Laura Amaro, una mujer que ha sabido marcar récords en la halterofilia femenina en Brasil

Río de Janeiro, 25 jul (EFE).- La levantadora de pesas brasileña Laura Amaro, quien a sus 23 años participará por primera vez en unos Juegos Olímpicos representando al país en los 81 kilos, suma una serie de victorias en su carrera profesional en la que ha logrado marcar la pauta de ese deporte en el gigante sudamericano.

La joven deportista fue la primera brasileña en alcanzar una medalla en un campeonato mundial (plata en 2021, en Uzbekistán), y en batir el récord femenino del país en su categoría en la Copa del Mundo de Phuket, Tailandia, disputada en abril de este año.

En el país asiático Amaro levantó un total de 253 kilos, resultado con el que obtuvo el anhelado cupo olímpico en la última oportunidad que tenía Brasil para llegar a París en la disciplina.

Y es que el levantamiento de pesas brasileño solo estará representado por dos mujeres: Amaro, en la categoría de hasta 81 kilos, y Amanda Schott, hasta 71 kilos.

"No quería ser musculosa"

Amaro sabe que el reto es alto, mas no imposible, pues su principal rival, es Neisi Patricia Dajomes Barrera, la primera mujer en ganar un oro olímpico para Ecuador (campeona en 75 kg en Tokio 2020), encabezó la clasificación en la categoría.

Hasta 2021 la joven pesista competía en los 76 kilos, una categoría con la que llegó a consagrarse como campeona mundial, pero que no está incluida en las competiciones olímpicas.

En su deseo de avanzar, la brasileña optó por subir al siguiente nivel lo que implicó aumentar aún más de peso, un tema que ahora maneja con tranquilidad, pero que en sus inicios y durante un buen tiempo llegó a ser una barrera para su propio desarrollo deportivo.

Durante siete años Amaro ocultó sus brazos y evitó hacer fortalecimiento muscular para evitar comentarios sobre su cuerpo.

"No me gustaba usar blusa sin mangas y tampoco la idea de desarrollar músculo", dijo en una entrevista con la Agencia EFE.

Según Amaro, esa relación inicial consigo misma fue bastante problemática y fue su sicóloga quien le hizo ver que su cuerpo, que la había llevado tan lejos en su carrera, era el que la hacía brillar.

De vuelta al orgullo

Hoy en día esta musculosa mujer con 80 kilos de pura fibra y 1,68 metros de estatura se muestra orgullosa de sí misma.

No fue amor a primera vista con más de una década en la disciplina, Amaro llegó al levantamiento de pesas por casualidad y casi que empujada.

Su pasión era el fútbol, deporte que practicaba desde los primeros años con sus vecinos y amigos en las calles de Cascadura, un barrio de clase media en la zona norte de Río de Janeiro donde creció.

Uno de esos conocidos la invitó a hacer una prueba en un proyecto social de la Marina Brasileña en la modalidad.

Pero luego de hacer la primera prueba con Carlos Zaveiro, quien ha sido su entrenador durante los 11 años que lleva de carrera, salió decepcionada.

"¡Odié levantar pesas!", exclamó entre sonrisas.

"Le dije a mis padres que no volvería, que odiaba ese tema tan aburrido", agregó.

El desinterés por el deporte era tan fuerte que incluso fue a hacer la prueba con botas de fútbol.

Fueron sus padres y su entrenador los que poco a poco fueron sumergiéndola en el deporte al ver las oportunidades que tenía.

"Pero cuando me paré por primera vez en una tarima a intentar dar lo mejor de mí, todo cambió", dijo, con brillo en los ojos.

La adrenalina que sintió en ese momento sigue siendo la motivación de esta brasileña que vive cada momento a la velocidad con la que habla y que sabe que lo único que permite cumplir los sueños es creer en sí misma.

(c) Agencia EFE