"Al pasar frente a la virgen el cansancio se va"

CIUDAD DE MÉXICO, julio 29 (EL UNIVERSAL).- "Venimos muy cansadas, pero al pasar frente a la imagen de la virgen el cansancio y todos los sacrificios experimentados durante la semana desaparecen", cuenta Ana Isabel Bárcena, una de las cerca de 20 mil mujeres que participaron en la peregrinación anual de Querétaro a la Basílica de Guadalupe.

Este grupo de mujeres caminaron entre ocho y 16 días para llegar al templo mariano, y este domingo por fin arribaron y pudieron escuchar misa en el atrio de la Basílica en punto de las 11:00 horas de ayer domingo.

El cansancio en ellas era evidente, pero la fe las movía y su rostro se iluminaba al estar a los pies de la morenita del Tepeyac.

Ana Isabel Bárcena caminó desde Querétaro y llegó a la Basílica de Guadalupe a darle gracias a Dios por las muchas bendiciones que le ha concedido a su familia, "pero también para pedir por muchas situaciones de la familia, sobre todo salud".

Confiesa que hay que prepararse física y espiritualmente para estar en esta peregrinación. "Porque hay veces que no sólo es algo físico lo que tenemos que hacer, sino también espiritualmente, porque eso nos da una fuerza especial para poder llegar bien".

Después de misa y de recibir la bendición del obispo, los miles de mujeres aprovechan para descansar, abrazarse y sacarse la fotografía del recuerdo.

"Vine a ofrecerle a nuestra madre santísima todos nuestros sacrificios, pero más que nada a agradecerle por todas las bendiciones que nos ha dado a mí y a mi familia: nunca nos ha dejado solos y nos protege siempre en necesidades y enfermedades", dice Patricia Montoya, quien llevaba una imagen de la Divina Infantita, una representación de la Virgen María cuando era niña.

Dice que durante sus nueve días de peregrinar la lluvia los acompañó; sin embargo, "la lluvia era una bendición para nosotras, nos motivaba a seguir adelante y al ver a la virgen todo valió la pena".

Acepta que al llegar a la Basílica sintió una emoción muy grande, "son cosas inexplicables, le tenemos una devoción muy grande, grandísima a la virgen".

Esta es la edición número 164 de esta peregrinación que se realiza anualmente el mes de julio. Después de las mujeres arribaron los hombres al templo mariano.

Esmeralda Lira, quien mostró que llevaba una imagen de San Antonio, quien le hizo un milagro y que la acompañará a la peregrinación de ahora en adelante, recalca que el cansancio no se compara con esa emoción de estar en la Basílica de Guadalupe.

"Le pido a Dios que me conserve los pies bien, que es lo principal para caminar, para poder venir hasta que Dios me dé licencia" y seguirá asistiendo a esta cita.