planteles que ganaron la Copa América en 2024, 2021, 1993 y 1991 fueron 12: Alberto Acosta, Franco Armani, Ricardo Altamirano, Fabián Basualdo, Gabriel Batistuta, Fabián Cancelarich, Ángel Correa, Ángel Di María, Giovani Lo Celso, Lionel Messi, Norberto Scoponi y Julio Zamora.

Además de goleadores Santa Fe aportó buena parte de los arqueros que conformaron los planteles que jugaron este campeonato. Roberto Abbondanzieri, Franco Armani, Fabián Cancelarich, Juan Pablo Carrizo Nahuel Guzmán, Nery Pumpido, Carlos Roa y Norberto Scoponi son los guardametas que integran la impactante lista y que hacen pensar que, para atajar en la Selección, es casi condición necesaria haber nacido en la provincia con forma de bota.

Nery Pumpido, el arquero titular del equipo que alzó la Copa del Mundo en el Estadio Azteca en 1986, participó en tres Mundiales y en dos las Copa América, opina que el torneo continental fue ganando brillo y en el pasado no tenía la trascendencia de hoy: “En aquellos años, Bilardo creía que lo importante era enfocarse en el Mundial y en las Eliminatorias y la Copa América lo tomábamos como parte del proceso de preparación. Hubiese sido lindo sumar ese título porque el torneo fue ganando prestigio a través de los años”.

Pumpido, nacido en Monje, un pueblo de Santa Fe, destaca que en los Mundiales de 1986 y 1990 hubo ocho jugadores nacidos en su provincia, una marca que se repitió en el Mundial de Rusia de 2018.

El arquero, que se formó en Unión y que brilló en el arco de River (ganó la Copa Libertadores y Copa Intercontinental en 1986), guarda un recuerdo especial de la Copa América y de lo que seguramente hubiese sido un gol histórico y lo cuenta así: “En 1989, en el partido ante Uruguay que jugamos en el Maracaná, Diego levantó la pelota, la acomodó con la rodilla y de aire le pegó al arco desde la mitad de la cancha. Se enmudeció el estadio completo durante el recorrido de la pelota, que pegó en el travesaño”.

Pero la gran cantera de futbolistas no es el único legado de Santa Fe a la selección, dado que la mitad de los ocho entrenadores que dirigieron al conjunto nacional desde 1975 en la Copa América también nacieron en esta provincia. Primero fue Cesar Luis Menotti, técnico en los torneos de 1975 y 1979. Luego Marcelo Bielsa: dirigió el conjunto nacional en 1999 y 2004. Más tarde le tocó el turno a Gerardo Martino en 2015 y 2016, y finalmente Lionel Scaloni, que comandó a la selección en el campeonato americano de 2019 y 2021, y que repitió en Estados Unidos 2024. Armani, Di María, Lo Celso y Messi son los cuatro jugadores santafesinos en la Copa América 2024 que se suman a Scaloni como el quinto integrante de la armada santafesina que sumó una nueva estrella.

Los puertos a la orilla del Río Paraná, la soja, el maíz, el girasol y el aceite; la producción láctea y la fabricación de maquinaria para el campo son los grandes motores de la economía de Santa Fe. Pero paralelamente brilla otra de sus industrias vinculadas con el deporte. La que, desde hace años, brota en los potreros del Gran Rosario, en los pueblos repartidos por toda la provincia empujados por los torneos de liga, y en las canchitas al costado del Río Paraná y el Salado: la gran fábrica de futbolistas con nivel de Selección Nacional. Un tesoro que brinda orgullo y satisfacción. Y que pone a Santa Fe en un lugar de privilegio.