Joe Biden no logra despejar las dudas y más demócratas piden que baje su candidatura a la reelección

El presidente Joe Biden fue a una misa en una iglesia en Wilmington, Delaware. (SAUL LOEB / AFP)
El presidente Joe Biden fue a una misa en una iglesia en Wilmington, Delaware. (SAUL LOEB / AFP) - Créditos: @SAUL LOEB

WASHINGTON.- La presidencia de Estados Unidos es un trabajo exigente y estresante, pesado. Joe Biden negó que lo haya envejecido. “Sólo creo que me costó una muy mala noche”, dijo el mandatario en referencia a su fallido desempeño en el debate con el candidato republicano Donald Trump. Negó estar en declive. Negó no poder hacer su trabajo durante otro mandato. Negó las encuestas que lo muestran perdedor. Negó su baja popularidad. Negó que necesite un examen médico para demostrar su salud mental. Negó que esté perdiendo a los demócratas. Negó el riesgo de seguir en carrera, aun cuando dice que la democracia está en juego.

“No creo que nadie esté más calificado para ser presidente o ganar esta carrera que yo”, dijo Biden. “Sólo tuve una mala noche”, insistió varias veces.

El presidente Joe Biden fue a una misa en una iglesia en Wilmington, Delaware. (SAUL LOEB / AFP)
El presidente Joe Biden fue a una misa en una iglesia en Wilmington, Delaware. (SAUL LOEB / AFP) - Créditos: @SAUL LOEB

Lejos de despejar dudas y restaurar la confianza, el presidente norteamericano profundizó esta semana la crisis de su campaña desatada por su desastroso debate con Trump, una debacle que aún no encuentra su piso. Una entrevista de 22 minutos con la cadena ABC que, se suponía, debía calmar las aguas, lo enterró más en el pozo.

Sus respuestas a las preguntas sobre su salud, su respaldo, los llamados a que abandone, su capacidad para hacer el trabajo, o el riesgo de una derrota en las elecciones del 5 de noviembre multiplicaron las críticas en el Partido Demócrata –ahora con nombre y apellido, y ya no solo off the record–, y amplificaron la desconfianza y la ansiedad en sus filas. A la inquietud por la vejez de Biden se agregó una preocupación, más novedosa: su grado de conexión con la realidad.

PUBLICIDAD

El líder demócrata dejó en claro que no se bajará, al menos no por decisión propia.

“A ver, si el Señor Todopoderoso viniera y dijera: ‘Joe, dejá la carrera’, yo dejaría la carrera. El Señor Todopoderoso no vendrá”, afirmó en su entrevista.

Nada de lo que dijo o hizo Biden desde el debate con Trump logró regenerar la confianza de los demócratas en su liderazgo, o su habilidad para derrotar a Trump y gobernar otros cuatro años. Por el contrario, esa desconfianza sólo parece haber aumentado con el paso de los días. Aunque las principales figuras demócratas aún lo respaldan, las discrepancias internas ya son inocultables, y las críticas, más abiertas. Por lo menos cinco congresistas demócratas han pedido públicamente a Biden que dé un paso al costado.

Sin llegar tan lejos, otros demócratas se ocuparon de dejar en claro –también públicamente– que debe hacer más para salvar su candidatura.

“Teniendo en cuenta lo que vi y escuché del presidente durante el debate de la semana pasada en Atlanta, junto con la falta de una respuesta contundente del propio presidente después de ese debate, no creo que el presidente pueda hacer campaña de manera efectiva y ganar contra Donald Trump”, dijo en un mensaje en X la congresista demócrata Angie Craig, de Minnesota.

Biden en campaña en Wisconsin este viernes. (AP Foto/Morry Gash)
Biden en campaña en Wisconsin este viernes. (AP Foto/Morry Gash) - Créditos: @Morry Gash

Ignota para muchos, Craig es una de las congresistas que se juega este año su banca en un distrito de Minnesota que puede volver a manos republicanas. El mensaje de Craig, criticado por la cúpula partidaria, mostró que muchos demócratas ven a Biden como un lastre. Otros insisten en pedirle que levante más su perfil, como si la raíz del problema fuera que Biden se ha mostrado poco en público. Ro Khanna, congresista demócrata de California, bastión progresista por excelencia, dijo que una sola entrevista es insuficiente para reparar el daño autoinflingido por el debate.

PUBLICIDAD

“Los votantes seleccionan a nuestro candidato y lo eligieron a él”, dijo Khanna. “Ahora, necesita demostrarles a esos votantes que está a la altura del cargo y eso requerirá más que sólo esta entrevista”, afirmó.

Varios medios dieron cuenta este fin de semana de una rosca política en el Capitolio al rojo vivo. El líder demócrata de la Cámara baja, Hakeem Jeffries, tenía previsto liderar una reunión virtual este domingo para discutir la candidatura de Biden y el camino a seguir en medio de un pánico desatado ya no solo por el futuro de la Casa Blanca y un eventual retorno de Trump a la presidencia, sino también por el de muchos legisladores que podrían quedarse sin trabajo si el Partido Demócrata sufre una hemorragia de respaldo. Un senador demócrata, Mark Warner, intenta sumar colegas para pedirle a Biden que abandone la pelea.

Burbuja

Con medio siglo de carrera política sobre sus espaldas, Biden ningunea las presiones, los miedos y las ansiedades y las críticas y se muestra convencido de que él y sólo él puede ganarle a Trump y liderar a Estados Unidos y al mundo durante los próximos cuatro años. Para silenciar a sus críticos, Biden recurre a su gestión –cuyo éxito nadie cuestiona entre los demócratas– y a una vieja mística personal: siempre lo han subestimado, y siempre se ha recuperado luego de tropezar.

Para algunos, Biden está encerrado en una burbuja.

PUBLICIDAD

“El presidente está legítimamente orgulloso de su historial”, dijo David Axelrod, estratega de Barack Obama, quien conoce muy bien a Biden. “Pero está peligrosamente desconectado de las preocupaciones que la gente tiene sobre sus capacidades para avanzar y su posición en esta carrera. Hace cuatro años, en este momento, estaba 10 puntos por delante de Trump. Hoy, está seis puntos atrás”, definió.

Biden saluda a sus seguidores en Wisconsin. (AP Foto/Manuel Balce Ceneta)
Biden saluda a sus seguidores en Wisconsin. (AP Foto/Manuel Balce Ceneta) - Créditos: @Manuel Balce Ceneta

Decidido a seguir en carrera, Biden se enfrenta a un riesgo existencial: una rebelión abierta en el Partido Demócrata para forzarlo a dar un paso al costado. Su desafío aún es el mismo del día siguiente a su desastroso debate ante Trump: convencer a su propio partido de que aún tiene lo que hace falta para ser un candidato eficaz, convencer al electorado de que está en condiciones de seguir en la presidencia, y volver a ganarle a Trump.

Visiblemente ofuscados con la ofensiva para tumbarlo, Biden y su equipo parecen más propensos a mantener el rumbo a la espera de que pase la tormenta. Pero la impaciencia entre algunos demócratas parece comenzar a mutar a exasperación. George Stephanopoulos le preguntó en la entrevista qué sentiría si, cuando llegue enero, Trump fuera el presidente y sus advertencias se volvieran realidad.

“Sentiré que siempre y cuando lo dejé todo, e hice el mejor trabajo posible como sé que puedo hacer, de eso se trata”, respondió Biden.