Quién es Kimberly Cheatle, la directora del Servicio Secreto que quedó en el ojo de la tormenta por el intento de asesinato a Trump
WASHINGTON.- Kimberly Cheatle, la directora del Servicio Secreto que ha sido objeto de un intenso escrutinio tras el intento de asesinato contra el expresidente Donald Trump, es una veterana de la agencia que ayudó a proteger al expresidente Bill Clinton y al exvicepresidente Dick Cheney.
Cheatle se incorporó al Servicio Secreto en 1995 y pasó allí más de dos décadas antes de dejarlo en 2021 para dirigir las operaciones de seguridad en América del Norte de PepsiCo. Regresó a la agencia en 2022 después de que Joe Biden le pidiera que fuera su directora.
En sus 22 meses como directora, las filas del Servicio Secreto se acrecentaron, lo que provocó quejas de algunos empleados de que un enfoque en la contratación de más personas de orígenes diversos perjudicó a la agencia.
Cheatle, de 53 años, es la segunda mujer que dirige el Servicio Secreto. Sus antiguos colegas la describen como una persona capaz y centrada en su carrera. Cuando trabajaba para PepsiCo, declaró a Security Magazine que le gustaba hacer reformas en su tiempo libre. “El agotamiento es real”, declaró a la revista. “Este sector puede ser difícil, y es importante descubrirse a uno mismo”.
Criada en Illinois, Cheatle estudió en un colegio secundario católico de Danville (Illinois), a unos 130 kilómetros al sur de Chicago, y en la Eastern Illinois University, donde se licenció en 1992.
Alguna vez declaró que la muerte de su hermano en un accidente de auto en 1988 la llevó a seguir la carrera de policía. Poco antes de su muerte, su hermano dijo que estaba interesado en convertirse en policía estatal, según The News-Gazette, un periódico de Illinois.
Cuando se graduó en la universidad, cuatro años más tarde, Cheatle solicitó un puesto en el Servicio Secreto, según el mismo medio. Se incorporó a la agencia tres años más tarde, comenzando en la oficina de campo de Detroit, donde trabajó en delitos financieros.
Desempeñó varias funciones en el Servicio Secreto, entre ellas la de agente especial a cargo de la oficina de campo de Atlanta; agente especial a cargo del centro de formación de la agencia en Laurel, Maryland, y subdirectora de la oficina de operaciones de protección. Esa oficina, en la que trabajaba antes de irse a PepsiCo, es responsable del desarrollo de tecnología para proteger instalaciones y eventos.
La principal tarea de la agencia es dar seguridad a los líderes del país, incluidos los presidentes en funciones y anteriores. El 11 de septiembre de 2001, Cheatle formó parte del equipo que condujo a Cheney desde la Casa Blanca a un búnker seguro después de que los aviones se estrellaran contra el World Trade Center y el Pentágono.
Durante el gobierno del presidente Barack Obama, formó parte del equipo de seguridad de Biden, entonces vicepresidente, y de su esposa, Jill Biden. Charles Marino, que fue asignado al destacamento de Biden al mismo tiempo, describió a Cheatle como una “agente competente” y una “supervisora muy querida”. En 2022, Biden dijo que durante su servicio “llegó a confiar en su juicio y consejo”. Añadió que la veía como una “distinguida profesional de las fuerzas del orden con excepcionales dotes de liderazgo”.
Cheatle asumió la responsabilidad de los errores que permitieron que dispararan desde un techo contra Trump mientras hablaba en el mitin de Butler, Pensilvania. Una persona de la multitud murió en el tiroteo y otras dos resultaron heridas, además del expresidente.
En una entrevista con ABC News el lunes, la directora de la agencia dijo que “la responsabilidad es mía” y describió la falla de seguridad como “inaceptable”. Pero también dijo que planea permanecer en su puesto a pesar de las crecientes críticas de los republicanos.
El miércoles, en la Convención Nacional Republicana, dos senadores republicanos la reprendieron en un cruce que fue grabado en video. Cuando los senadores Marsha Blackburn, de Tennessee, y John Barrasso, de Wyoming, le exigieron respuestas, ella siguió caminando sin responder.
El vocero del Servicio Secreto, Anthony Guglielmi, dijo en un comunicado el jueves que la continuidad en el liderazgo de la agencia “es primordial durante un incidente crítico” y que Cheatle “no tiene intenciones de renunciar.”
“Ella respeta profundamente a los miembros del Congreso y está ferozmente comprometida con la transparencia”, añadió Guglielmi. El Servicio Secreto está llevando a cabo una investigación interna sobre el tiroteo, así como varias investigaciones en el Congreso. Está previsto que Cheatle testifique ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes la próxima semana.
Tim Balk