El lujo francés de los Arnault se engancha al deporte
París, 11 oct (EFE).- En verano fueron los Juegos Olímpicos de París, en el inicio del otoño la Fórmula 1 y esta semana el fútbol. La familia del patriarca Bernard Arnault, uno de los hombres más ricos del mundo y dueño del conglomerado de lujo LVMH, no tiene techo en su reciente apuesta por el deporte.
El clan que controla el grupo de las marcas mundiales Louis Vuitton, Moët & Chandon, Berluti, Dior, Loewe, Tag Heuer y Hulot ha entrado en dos de los deportes con más seguidores del planeta: el fútbol, a punto de comprar cerca del 55 % del París FC (segunda división francesa) en una alianza con Red Bull, y la Fórmula 1, con un acuerdo global por 10 años.
"Ya controlan los medios 'Le Parisien', 'Les Echos' y 'Paris Match', el Jardín d'Acclimatation (un parque privado de París), cuentan con restaurantes y cafeterías de lujo. No me extraña nada que entren ahora el fútbol y la Fórmula 1. Es su estrategia de diversificación e influencia", analizó a EFE la consultora del sector del lujo y especialista en gestión de marcas Anne-Flore Maman Larraufie.
Para Larraufie, estos dos acuerdos demuestran que "la porosidad entre el sector del lujo y del deporte es muy fina".
La familia Arnault, una de las más ricas del mundo con una fortuna estimada en unos 200.000 millones de euros -equivalente a toda la riqueza generada en Hungría en un año-, ha ido poniendo peones en el deporte a través de sus marcas más conocidas.
Su patrocinio más legendario ha sido en el de la Copa del América de vela, que se remonta a los años 80, pero, en la última década, ha acelerado la marcha.
Primero, con acuerdos con Kylian Mbappé para Dior y las maletas Rimowa; o con los que Louis Vuitton (famoso por sus bolsos, carteras y zapatos) firmó con Leo Messi, Victor Wembayama y Carlos Alcaraz.
Apuesta ganadora en los Juegos de París
Luego, en 2024, el grupo LVMH subió un nivel al invertir, tras muchas dudas, 100 millones para ser patrocinador prémium de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París de este último verano.
"Fue un éxito para ellos que valida la capacidad del deporte para ofrecer una plataforma para el brillo y el aumento de interacción (de las marcas). Sin embargo, el contexto olímpico tenía un pero: estaba circunscrito a un período corto", explicó a EFE Thibaut Cornet, presidente del 'The Fan Syndicate Group', una importante agencia de comunicación francesa dedicada al deporte.
Así, con la apuesta en el fútbol y en la Fórmula 1, el clan Arnault y LVMH evitarán ese efecto 'soufflé'. "Con la F1 son carreras en los cinco continentes y durante todo el año. LVMH y sus marcas se podrán beneficiar de una visibilidad internacional continúa", refirió Cornet.
Para Larraufie, entrar en las legendarias carreras de bólidos permitirá ganar exposición en el mercado de Estados Unidos, relegado por el sector del lujo en general en beneficio de China.
En todo caso, los 100 millones que invertirá por temporada durante una década el conglomerado de Bernard Arnault serán vigilados de cerca por las ONG medioambientales, críticas con la F1 por su elevada huella ecológica.
"Ese tipo de organizaciones podrán acusar al grupo de 'sport washing', pero también es cierto que LVMH sabrá sacar partido de su compromiso con el clima gracias a la meta de neutralidad carbono fijada por la propia Fórmula 1 para 2030", adujo el especialista en mercadotecnia deportiva.
Gracias al acuerdo, Louis Vuitton; la marca de champán Moët & Chandon y la de relojes Tag Heuer (que suplirá a Rolex en las pistas) formarán parte del día a día de la gran competición de monoplazas del mundo.
La entente LVMH-Fórmula 1 es diferente a la que se perfila con el París FC
En el caso del club capitalino, será una inversión a través del holding familiar de los Arnault (y no del grupo, que cotiza en Bolsa), que cuenta con el patriarca Bernard y sus cinco hijos Delphine, Antoine, Alexandre, Frédéric y Jean.
"París merece un segundo gran club en su ciudad (actualmente solo está el PSG). La alianza LVMH y Red Bull es muy interesante, pero, antes, será necesario tratar el tema del estadio (el actual del París FC es pequeño, con solo 20.000 asientos), algo fundamental en un contexto con los derechos de tele a la baja y en el que planean dudas sobre la sostenibilidad del modelo de traspasos" de jugadores, explicó Cornet.
Antonio Torres del Cerro
(c) Agencia EFE