Juegos Olímpicos París 2024: la delegación argentina fue una de las primeras en navegar por el Sena y disfrutó con cantos futboleros

Los atletas argentinos, con Rocío Sánchez Moccia y Luciano De Cecco como abanderados, durante el original desfile de apertura de París 2024.
Los atletas argentinos, con Rocío Sánchez Moccia y Luciano De Cecco como abanderados, durante el original desfile de apertura de París 2024. - Créditos: @Santiago Filipuzzi/Enviado Especial

PARÍS (de un enviado especial).- Ni en la guerra entre Rusia y Ucrania. Ni en el conflicto en la Franja de Gaza. Ni en la agrietada vida política que se vive en este país. Ni en las polémicas por la inmigración. Ni en la noticia de los sabotajes al servicio ferroviario francés de alta velocidad que invadió los medios. Por un largo rato todos los que se abrazaron al Sena (atletas, espectadores, mandatarios, organizadores, periodistas) no pensaron en nada belicoso. Probablemente las flores al río que arrojaron los atletas de Argelia, en homenaje a sus compatriotas asesinados durante la “Masacre de París de 1961″, haya sido el único momento que se corrió de la escena deportiva.

La ceremonia de apertura de París 2024 fue inédita por haberse desarrollado fuera de un estadio, algo nunca visto en los Juegos Olímpicos, con embarcaciones recorriendo el río que serpentea la ciudad. Y fue mágica por lo que generó, incluso bajo la lluvia.

De Cecco y Sánchez Moccia, los abanderados argentinos, con la Torre Eiffel de fondo, en la ceremonia de inauguración de París 2024.
De Cecco y Sánchez Moccia, los abanderados argentinos, con la Torre Eiffel de fondo, en la ceremonia de inauguración de París 2024. - Créditos: @X

Hubo artistas, espectáculos con matices de Moulin Rouge y leyendas encendiendo el pebetero. Los deportistas, naturalmente, fueron los grandes protagonistas en una ciudad que utilizó varios de sus emblemáticos monumentos para lucirse y ostentar frente al mundo. Y allí, eufóricos, radiantes, como si fueran adolescentes en un viaje de egresados, vestidos con uniformes azules y blancos, los representantes argentinos disfrutaron de un momento irrepetible. Ya lo reveló varias veces la gran Gabriela Sabatini, al referirse a la ceremonia de Seúl 1988, cuando además le tocó ser la abanderada: “Me temblaron las piernas”. El voleibolista Luciano De Cecco y la Leona Rocío Sánchez Moccia, los abanderados, lideraron la escena. Pero nadie se quedó atrás y todos los que pudieron subirse a la embarcación (otros, sobre todo los que compiten temprano este sábado, se quedaron viendo la fiesta en la Villa Olímpica) pudieron transmitir en vivo, tomarse fotografías, saludar al público.

La primera embarcación en aparecer fue la de Grecia, el país en el que se originaron los Juegos Olímpicos. Luego llegó el barco de la delegación de refugiados, que navegó por el Sena entre aplausos. Fueron apareciendo Afganistán, Sudáfrica, Albania, Argelia, Alemania, Andorra, Antigua y Barbuda, Arabia Saudita y, luego, la Argentina. Algún francés, subido a la ola del enfrentamiento deportivo de estas horas, ensayó alguno que otro silbido. Pero, por lo general, la mayoría de las delegaciones fue vitoreada. Además de De Cecco y Sánchez Moccia, arriba del barco nacional estuvieron, entre otros atletas, Mateo Majdalani y Eugenia Bosco, fuertes candidatos en Nacra 17, de yachting; Tomás Etcheverry, Lourdes Carlé, Guillermo Coria, Mercedes Paz y Florencia Labat, por el tenis; Damián Jajarabilla, tirador con arco; los hermanos del handball Diego “Chino” Simonet y Pablo Simonet; las otras integrantes de las Leonas y los demás voleibolistas.

La embarcación que llevó a los atletas argentinos por el Sena, compartida con deportistas de otros países.
La embarcación que llevó a los atletas argentinos por el Sena, compartida con deportistas de otros países. - Créditos: @Santiago Filipuzzi/Enviado Especial

Hubo un momento simpático, posteado por los propios atletas argentinos. Fue cuando a la distancia, en medio del público, divisaron a un hombre con una camiseta de la selección nacional de fútbol que saltaba, tratando de acaparar la atención (algo que finalmente logró). “¡Vamos, vamos, Argentina, vamos, vamos, a ganaaar, que esta banda, quil..., no te deja, no te deja de alentaaar!”, cantaron los deportistas sobre el río. Antes de viajar en ómnibus hasta el Sena, se reunieron en la entrada de los dos edificios que ocupan en la Villa Olímpica para tomarse una foto y envalentonarse con cánticos y aplausos. También el histórico regatista Santiago Lange, medallista dorado olímpico, tuvo su momento de emoción al participar en el relevo de la antorcha. Entre los que se quedaron en la Villa por tener que actuar este sábado estuvieron los tenistas Mariano Navone, Nadia Podoroska, Andrés Molteni y Máximo González (los doblistas se enfrentarán con Rafael Nadal y Carlos Alcaraz).

“Es un honor llevar la bandera. Tengo felicidad, emoción, ansiedad, ya empiezan los Juegos. Los dos competimos mañana [este sábado] y esa ansiedad se empieza a sentir. No sabía mucho de la ceremonia inaugural. La verdad es que es increíble; no me tocó nada parecido. Siempre fue caminar por un estadio. Todo esto es ser superespecial y mágico”, expresó Sánchez Moccia, de 35 años y capitana del seleccionado de hockey sobre césped. Y añadió: “Recuerdo que en mis primeros Juegos, Londres 2012, fue Lucha [Aymar] quien llevó la bandera y, siendo éstos mis últimos, no podría ser mejor”.

“Es hermoso representar a todos los deportistas que estamos acá, hay que disfrutarlo. Es todo nuevo. Mañana [este sábado] todos competimos; es medio raro, pero a la vez es increíble y una experiencia inigualable. Estamos en un lugar que es un metro cuadrado para los dos. Nos dieron un arnés, y vamos a tener la bandera. Nos enfocan por 35 segundos. Compartimos el barco porque tenemos una delegación chica, porque muchos compañeros no pudieron venir”, apuntó De Cecco, uno de los mejores voleibolistas argentinos de la historia. Ni él ni ninguno de los atletas que desfilaron por el Sena olvidarán el momento.