Juan Francisco Rago, el héroe de los penales ante River, que quedó eliminado de la Copa Argentina

Juan Francisco Rago, el héroe de Temperley ante River
Juan Francisco Rago, el héroe de Temperley ante River

Hay personas que parecen tener el destino escrito. El caso de Juan Francisco Rago bien podría ser uno de ellos. El arquero que anoche amargó a River, atajando dos penales de la definición y permitiéndole a Temperley avanzar a los octavos de final de la Copa Argentina, tuvo clara su orientación vocacional desde un principio. Su padre, Pancho Rago, también fue guardavalla.

Los guantes de arquero fueron moneda corriente en su infancia. Y con el tiempo fue edificando una prolífica carrera, en la que recorrió el país y distintas categorías del ascenso. El hombre nacido hace 35 años en Mar del Plata dio sus primeros pasos en su ciudad, defendiendo los colores del Club Social y Deportivo Argentinos del Sud. Más tarde emigró a Mendoza, para jugar en Godoy Cruz. Su camino lo hizo regresar a la provincia de Buenos Aires, para formar parte del proyecto deportivo de Sportivo Barracas Bolívar, en la Primera C.

Rago, durante su paso por Mitre de Santiago del Estero
Rago, durante su paso por Mitre de Santiago del Estero

Otro viaje al interior lo llevó a Atlético Policial de Catamarca. De ahí subió a Salta, para jugar en General Güemes de Rosario de La Frontera. La otra provincia que conoció gracias al fútbol fue Santiago del Estero. Allí jugó en Mitre, Central Córdoba y Güemes. En Entre Ríos atajó en Libertad de Concordia, y en La Pampa, en Ferro de General Pico.

Rago en el arco de Alvarado, el club donde también atajó su padre
Rago en el arco de Alvarado, el club donde también atajó su padre

A los 28 años, en la plenitud de la carrera de cualquier arquero, regresó a Mar del Plata para ocupar el arco de Alvarado, el mismo donde se había lucido 15 años antes su papá.

Con una presencia física importante (mide 1.85 metros) y habilidad en el juego con los pies, Rago luego pasó a Atlanta, donde cumplió una destacada actuación entre 2018 y 2022. Incluso, su apellido quedó registrado para siempre en los libros del Bohemio, al establecer en 2019 un nuevo récord de valla invicta: estuvo 994 minutos sin recibir goles.

Tan grande fue su gesta, que cuando en 2022 emigró a Agropecuario, el club de Villa Crespo lo despidió con honores. “Se termina un ciclo increíble para este líder, que se ha metido de lleno en nuestra historia y nuestros corazones. Desde el Club Atlético Atlanta solo tenemos para decirle GRACIAS ETERNAS. Esta siempre será su casa”, escribieron en el sitio oficial ante su partida.

Por entonces se conoció una historia curiosa de su familia. Sucede que la mamá de Juan Francisco fue, durante casi cinco años, la novia de Marcelo Tinelli. “Llevame a San Lorenzo, Marce”, decía entre risas ante las cámaras de TyC Sports.

Su compromiso con Atlanta y el valor que le da Rago a su palabra lo llevó a tomar una decisión sorprendente, que lo pinta de cuerpo completo. En junio de 2020, en medio de la pandemia, Juan Francisco era capitán y figura de Atlanta. Y quien fijó los ojos en sus condiciones fue nada menos que Diego Armando Maradona, que lo quiso sumar a Gimnasia.

El encanto de jugar, a los 32 años, por primera vez en la máxima categoría del fútbol argentino y, a la vez, ser dirigido por el gran ídolo, era gigantesco. Pero Rago le había prometido a la dirigencia del Bohemio que iba a seguir en ese club. Y cumplió.

Llegó a Temperley casi de casualidad, en enero de este año. Su plan para este 2024 era dar el salto internacional. Rechazó ofertas de Ferro y otros equipos, hizo las valijas y se fue a Paraguay. Pero nada sucedió como él pensaba.

Estaba firmando mi contrato con Sportivo Ameliano y noté que me cambiaban las condiciones acordadas de palabra. Me dijeron que sí, que las cambiaban, pero esa actitud me demostró que los dirigentes no eran confiables”, explicó en una entrevista a Radio ETER de Mar del Plata (FM 90.5) a su regreso, cuando todo era incertidumbre en su continuidad deportiva. Fue entonces cuando apareció Temperley. Allí mantuvo su nivel, en una Primera Nacional difícil. El equipo está octavo, con 23 puntos en 16 fechas, a 8 unidades del líder Colón.

Un instante después de contenerles los remates a Esequiel Barco y a Héctor David Martínez, y regalarle a Temperley una de las páginas más gloriosas de su historia, Rago compartió sus emociones ante las cámaras: “Estoy a punto de que se me caiga una lágrima. Hubo un montón de cosas, pero antes que eso se me viene la familia a la cabeza. La fuerza me la da mi familia, que está ahí siempre. No solo acá, los que están en Bolívar, en Mar del Plata y mucha gente que me ha mandado su apoyo. Me vinieron a visitar de lejos, en auto, hicieron un esfuerzo enorme. El premio es para ellos”.

Además, compartió parte de la intimidad del grupo y una premonición: “Lo digo con toda la humildad del mundo: les había dicho a mis compañeros que había soñado que íbamos a penales e iba a atajar dos. Se los prometí y a más de uno se lo podés preguntar”.

Juan Francisco Rago, arquero desde la cuna, obrero del ascenso y, desde anoche, también verdugo de River.