Juan Pablo Cervantes: Un campeón del otro lado de los 'rotitos'
México, 18 ago (EFE).- A los 32 años, el velocista Juan Pablo Cervantes, una de las esperanzas de México en los Juegos Paralímpicos de París 2024, va por la vida como quien sube los escalones de dos en dos y huye de los lamentos.
"Aprendí a no quejarme. En mi deporte algunos se hacen los más 'rotitos' para que los coloquen en una categoría de menor rigor y poder ganar una medalla; hacer eso a mi me denigraría", aseguró el deportista este domingo en entrevista con EFE.
Cervantes nació con una artogripesis múltiple congénita, enfermedad que le impide mover las piernas. Si fuera poco, es hijo de un padre alcohólico y golpeador, lo cual elevó el grado de dificultad de su camino. Sin embargo, eligió no ser víctima y hoy lleva una vida plena gracias al deporte.
Ganó medalla de bronce en los 100 metros planos, categoría T54 de silla de ruedas en los Paralímpicos de Tokio 2020 y en los Mundiales de paratletismo, hace unas semanas volvió a ser tercero, lo cual lo coloca como candidato a conquistar una presea en París.
"El año pasado gané los Parapanamericanos de Chile con el mejor tiempo de mi vida, 13.80 segundos. Hoy me siento mejor que entonces, por eso creo que en Francia todo puede ocurrir. Hemos cambiado algunas cosas en el entrenamiento y espero mejores resultados", dijo.
En la división T54 agrupa a los que tienen uso completo del cuerpo con una discapacidad moderada o grave en el movimiento de las piernas, o la ausencia de las mismas. Entre ellos, Cervantes es de los de menor rango de desplazamiento, pero le gusta el reto porque le permite crecer.
"Compito contra personas amputadas que tienen más control que yo, pero no me afecta. Si me ponen una categoría más alta, me rifo".
La final de 100 metros T54 será de las más emocionantes en el atletismo de los Paralímpicos. Para ganar medalla, Cervantes deberá vencer a deportistas de primer nivel como el tailandés Athiwat Paeng-Nuea, campeón paralímpico; el finlandés Leo Pekka Taahtl, monarca mundial y subcampeón paralímpico, el chino Hu Yanh, subcampeón mundial, entre otros.
"Cualquiera de los ocho finalistas tendrá con qué para ganar y yo estaré entre ellos", opinó el mexicano que llegará a los Juegos después de un campamento en Pontevedra, dirigido a mejorar la potencia y los puntos finos de su preparación.
Hace 20 años, Cervantes era un niño que se movía en una patineta. Vio por televisión los Paralímpicos de Atenas 2004 y cambió su vida al convertirse en atleta.
"Ha sido un camino duro. A veces termino los entrenamientos con ganas de vomitar; después de un trabajo de velocidad con 20 tramos de 400 metros, por ejemplo. En ocasiones llegan malos pensamientos, no quieres salir de casa, pero recuerdas lo bonito del deporte y sales a lograr las metas".
México competirá en los Paralímpicos con 67 deportistas, 37 de ellos mujeres. Son personas que, como el resto de los competidores de los Juegos, pudieron hundirse en la depresión, pero entendieron que no podían cambiar la vida, sí la manera de asumirla.
"En los entrenamientos me pongo trampas mentales. Me imagino una maquinita con pistones y así derroto al cansancio de mis brazos", insiste Cervantes, un campeón del otro lado de quienes se hacen los 'rotitos' y se engañan a sí mismos.
(c) Agencia EFE