Leclerc enloquece Monza, Sainz cumple años con el cuarto y Verstappen reduce daños

Redacción Deportes, 1 sep (EFE).- El monegasco Charles Leclerc (Ferrari), cuyo equipo arriesgó y se la jugó a una sola parada -a diferencia del resto-, ganó este domingo el Gran Premio de Italia, el decimosexto del Mundial de Fórmula Uno, enloqueciendo el circuito de Monza; donde su compañero, el español Carlos Sainz, festejó su trigésimo cumpleaños con el cuarto puesto; y el neerlandés Max Verstappen (Red Bull), líder del certamen, sufrió pero redujo daños al acabar sexto.

Leclerc, de 26 años, logró su séptima victoria en la F1 -la segunda del año (después de la de Mónaco) y la segunda en el templo de la velocidad (donde había ganado en 2019)- al vencer por delante de los dos McLaren. El australiano Oscar Piastri fue segundo y el inglés Lando Norris -que había salido desde la 'pole' y acabó tercero-, en una carrera en la que Verstappen abarató costes, ya que avanzó un puesto de salida a meta, mientras que el anterior perdió tres.

El otro español, el doble campeón mundial asturiano Fernando Alonso (Aston Martin), acabó undécimo, tres puestos por detrás del mexicano Sergio Pérez (Red Bull) -octavo este domingo- y uno por delante del debutante argentino Franco Colapinto (Williams), que concluyó en una muy meritoria duodécima plaza.

Verstappen lidera con 303 puntos, ahora con 62 sobre Norris y con 86 sobre Leclerc, que es tercero en la general. Después de una carrera en la que el monegasco acabó exultante -ante la muy entusiasta afición ferrarista-, a diferencia de los dos pilotos que lo acompañaron en el podio. Piastri, que había superado a su compañero a las primeras de cambio, en la cuarta curva, se veía ganador; y Norris, a pesar de firmar la vuelta rápida, perdió una ocasión clara de pegarle un bastante mayor recorte de puntos a un 'Mad Max' cada vez más cercano a la cuerda floja; que ganó siete de las diez primeras carreras, pero lleva las últimas seis sin subir a lo alto del podio.

Norris recortó ocho puntos la ventaja que le lleva el triple campeón mundial neerlandés, a falta de ocho carreras -y tres pruebas sprint- para el final de un campeonato que puede tener un desenlace emocionante, en el que los Ferrari también han progresado y en el que cualquier unidad vale oro.

La carrera se presumía eléctrica, tras una calificación apretadísima en la que el primero -Norris- y el sexto -su compatriota el séptuple campeón mundial Lewis Hamilton (Mercedes), quinto este domingo- acabaron separados por tan sólo 18 centésimas. Y después de que las tandas largas de los ensayos libres denotasen cierta igualdad entre los primeros cuatro equipos.

Con el condicionante añadido del enorme calor imperante en el templo de la velocidad, la gestión de los neumáticos iba a ser clave. Descartándose, al igual que el año pasado, los blandos; y con la incógnita del comportamiento de las gomas duras, que casi nadie había probado adecuadamente en los ensayos. Eso, sin olvidar la nada despreciable posibilidad de entrada de coche de seguridad en pista. Que no se produjo, esta vez.

Norris había firmado el sábado su quinta 'pole' en la F1, la tercera en las últimas cuatro pruebas; y salía desde una primera fila íntegra de McLaren, con Piastri a su lado. Repitiendo la que habían firmado en Hungría, 12 años después de la última ocasión en la que los de Woking habían copado los dos primeros puestos de una formación de salida en F1 (Hamilton y su compatriota Jenson Button -en la 'pole'- en Australia 2012).

Los Red Bull, desdibujados en la 'cuali', salían tres filas más atrás: con Verstappen desde la séptima plaza y 'Checo', desde la octava. Y entre los McLaren y los toros rojos, Russell -tercero- y Leclerc arrancaban desde la segunda hilera; y Carlos -quinto- y Hamilton, desde la tercera.

Alonso salía undécimo -el puesto en el que acabó-, al lado del australiano Daniel Ricciardo (RB), en la sexta; y el debutante Colapinto -otro de los triunfadores del día-, decimoctavo, en la penúltima hilera y al lado del canadiense Lance Stroll, compañero del doble campeón mundial asturiano en Aston Martin y que acabó decimonoveno.

De los 14 primeros en parrilla, todos afrontaron la salida con el compuesto medio, a excepción de 'Mad Max' y de 'Checo', que arrancaron con los duros.

Norris perdió dos puestos de golpe, en favor de Piastri y de Leclerc, que al igual que Sainz, querían brillar en el templo ferrarista. Russell se fue largo en la primera 'chicane' y bajó cuatro plazas, con lo que el cumpleañero, Hamilton y Verstappen -que ya era sexto- ganaron una.

