Rafael Nadal y Carlos Alcaraz derrotaron en el dobles a Máximo González y Andrés Molteni y avanzan en los Juegos Olímpicos 2024
PARIS.- Buscan que el mix de apellidos se convierta en una marca registrada en los Juegos Olímpicos París 2024. “Nadalcaraz” suena bien, encaja. Y gana. Los dos figuran al tope del ranking de autógrafos firmados en la Villa Olímpica: son Rafael Nadal y Carlos Alcaraz, que se cobraron a dos víctimas de la delegación argentina. Bajo la fantástica caja de resonancia de la Phillipe Chatrier, el teatro principal de Roland Garros, los españoles vencieron a Máximo González y Andrés Molteni por 7-6 (4) y 6-4. Un derroche de puños apretados, talento y amor propio, para satisfacer a un estadio cubierto –llovió gran parte del día-, que repitió ovaciones a repetición.
La pareja argentina tenía los suficientes pergaminos para plantarles cara a los españoles y lucharles punto a punto. El intenso rodaje juntos en los últimos tres años los enseñó victoriosos cada vez que disputaron una final: habían triunfado en 2022, en el ATP 250 de Gijón –superficie dura- y en 2023 tuvieron un gran suceso, con cinco títulos. El más importante fue el ATP 1000 de Cincinnati, pero su alianza el año pasado los llevó también a consagrarse en Washington, Barcelona, Río de Janeiro y Córdoba. La furiosa actualidad los exhibió campeones este año de nuevo en dos escenarios: Barcelona y Córdoba. La participación de ambos en París llegó tras la controvertida decisión del capitán de Guillermo Coria de dejar afuera a Horacio Zeballos, el número 1 de la especialidad y que ganó certámenes tanto con Molteni como con Machi.
Estaba claro de antemano que los argentinos tenían mejor asimilados cada desplazamiento y geometría del dobles respecto de sus rivales ibéricos, simplemente por una cuestión de haberse hecho especialistas en este juego de a dos, mientras que los vestidos de rojo, lanzados a la aventura parisina y aupados a su grandeza, nunca habían actuado juntos. Más allá de la ventaja definitivamente a favor en dobles por la experiencia, los albicelestes debían asumir una exigente prueba psicológica ante los ojos del mundo. La marca “Nadalcaraz” se volvió popular al momento en que se supo que se unirían en busca de una medalla en tenis para España e impone respeto con solo leerla.
En el primer set, los argentinos arrancaron quebrando, de inmediato perdieron el servicio y tuvieron el temple suficiente para sostener el saque (Molteni) cuando estaban 5-6, para llevar conducir la acción al tie break. Después, a suerte y verdad, el desempate se definió con un enorme passing paralelo de revés del mallorquín, que apareció en todos los momentos cruciales del primer parcial. Allí, la dupla nunca antes vista hizo su primera declaración de principios.
Se podía pensar que con sus 38 años y muchos inconvenientes físicos que lo marginaron del circuito por largos períodos, Nadal habría sufrido algún desgaste extra –tanto en su achacado cuerpo como en lo emocional- después de haber sido uno de los personajes principales de la fabulosa apertura de los Juegos Olímpicos, cuando el viernes portó la antorcha antes de la escena final del pebetero y en compañía de otras leyendas como Carl Lewis, Nadia Comaneci y Serena Williams, en una lancha a toda velocidad por el Sena. Sin embargo, el Matador lució impecable de reflejos y definió varios puntos de manera increíble, todos importantes, todos con algo fuerte en disputa. En el contexto de los Juegos y no de Roland Garros, el jardín de su casa en París, Rafa mantuvo intacta la idolatría con la gente, que lo vivó desde las tribunas con varias banderas de su país y hasta de Francia. Igual, eran de esperar esas manifestaciones a su favor.
Rafa Nadal & Carlos Alcaraz’ reaction after winning their first ever doubles match together at the Olympics.
Arms in the air.
They share a hug.
This team is something special.
Nadalcaraz all day long. 🥹
🇪🇸❤️
pic.twitter.com/1KNYvDblwQ— The Tennis Letter (@TheTennisLetter) July 27, 2024
Mientras tanto, los datos coloridos durante ese primer parcial: justo cuando el tie break andaba por el 3-3, el público local estalló desde las tribunas con un inesperado y eufórico grito de “¡Allez Les Bleus! ¡Allez Les Bleus!”. En realidad, habían llegado muy buenas noticias desde el rugby seven, porque Francia acababa de ganar el oro después de vencer a Fiji en el Stade France. Pero Nadal y Alcaraz nunca se distrajeron por el entorno ni por los constantes alientos; en cambio, torcieron la balanza en el momento decisivo y a puro compromiso, para llevarse el primer parcial por 7-6 (4).
En el segundo, Machi y Molteni lograron un quiebre, pero poco después perdieron el saque, un arranque similar al primer capítulo. Y volvieron a fallar en el saque más tarde, en un momento clave del encuentro y cuando debían acelerar, para dejar servido en bandeja el triunfo para los españoles. Rafa y Carlitos, el rey saliente y el heredero, lo aprovecharon y levantaron olas de aplausos y pasiones en las tribunas. La historia para “Nadalcaraz” continúa.
El dilema de Rafa con los singles
Nadal terminó el duelo con la tranquilidad de haber hecho un trabajo sólido: “Fue un partido inolvidable para mí y creo que para Carlitos también. Jugar en este escenario y juntos, representando a España en unos Juegos Olímpicos. El combo es difícil de superar. Al final con la victoria, es algo que nos permite soñar un poquito más y seguir adelante. Creo que hemos funcionado bien como pareja. Tener a alguien como Carlos al lado da tranquilidad y confianza y también energía. Creo que los dos hemos tenido la energía alta en todo momento, la actitud adecuada y hemos disfrutado del día”.
Claro que ahora, el mallorquín deberá pensar muy bien si está en condiciones de duplicar esfuerzos y jugar los singles de los Juegos: “Veremos. Voy a hablar con el equipo, vamos a tomar la decisión que creamos más adecuada como equipo para intentar tener las mejores opciones que creamos para intentar llevar medallas a casa para el equipo español”.
A su lado, el último campeón de Wimbledon, Alcaraz, se refería a la dupla de Machi González y Molteni: “Sabíamos que la pareja argentina era muy dura. Están acostumbrados a jugar juntos. Han conseguido grandes cosas en el dobles, por lo que teníamos que estar muy concentrados, dar grandes cosas de nosotros. Veníamos entrenando juntos, muy bien, y las oportunidades que tuvimos las aprovechamos al máximo. Y terminamos jugando un gran tenis”.
Machi González y Molteni sintieron claramente que no eran los preferidos del público. Y además, recibieron algunos silbidos -tenues- que partieron de algún sector de las tribunas, en esta sensación antiargentina que se viene manifestando durante París 2024. “Sabíamos cómo estaban tratando a los argentinos acá en Francia con lo que pasó en la Copa América; pero jugamos con dos campeones acá que lógicamente son los favoritos de la gente. Nos reíamos porque decíamos ‘va a pasar eso’ y pasó”, contó González. Y Molteni replicó: “Estábamos al tanto de que íbamos a jugar en un estadio grande y repleto cuando nos tocaron ellos en el sorteo; fue una experiencia muy linda de poder aprovechar y disfrutar un poco el partido. Solo que no nos cayó para nuestro lado, que era lo que queríamos”.