BUTLER, Pensilvania.- El joven caminaba por los alrededores del mitin de campaña de Donald Trump, cargando una gran mochila al hombro y mirando por la lente de unos binoculares hacia los tejados detrás del escenario donde el expresidente se pararía dentro de una hora. Su comportamiento fue tan extraño, tan diferente al de los demás asistentes al acto, que las autoridades locales se dieron cuenta, transmitieron por radio sus preocupaciones y tomaron una foto. Pero luego desapareció.

La imagen fue distribuida por agentes estacionados fuera del perímetro de seguridad esa calurosa y soleada tarde de sábado. Pero el hombre -identificado después como Thomas Matthew Crooks, de 20 años- no volvió a aparecer hasta que los testigos lo vieron trepando por el costado de un edificio de fabricación achaparrado que estaba a 135 metros del escenario.

Allí abrió fuego, seis minutos después de que Trump comenzara a hablar, en un intento de asesinar al presunto candidato presidencial republicano. El joven mató a un manifestante e hirió gravemente a otros dos. Trump sufrió una lesión en la oreja, pero no resultó gravemente herido, y apareció pocos días después en la Convención Nacional Republicana en Milwaukee con un vendaje sobre la herida.

Ahora vienen las preguntas, y hay muchas. Se han iniciado múltiples investigaciones, tanto sobre el ataque en sí como sobre cómo las fuerzas del orden permitieron que ocurriera. Cada vez está más claro que se trató de un fracaso que involucró múltiples pasos en falso y al menos nueve divisiones policiales locales y federales que se suponía que debían trabajar juntas. Las autoridades también han advertido sobre la posibilidad de que se produzcan ataques similares y más violencia.

Esta nota se basa en entrevistas con ocho funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y cuatro personas familiarizadas con una sesión informativa impartida a los senadores el miércoles, algunos de los cuales hablaron con The Associated Press bajo condición de anonimato para discutir las investigaciones sobre el atentado contra la vida de Trump.

Preparación

El tirador se había preparado para la matanza. Los investigadores descubrieron que traía varios cargadores. También compró 50 balas el día del tiroteo. El rifle semiautomático lo compró legalmente su padre años antes.

Los investigadores encontraron un chaleco antibalas en su automóvil y otro artefacto explosivo rudimentario en su casa, donde durante los últimos meses había recibido varios paquetes, incluidos algunos que contenían material potencialmente peligroso. El FBI obtuvo acceso al teléfono celular de Crooks, registró su computadora, su casa y su auto, y entrevistó a más de 100 personas hasta el momento.

Pero gran parte de su comunicación se realizó mediante mensajes cifrados. Los investigadores estaban revisando más de 14.000 imágenes en su teléfono celular y descubrieron que Crooks también había buscado en internet para estudiar la trayectoria de la bala.

Según informa CNN citando a fuentes de la investigación, Crooks había publicado un enigmático mensaje en la plataforma de juegos Steam que luego cobró más sentido. “El 13 de julio será mi estreno, miren cómo se desarrolla”, había escrito el joven, aunque no se precisó cuándo lo hizo ni si hubo otras publicaciones similares. El 13 de julio fue el día del ataque.

Además, los investigadores descubrieron que Crooks había visitado el lugar del mitin de Trump dos veces, que en su teléfono celular tenía imágenes tanto de Trump como de Biden, que su historial de búsqueda incluía fechas de la Convención Nacional Demócrata, así como futuros eventos de Trump, e incluso búsquedas sobre el trastorno de depresión.

Pero la investigación aún no ha logrado resolver el misterio que rodea la pregunta más importante: ¿por qué lo hizo?

Trabajo en conjunto

El Servicio Secreto siempre colabora con las autoridades locales cuando un presidente, candidato político u otro funcionario de alto nivel llega a la ciudad, y el mitin del sábado no fue diferente. Un equipo de avanzada llegó temprano para explorar la escena e identificar posibles áreas de preocupación. Ordenaron que los vehículos se muevan. Levantaron barreras. Bloquearon las carreteras.

En algunas ciudades más grandes, una o dos agencias locales pueden trabajar junto con los equipos federales. En áreas más rurales, una agencia local no tendrá suficiente personal, por lo que a menudo participan varias agencias. El sábado, la seguridad incluyó a miembros de al menos seis agencias diferentes, incluidas dos oficinas del sheriff, la policía local, la policía estatal y varios equipos dentro del Servicio Secreto, además de funcionarios de bomberos y rescate de emergencia. Dentro de esas agencias hay divisiones individuales que tienen diferentes funciones.