Por detrás, Nico Hülkenberg (Haas) salió fatal. El alemán se tocó con el RB del japonés Yuki Tsunoda -que se retiró poco después- y perdió seis -aparte de sera sancionado con diez segundos-, con lo que Alonso pronto se encontró rodando en zona de puntos.

Colapinto había pasado a Stroll y era decimoséptimo. Posición desde la que el bonaerense avanzaría otras cinco, completando con buena nota su primera carrera en la F1, a los 21 años. Para acabar, con dolores de espalda, pero duodécimo y contento.

Leclerc era el más rápido al principio, acosando a Piastri; y Norris no se podía despistar, porque Carlos también quería, como mínimo, el podio.

Completadas diez de las 53 vueltas previstas, la ventaja del 'aussie' era de siete décimas sobre el monegasco; en los límites del DRS, a diferencia de Sainz con Norris; poco antes de que 'Checo' superase, para colocarse séptimo, a Russell. Que fue el primero en cambiar a duras, en la 12. Una antes de que hiciese lo mismo el genio astur, que festejó en Monza dos de sus 32 victorias en la F1 -ambas desde la 'pole' (en 2007, con McLaren; y en 2010, con Ferrari)-.

Norris entró en la 15, alocado, llevándose por delante un bolardo en la entrada del 'pit lane', en busca de hacerle un 'undercut' a Leclerc, que intentó defenderse del mismo de forma infructuosa. Arrancando el baile de paradas, cuando todos comenzaban a vislumbrar (de forma equivocada, salvo Ferrari) que igual sí que se podía volver a resolver la carrera a una sola.

Piastri lo hizo en la decimoséptima y regresó a pista por delante de su colega de Bristol, cuando Sainz pasó a liderar la prueba, con los Red Bull de Verstappen y 'Checo' -que tampoco habían entrado aún en garaje- segundo y tercero; y Leclerc rodando sexto.

Carlos puso el duro en la 20, momento en el que 'Mad Max' rodaba en su otrora 'posición habitual', por delante del bravo piloto tapatío. Y desde ahí, el talentoso piloto madrileño aguantó hasta meta, rozando un podio que hubiese merecido el día de su trigésimo cumpleaños. Una jornada en la que llegó a pensar que podía ser el único que llegase a meta con un solo 'pit stop'.

El líder entró en la 23, repitió duros, en una mala parada; y 'Checo' lo hizo un giro después, confirmando que ellos sí que irían a dos: volviendo a pista en los puestos que ocupaban tras la pifia inicial de Russell (sexto y séptimo), que acabaría arrebatándole la séptima plaza al bravo piloto tapatío.

Piastri lideraba marcando vueltas rápidas y quedaba por ver si McLaren aplicaría reglas internas (no lo hizo), con Norris rodando segundo, a algo más de dos segundos; y Leclerc tercero -a casi cuatro-, al superarse el ecuador de la prueba. Que Sainz rebasó a quince segundos del australiano, con Hamilton, quinto, a un segundo y medio del español.

Las gomas de Norris se estaban desgastando, Leclerc olía sangre y el inglés paró en la 33, regresando a pista sexto, detrás de Verstappen y justo delante de Pérez y de Alonso, octavo en esos momentos.

El de Jalisco y el astur pararon en la 36. 'Checo' puso, al fin, los medios; y Alonso regresó a los duros. Los que instaló Piastri en la 39.

A Norris le costó pasar a Verstappen (lo hizo a falta de doce), lo que presumiblemente beneficiaba a Piastri; en espera de ver si Ferrari se la jugaría a una sola parada (lo que tampoco le vino del todo mal a 'Mad Max'). Añadiendo emoción al desenlace.

Piastri pasó a Carlos a falta de ocho y se colocaba a once segundos de Leclerc, con Sainz tercero; rezando por que no lo superase Norris: algo que era inevitable y que sucedió a cinco de meta.

Así que el suspense radicaba en ver si Leclerc y los neumáticos de su SF-24 aguantarían la embestida final de los McLaren. Charles y las gomas aguantaron. Y Monza enloqueció festejando al monegasco. Pero este domingo hubo otros dos pilotos que se subieron tristes a un podio de F1.

A Carlos no le bastó, por poco, la esta vez acertada estrategia de la 'Scuderia'. 'Checo' volvió a sufrir, con el auto y con las gomas. Verstappen, que reconoció que "fue una mala carrera y un mal fin de semana", no salió del todo empapado del chaparrón, aunque advirtió que si siguen "así" perderán "ambos campeonatos". Y Alonso puso la mejor cara posible al muy mal tiempo que vive con un Aston Martin que poco tiene que ver con el coche en el que el año pasado firmó ocho de sus 106 podios en la categoría reina.

El Mundial se reanuda dentro de dos fines de semana con el Gran Premio de Azerbaiyán, que se disputará en el circuito urbano de Baku, a orillas del Mar Caspio. Donde Red Bull intentará evitar que la marea no le llegue hasta el cuello.

Adrian R. Huber

(c) Agencia EFE