Paulo Dybala condujo a Roma al triunfo ante Lazio en un clásico muy caliente, con Castellanos expulsado
De los cinco derbis de la ciudad que lleva disputados en tres temporadas, Paulo Dybala recordará el de este domingo como el más destacado y positivo a nivel personal. Fue la figura en el triunfo por 2-0 de Roma sobre Lazio, en un estadio Olímpico repleto, y también desbordante de pasión, provocaciones y excesos en la incendiaria rivalidad entre las dos hinchadas.
Desde el comienzo de la temporada, los dueños de Roma ven con buenos ojos una transferencia de Dybala, cuyo contrato vence a mediados de este año, con una cláusula de extensión automática por un año más si llega a una cantidad de partidos que podrá alcanzar en la próxima fecha, frente a Bologna. Lo empujaron a que aceptara el fabuloso contrato que le ofrecía Al-Qadisiya (Arabia Saudita), donde juega Equi Fernández, pero la Joya priorizó lo deportivo, optó por quedarse en una de las principales ligas europeas. De hecho, Roma se reforzó con el juvenil argentino Matías Soulé y Tommaso Baldanzi para ir armando la transición ante la posible salida de Dybala. Unas semanas atrás, su representante, Carlos Novel, estuvo en Turquía escuchando el interés de Galatasaray, que se quedó por largo tiempo sin Mauro Icardi, en recuperación por la rotura de ligamentos en una rodilla.
En medio de todos estos rumores sobre el futuro del cordobés, los medios italianos dan cuenta de un Dybala muy comprometido y enchufado en las últimas semanas. Una actitud que transmitió en los entrenamientos y reflejó en los últimos tres encuentros, en los que convirtió dos goles y dio dos asistencias. Aun sin llevar la cinta, su comportamiento dentro del plantel es el de un capitán.
El resumen de Roma 2 - Lazio 0
Los tifosi de Roma reaccionaron con una ovación cuando Dybala, apretado por un rival contra la línea de banda, forzó un lateral con un taco. Era el reconocimiento para quien había hecho un gran primer tiempo, estratega en los contraataques que perforaron a la defensa rival. También manejó los tiempos cuando su equipo se vio apretado. Participó en la construcción del 1-0, golazo del capitán Lorenzo Pellegrini, en una gran definición, hamacándose dentro del área hasta sacar el disparo que entró por un ángulo.
Dybala, tras recibir el pivoteo de Dovbyk, arrancó desde la línea central en una corrida en la que llevó a juntar dos defensores para liberar la asistencia de zurda a Alexis Saelemaekers, autor del 2-0. En la primera etapa, Dybala fue poco menos que imparable; provocó la tarjeta amarilla de tres adversarios (uno, el delantero argentino Valentín Castellanos). “Cuando Paulo está en este estado de forma es un placer pagar la entrada para verlo jugar”, había declarado en día anteriores el director técnico Claudio Ranieri, que en sus tres ciclos como técnico de Roma ganó los cinco derbis.
El N° 21 atraviesa por el mejor pasaje de la temporada. Antes de fin de año le hizo dos tantos a Parma y marcó un golazo contra Milan en San Siro. Este domingo se metió un poco más en el corazón de los hinchas, quienes lo premiaron con sostenidos aplausos cuando a los 28 minutos del segundo tiempo fue reemplazado por Baldanzi; la Joya retribuyó con la mano levantada, con un sentido agradecimiento. En la segunda etapa ya se lo había visto más cansado en un par de contraataques. En el fragor del clásico también se llevó una amonestación por una fricción con un rival.
Este es el clásico romano que mejores recuerdos le dejó a Dybala, que traía un historial adverso, con dos derrotas, un empate y una solo triunfo (dos con el de este domingo), en los que solo se había anotado una asistencia, mientras sigue la deuda de un gol.
La antítesis de Dybala fue Taty Castellanos, convocado por Lionel Scaloni en las últimas fechas de las eliminatorias. Aislado en el primer tiempo, cuando entró más en acción no pudo en un par de definiciones con las tapadas del arquero Mile Svilar. Recibió una dura entrada de Leandro Paredes, amonestado por ese foul. Ya en el descuento, Castellanos fue expulsado tras un encontronazo con Hummels y un tumulto generalizado en la zona de los bancos.
Paredes, más alejado de Boca desde que recuperó la titularidad con la llegada de Ranieri, cumplió una buena tarea, eficiente en la contención. También se dejó arrastrar por el clima caliente, al provocar a Boulaye Dia, que le respondió con un manotazo. Luego le hizo una fuerte falta a Castellanos.
Roma, que antes del partido estaba a tres puntos del descenso, venció a un rival que se ubica en el cuarto puesto. Lo hizo con el corazón caliente, el esfuerzo colectivo y las pinceladas de Dybala.