Investigan en Chile la muerte de un conscripto en un entrenamiento del servicio militar que dejó otros 45 heridos

Militares durante un patrullaje en Santiago (Archivo)
Militares durante un patrullaje en Santiago (Archivo)

SANTIAGO, Chile.- El presidente chileno Gabriel Boric convocó a una reunión al jefe del Ejército para aclarar las circunstancias de la muerte de un soldado durante un entrenamiento mientras cumplía el servicio militar en el extremo norte del país, en una actividad que dejó además a otros 45 heridos, dos de ellos de gravedad.

El caso del conscripto Franco Vargas, de 19 años, escaló a niveles políticos después de que salieran a la luz detalles de su muerte tras realizar una marcha a casi 4000 metros de altitud y bajo condiciones meteorológicas adversas en la localidad de Putre, en la región de Arica y Parinacota.

“No podemos permitir que esto vuelva a suceder. Por la memoria de Franco corresponde conocer toda la verdad, que se esclarezcan los hechos y se asuman las responsabilidades que correspondan”, afirmó Boric en un discurso a la nación.

La discrepancia entre las informaciones y el surgimiento de nuevos detalles, así como denuncias de abusos físicos y negligencia, generó una intensa movilización de la ciudadanía, que reclamó una investigación de los hechos y castigo para los responsables.

El presidente de Chile, Gabriel Boric (Archivo)
El presidente de Chile, Gabriel Boric (Archivo) - Créditos: @JESÚS MARTÍNEZ/AGENCIA UNO / A

El jefe del Ejército, general Javier Iturriaga, admitió que la primera información entregada sobre la muerte de Vargas fue imprecisa y cesó al principal encargado de la institución en la región, a más de 2000 kilómetros de la capital, y a otros cinco altos cargos.

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“La información inicial, que fuere difundida por diferentes autoridades del Ejército, obedeció a los antecedentes que entregó el personal que se encontraba a cargo del período de instrucción”, señaló Iturriaga. “Es doloroso constatar que la información preliminar entregada adoleció de falta de precisión, y ello llevó a las diferentes contradicciones que han sido de público conocimiento”, agregó.

El Ejército explicó que un total de 245 conscriptos que se encontraban en instrucción realizaron una marcha a bajísimas temperaturas el 27 de abril pasado, que terminó con la muerte del soldado y con otros 45 con un cuadro de infección respiratoria. Todos los heridos fueron ingresados en un hospital y dos continúan graves.

Según relataron testigos, Vargas pidió asistencia en diversos momentos de la marcha y llegó a desmayarse antes de colapsar completamente. El Ejército y el centro de salud al que el joven fue trasladado ofrecieron versiones antagónicas sobre su condición.

Las lagunas del caso llevaron a la Corte Suprema a designar a una magistrada, Jenny Book, para averiguar personalmente las circunstancias de la marcha de entrenamiento y el conflicto de información. Tras su primer día de diligencias la jueza reveló la noche del jueves que uno de los soldados heridos en la actividad tuvo una de sus manos amputadas y permanece ingresado en cuidados intensivos.

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Por ello el mandatario chileno convocó a una reunión con Iturriaga y la ministra de Defensa, Maya Fernández, para que le detallen personalmente los hechos. Pidió, además, saber todas las medidas de prevención para evitar que este tipo de situaciones vuelvan a repetirse.

La muerte de Vargas remeció a Chile y su madre, Romy Vargas, denunció negligencia de parte del Ejército y ha anunciado una demanda. Tras el deceso, más de 100 conscriptos que realizaban su servicio militar junto a él renunciaron a continuar en las filas castrenses.

Agencia AP y diario El País