En teoría, cuanta más gente es mejor. Pero a menudo puede crear problemas de comunicación y no está claro cómo se transmitió la información sobre Thomas Matthew Crooks, de 20 años. Por ejemplo, no está claro qué tan ampliamente circuló su foto o si todos estaban igualmente conscientes de la amenaza potencial.

Todos los oficiales adicionales pueden suponer una pérdida de recursos y dejar a las agencias al límite. El Servicio Secreto en un momento dado está protegiendo al presidente, a los candidatos y a otras personas, además de estar al tanto de los principales acontecimientos de seguridad nacional. Lo mismo ocurrió con la policía local, que dijo al Servicio Secreto que no tenían suficiente gente para enviar afuera del edificio todo el día.

El Servicio Secreto controla el área dentro del perímetro, después de que las personas pasan por los detectores de metales. Se supone que las autoridades locales deben manejar fuera del perímetro.

Informes de alguien en el techo

El tirador, posteriormente identificado como Crooks, desapareció entre la multitud de partidarios de Trump vestidos de rojo, blanco y azul. El flujo de simpatizantes que entraban a través de los detectores de metales estaba disminuyendo. Trump se estaba preparando para arrancar.

La terraza desde la que disparó Crooks se encuentra en un complejo de edificios que forman AGR International Inc., un proveedor de equipos de automatización para la industria de envases de vidrio y plástico. El edificio estuvo cerrado durante el día, excepto para las autoridades.

Crooks fue visto nuevamente cuando miembros de un equipo SWAT local, estacionado dentro del complejo de edificios, lo notaron caminando y mirando el techo. Un oficial tomó una foto de Crooks y envió por radio a otros para que estuvieran atentos a una persona sospechosa que estuviera mirando a través de un telémetro, un pequeño dispositivo parecido a binoculares que los cazadores usan para medir la distancia de un objetivo.

No mucho después, los testigos informaron haberlo visto escalando el edificio más cercano al escenario. Luego instaló su rifle estilo AR y se tumbó en el tejado, con un detonador en el bolsillo para detonar artefactos explosivos que estaban escondidos en su automóvil estacionado cerca.

Afuera, un oficial local subió al techo para investigar. El pistolero giró y lo apuntó con su rifle. El oficial no disparó, o no pudo disparar, un solo tiro. Pero Crooks lo hizo, disparando a la multitud hacia el expresidente y provocando que los espectadores aterrorizados se agacharan en busca de refugio mientras agentes del Servicio Secreto protegían a Trump y lo sacaban del escenario. Dos equipos de contrafrancotiradores estaban estacionados en edificios detrás de Trump, y el equipo más alejado de Crooks disparó una vez y lo mató.

En la sesión informativa del miércoles ante el Congreso, los funcionarios del FBI y del Servicio Secreto establecieron un cronograma más claro: Crooks fue identificado como una amenaza potencial una hora antes de que se dispararan, lo vieron con el telémetro aproximadamente 40 minutos antes del tiroteo y luego lo descubrieron nuevamente mirando por el telémetro, unos 20 minutos antes del disparo.

“Un fracaso”

“Estamos hablando de un fracaso”, dijo a CNN el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas. “Vamos a analizar mediante una revisión independiente cómo ocurrió eso, por qué ocurrió y haremos recomendaciones y hallazgos para asegurarnos de que no vuelva a suceder”.

Los republicanos del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes han citado a la directora del Servicio Secreto, Kim Cheatle. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, dijo que crearía un grupo de trabajo para investigar, y algunos republicanos han pedido a Cheatle que dimita.

La propia Cheatle dijo que el tiroteo fue “inaceptable” en una entrevista con ABC News. “Y es algo que no debería volver a suceder”.

Desde el fin de semana, se ha reforzado la seguridad para Trump y el presidente Joe Biden, y el candidato presidencial independiente Robert F. Kennedy Jr. también recibió un destacamento de protección.

Biden ordenó una revisión independiente del tiroteo. El inspector general del Departamento de Seguridad Nacional también abrió una investigación sobre el manejo del tiroteo por parte del Servicio Secreto.

Pero es una gran tarea. Ese día había agentes especiales, equipos de protección presidencial, equipos de contraataque y contrafrancotiradores. También había aproximadamente 50 bomberos y personal de emergencia, además de docenas de agentes de la policía de Butler Township, agentes de los condados de Beaver y Butler y agentes de la policía estatal de Pensilvania.

Se necesitarán semanas, si no meses, para entrevistar a todos los oficiales involucrados y determinar exactamente cómo Crooks pudo llevar a cabo el intento más serio de matar a un presidente o candidato presidencial desde que le dispararon a Ronald Reagan en 1981.

Agencia AP