Gustavo Lemos perdió por KO en el segundo round en Las Vegas frente a Keyshawn Davis

En el deporte, la disciplina es un aspecto fundamental. El entrenamiento, el descanso, la alimentación son factores preponderantes para el desarrollo de una carrera, más allá de las habilidades naturales del deportista. En el boxeo, esto cobra mayor significación al ser una disciplina de riesgo. No lo entendió así Gustavo Lemos, el argentino que tenía una gran oportunidad para mostrarse en la Meca del pugilismo, ante el ascendente estadounidense Keyshawn Davis, de 25 años. El Eléctrico, como apodan al oriundo de Tres Arroyos, llegó al pesaje muy por encima de lo pactado, en la categoría liviano, es decir, 61,235kg. Registró este jueves tres kilos de más y subió al ring para pelear con 70 kilos. Un despropósito. Davis lo noqueó en el segundo round y dejó sobre la mesa las diferencias entre un boxeador que quiere hacer carrera y otro al que la falta de disciplina le pasa factura.

Lemos fue sacado de combate de manera impactante. Lento en sus movimientos, producto del exceso de kilos, tampoco le sacó jugo a su pegada, que con los 70 kilos podía llegar a ser más peligrosa. Keyshawn Davis, invicto en 13 peleas, con 8 KO, tiene todo para seguir escalando hacia las grandes citas y lo demostró con un certero derechazo a la sien que mandó a la lona a Lemos en el segundo asalto; se levantó con una sonrisa, siguió y viajó otra vez al suelo por un volado de izquierda que lo dejó maltrecho. Si bien el argentino se puso en pie y recibió del árbitro una tercera oportunidad, una nueva andanada del estadounidense volvió a derribarlo. Ya no hubo más que hacer.

No es la primera vez que Lemos infringe lo pactado en el pesaje. En agosto de 2023 debieron levantar su pelea contra Javier Clavero, duelo finalmente se llevó a cabo unos meses más tarde (con triunfo del Eléctrico). A los 28 años, era una gran oportunidad para Lemos, que en abril último había dejado una muy buena impresión en Las Vegas, cuando fue derrotado por puntos por el local Richardson Hitchins tras un fallo escandaloso. Aquella había sido una pelea eliminatoria para disputar el título mundial superligero de la FIB.

Luego de esa gran pelea, Top Rank, una de las empresas promotoras de boxeo más importantes del mundo, fichó a Lemos con un contrato para ofrecerle peleas y posicionarlo. “Finalmente estoy entrando en las grandes ligas, cumpliendo un sueño de toda la vida y acercándome cada vez más a la posibilidad de convertirme en campeón mundial. Ser parte de la mejor compañía promotora del mundo me motiva a dar lo mejor de mí todos los días en el entrenamiento. Gracias, Top Rank, por su confianza. Estoy ansioso por el futuro”, dijo entonces Lemos, en declaraciones publicadas por el sitio NotiFight.

Previo a la pelea con Hitchinson, en abril de este año, Lemos había dado una larga entrevista a LA NACION. En ella se refería a los vaivenes de su conducta y parecía -según sus palabras- que había un cambio de mentalidad: “Ya no puedo perder más tiempo y necesito este tipo de peleas para demostrar mis condiciones. Estoy lo suficientemente maduro boxística y mentalmente para probarme con los mejores y saber dónde estoy parado”, había expresado. Lamentablemente, en la gran oportunidad en Las Vegas, Lemos volvió a dar un paso atrás.