Liga Profesional: River y una derrota contra Godoy Cruz que expone a Demichelis en su peor momento, sumido en el silencio

Manos en los bolsillos, rostro preocupado: Martín Demichelis no le encuentra la vuelta a River, que perdió contra Godoy Cruz en Mendoza por la Liga Profesional.
Manos en los bolsillos, rostro preocupado: Martín Demichelis no le encuentra la vuelta a River, que perdió contra Godoy Cruz en Mendoza por la Liga Profesional. - Créditos: @Marcelo Aguilar

En cuanto lo mueven un poco, River se desarma. Con Miguel Borja arriba tiene la mano pesada, pero abajo se apoya en pies de barro y el medio es una aduana que deja pasar más que lo que retiene. De esa mezcla surge un equipo blando, endeble, al que cuesta darle un voto de confianza. Tan pronunciado es el declive, que viene de antes del receso de la Copa América y se prolonga en la reanudación de la Liga Profesional, que sobran argumentos para afirmar que es el peor momento de Martín Demichelis en más de un año y medio de gestión.

El entrenador se fue este miércoles de Mendoza en silencio: suspendió la conferencia de prensa. Necesitará indagarse internamente, hacer mucha introspección, para saber si es capaz de reanimar a un equipo desnaturalizado, cuyo arreglo excede a los refuerzos que puedan llegar.

Vicente Poggi marca el empate para Godoy Cruz; a los tres minutos conseguirá otro gol, el definitivo del partido.
Vicente Poggi marca el empate para Godoy Cruz; a los tres minutos conseguirá otro gol, el definitivo del partido. - Créditos: @Marcelo Aguilar

Quien habló fue Nacho Fernández, que admitió el mal presente: “Es difícil encontrar explicaciones. No supimos mantener la ventaja. Ahora hay que poner la cara, trabajar y corregir mucho para el gran objetivo que todos tenemos”.

De mentalidad también anda disperso River, que ni siquiera fue capaz de apoyarse cuando se puso 1-0 por obra, ¿cómo no?, de Borja, casi el único que aporta alegrías. En ventaja desde los 11 minutos, momento hasta el que tenía el control del partido, River parecía creer que ya estaba todo hecho.

Lo más destacado de Godoy Cruz 2 vs. River 1

La actualidad tambaleante de River no lo habilita a subestimar a nadie. Ni siquiera a este Godoy Cruz, que llevaba siete encuentros sin victorias –una racha en la que sólo intercaló una goleada a El Porvenir por la Copa Argentina– y en los últimos meses transfirió a sus dos mejores jugadores: Hernán López Muñoz y Tomás Conechny. River pasó a quedarse sin la pelota porque no recuperaba por presión alta ni por repliegue en su campo. Ningún movimiento defensivo coordinado; todas piezas sueltas, a las que también les costaba ganar los duelos individuales.

El Tomba pasó a complicarlo con una simple lectura: como Facundo Colidio no tenía mucha voluntad para el retroceso por el sector izquierdo, el lateral Lucas Arce encontraba metros para proyectarse. Pronto empezó a quedar lejos el gol de Borja, que había tomado un defectuoso despeje de Roberto Fernández y definido con la contundencia que está siendo su seña de identidad.

Godoy Cruz empezó a controlar el medio campo, donde Franco Mastantuono perdía pelotas en sectores peligrosos, Rodrigo Aliendro sigue instalado en una nebulosa y Felipe Peña Biafore se veía demasiado solo. Como River depende tanto de Borja, las dos definiciones de zurda del colombiano que tapó Franco Petroli fueron un derroche que el resto no estuvo en condiciones de compensar.

El equipo dirigido por Daniel Oldrá se posicionó en campo ajeno y no tardó en descubrir las grietas del rival. Que no son nuevas si se atiende al partido del último domingo contra Lanús. Del lado de Enzo Díaz es sencillo sacar centros; ni el lateral ni el volante o delantero del sector que deben colaborar taponan al ejecutante, dejan maniobrar. El descalabro continúa en el sector derecho de la defensa, con un Federico Gattoni que no da la mínima garantía y un Santiago Simón que sigue pagando su falta de oficio como lateral en el momento de cerrar. A su espalda entran todos. El caso de Simón es responsabilidad del entrenador, que insiste con exponer a un jugador en una función de la que desconoce los rudimentos básicos.

En dos minutos, Godoy Cruz dio vuelta la historia, con dos goles de Vicente Poggi. El segundo, tras un mal cálculo de Franco Armani en la salida. El descontrol de River también se reflejó en un planchazo de Aliendro a Martín Luciano, que bien pudo costarle algo más que la tarjeta amarilla. Colidio, con una molestia muscular, le dejó su lugar Manuel Lanzini. En medio de la tiniebla general, Armani se redimió con una gran tapada a Roberto Fernández.

Miguel Borja volvió a marcar y sigue siendo lo único positivo de River; el colombiano anotó los últimos ocho goles del equipo, un récord.
Miguel Borja volvió a marcar y sigue siendo lo único positivo de River; el colombiano anotó los últimos ocho goles del equipo, un récord. - Créditos: @Marcelo Aguilar

Del descanso, River volvió con Nacho Fernández por Aliendro y Adam Bareiro por Pablo Solari. Volvió a tener la pelota, pero sin saber qué hacer ni darle un sentido claro. Pocas ideas; tampoco una reacción que pasara por lo anímico, por un empuje que arrinconara al rival. Godoy Cruz se defendió con orden, codo a codo, y se abrió para disparar contraataques que hicieron temblar a River, que se mantuvo a tiro en el marcador porque Armani bloqueó un mano a mano a Martín Pino. River fue incapaz de crear una clara situación de gol. Pretendió empatar por acumulación de centro-delanteros, con el ingreso de Agustín Ruberto. Puros centros y tumulto, ante un Godoy Cruz que se protegió más con una línea de cinco.

Este pálido y desabrido River esteriliza hasta sus récords. Borja, además de marcar los últimos ocho goles del equipo, al hacerlo consecutivamente en los partidos que jugó –no estuvo ante Riestra– superó la plusmarca de siete tantos seguidos de Bernabé Ferreyra (1934), Luis Rongo (1938) y Carlos Morete (1973). Suma 48 goles en 89 encuentros.

Pero fuera del colombiano, la actualidad de River es cruda, preocupante, porque este miércoles fue (sigue siendo) un despropósito futbolístico. Como si con Nicolás De la Cruz y Enzo Pérez se hubiesen ido el motor y corazón del equipo. Necesitará mucho más que algún refuerzo para salir del pozo. De lo contrario, la Copa Libertadores será otra estación de este vía crucis.