Independiente mejoró su imagen frente a Barracas Central, pero sigue sin encontrar el fútbol y no pasó de un 0-0

Damián Pérez remata ante el uruguayo Jhonatan Candia; Independiente tuvo la intención y, por un rato, algo de funcionamiento, pero no le alcanzaron frente a un Barracas muy predispuesto a defender en Avellaneda, por la Liga Profesional.
Damián Pérez remata ante el uruguayo Jhonatan Candia; Independiente tuvo la intención y, por un rato, algo de funcionamiento, pero no le alcanzaron frente a un Barracas muy predispuesto a defender en Avellaneda, por la Liga Profesional. - Créditos: @Jorge Matías Baravalle

Independiente no puede. Ni cuando juega muy mal, ni cuando al menos empuja y suma merecimientos. Esta vez no pasó de un 0 a 0 con Barracas Central en Avellaneda, un punto que suma más en la tabla de las dudas que en la de posiciones.

Llovizna. Bruma. Frío. Aplausos moderados al equipo pese a la muy deslucida actuación y la derrota sufrida en Córdoba en el reinicio de la Liga Profesional, cinco días atrás. Los habituales insultos a la comisión directiva. La pelota todavía no había dado una sola vuelta sobre sí y el clima ya asomaba complejo para el fútbol en general y para disiparle al Rojo las nubes que le ensombrecen el presente.

Daniel Juárez y Joaquín Laso en las alturas; el delantero de Barracas tuvo una posibilidad que le birló el arquero Rodrigo Rey.
Daniel Juárez y Joaquín Laso en las alturas; el delantero de Barracas tuvo una posibilidad que le birló el arquero Rodrigo Rey. - Créditos: @Jorge Matías Baravalle

Los dirigentes habían intentado más temprano dibujarles una sonrisa esperanzadora a los hinchas con la noticia de que el club ya disponía de los fondos necesarios (más de cinco millones de dólares) para levantar las inhibiciones pendientes y, por consiguiente, habilitar a los ya incorporados Mateo Pellegrino y Kevin Lomónaco, los regresados Nicolás Vallejo y Baltasar Barcia, el recién llegado Federico Vera y el chileno Felipe Loyola, que pasará este miércoles la revisión médica. ¿Cuándo podrán jugar todos ellos? Es la pregunta que el comunicado dejó sin responder.

La gente no pareció hacerles mucho caso a las novedades de despacho, más interesada en atender lo que observaría en la cancha y en ponerles la lupa a las intenciones futbolísticas de Julio Vaccari. Lo que vio, fundamentalmente, fue una actitud diferente a la pasividad mostrada ante Instituto. Tuvo esta vez Independiente intensidad en la presión para quitarle libertad a la salida del rival y voluntad para disimular las deficiencias con esfuerzo físico y pierna fuerte. Pero poco, muy poco más.

Un intento del chico Santiago López ante el sólido Rodrigo Herrera, con el arquero Sebastián Moyano como testigo; los ataques directos se vislumbran como una preferencia del nuevo entrenador de Independiente, Julio Vaccari.
Un intento del chico Santiago López ante el sólido Rodrigo Herrera, con el arquero Sebastián Moyano como testigo; los ataques directos se vislumbran como una preferencia del nuevo entrenador de Independiente, Julio Vaccari. - Créditos: @Jorge Matías Baravalle

Es verdad que un par de partidos puede no alcanzar para esbozar un estilo de juego, y mucho menos para pronosticar el futuro que le cabe esperar a un equipo, pero los 180 minutos del Rojo luego del receso apenas si dejan vislumbrar muy leves trazos de las pretensiones del ex director técnico de Defensa y Justicia. Se nota, sí, que prefiere el ataque directo y vertiginoso antes que la elaboración pausada; que quiere laterales que se proyecten para ensanchar el campo y pases largos para ahorrar contratiempos en la salida, pero cuesta advertir los detalles diferenciales.

Por un lado, los elementos que sorprendan a rivales que, como Barracas, se planten bien en defensa, aprieten los espacios y cierren los caminos. Por otro, los ajustes que impermeabilicen los alrededores de Rodrigo Rey, que dieron apariencia de cierta fragilidad en las escasas ocasiones en que el Guapo se aventuró en ataque.

Pedro Velurtas y Gabriel Ávalos se enredan en una acción en el área de Barracas Central; al Rojo le faltan goles.
Pedro Velurtas y Gabriel Ávalos se enredan en una acción en el área de Barracas Central; al Rojo le faltan goles. - Créditos: @Jorge Matías Baravalle

El primer tiempo se fue de largo con las áreas como elementos decorativos y un árbitro, Leandro Rey Hilfer, colaborando con la falta de ritmo al sancionar faltas inexistentes y cortar el juego más de la cuenta. En definitiva, las coordenadas de fricción, choques, faltas e imprecisiones que caracterizan los encuentros entre dos equipos dedicados con alma y vida a impedir que el adversario progrese.

El ingreso de Santiago Hidalgo en el inicio de la segunda mitad le dio al local un punto de improvisación para moverle la estantería a Barracas y conmover a la tribuna. Su presencia corrió al medio a Alex Luna y durante un rato el Rojo le puso frescura e ideas a su energía. El pedido de penal por una mano de Nicolás Tolosa de la cual fue imposible saber si había sido en el área o fuera, pero que en todo caso Rey Hilfer no cobró, alteró los ánimos (el recuerdo del muy polémico choque de marzo pasado en el Palacio Ducó flameó un rato entre la niebla). No frenó el ímpetu del local pero le hizo perder la ínfima dosis de funcionamiento que había insinuado.

El cansancio y el desorden al menos dejaron sitio a algunas emociones sueltas. Rodrigo Rey le tapó a Daniel Juárez un suelazo a dos pasos de la línea de meta; Sebastián Moyano, un cabezazo a Gabriel Ávalos y un remate, desvío incluido, a Federico Mancuello, y todo quedó como había empezado.

Barracas se llevó el punto que quería. Independiente mejoró la imagen y continúa debiendo fútbol. Al final, la gente silbó, redobló los improperios hacia la directiva y se fue sin discernir cuál es la idea de juego de Julio Vaccari.

Compacto de Independiente 0 vs. Barracas Central 0