Rubiales y los repudiables aplausos de Jorge Vilda y De la Fuente en su discurso antifeminista

Rubiales fue aplaudido por Luis de la Fuente y Jorge Vilda. (Captura Youtube/Real Federación Española de Fútbol)
Rubiales fue aplaudido por Luis de la Fuente y Jorge Vilda. (Captura Youtube/Real Federación Española de Fútbol)

Luis Rubiales recibió un respaldo muy peculiar de parte de Jorge Vilda y Luis de la Fuente, entrenadores de las Selecciones de España, femenil y varonil, respectivamente. En el discurso en el que anunció su decisión de no dimitir al cargo de presidente de la Federación, Rubiales dio lo que, según él, son lecciones de feminismo. "No hay posición de dominio (sobre las jugadoras). Eso todo el mundo lo sabe. Aunque se diga otra cosa en los medios. Tanto los que están rindiendo pleitesía al señor Tebas, como los que están rindiendo pleitesía al falso feminismo, que es una gran lacra en este país", fueron las palabras de Rubiales.

La reacción no podría reflejar mayor genuflexión. No fueron los únicos, claro. Gran parte de los presentes se desvivieron en aplausos que nadie les pidió, pero que debían brindarle a su jefe Rubiales para quedar bien y demostrarle que están con él. Pero de todos los aplaudidores los más importantes son ellos, Vilda y de la Fuente ¿Con qué dignidad pueden presentarse el día de mañana en sus cargos y decir que han respaldado esto? Que tuvieron que decirle que sí a Rubiales, que estaban de acuerdo con él.

Que lo malos son los otros. Tebas, presidente de LaLiga (que para nada es un santo, pero nunca ha tenido capítulos como el de Rubiales), los medios de comunicación (el enemigo de toda la vida), y el falso feminismo. Rubiales no sólo tiene la cara para no presentar su renuncia después de que todo el mundo viera su vergonzoso comportamiento con Jennifer Hermoso, con Athenea del Castillo y con la reina Letizia y la infanta Sofía —su gesto de tocarse los genitales en el festejo—.

¿Piensa Rubiales que esto puede olvidarse como si nada? Y lo peor de todo es que tiene el respaldo de los dos nombres más públicos del organigrama que él gobierna. De la Fuente, que había ganado muchos créditos por su labor en selecciones menores y el título de la Nations Leagues hace dos meses, ahora refleja una imagen de sumisión, de servidumbre ante el poder. Mejor hay que aplaudir: si no lo hace, el todopoderoso Rubiales se puede enojar y hasta quitarle su cargo.

Y si eso aplica para de la Fuente, que se suponía era un tipo respetable, qué decir de Vilda, que desde el año pasado vio que su puesto estaba en riesgo ante la protesta de quince seleccionadas que pidieron que dejara la dirección técnica de España. Se mantuvo y, desde luego, fue gracias al respaldo incondicional de Rubiales. Ahora le ha tocado devolver el favor. No le importó el sentir de las jugadoras, a las que en la siguiente convocatoria tendrá que darles la cara a sabiendas de que ha aplaudido al hombre que las acosó.

Todo es penoso en esto. La no renuncia de Luis Rubiales, que en un mundo ideal debió darse desde el primer momento. Y el circo que se montó para llegar a este punto: se anuncia una asamblea extraordinaria para nada, para que Rubiales encuentre un refugio y diga que no pasó nada, que fue un beso y nada más, que todos exageraron y que él es víctima de una persecución de sus enemigos. Porque su hambre de atención no tiene colmo: primero le robó el protagonismo a las jugadoras en su final, la que ellas habían ganado no gracias a la federación, sino a pesar de la federación.

Y ahora esto. Un discurso en el que minimiza sus hechos, culpa a otros y, encima, recibe el respaldo de Vilda y de la Fuente. No hay remedio en una federación que está a las órdenes de un ser omnipotente, que decide lo que está mal y lo que está bien porque sí, porque él lo dice. Y tiene a los entrenadores muy bien amaestrados. Le aplauden por todo.

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