La historia de amor del Huevo Acuña y su esposa: ambos nacieron en Zapala, pero jamás se habían visto y Ferro los unió
Las historias de amor entre dos personas ocultan detalles únicos e irrepetibles. Por circunstancias de la vida, Marcos Acuña y María Julia Silva nacieron en Zapala, Neuquén, un pueblo de 50 mil habitantes ubicado en el centro de la provincia. Sin embargo, ambos se conocieron en Buenos Aires, a kilómetros de su lugar de origen.
El club Ferrocarril Oeste, ubicado en el barrio de Caballito, en pleno corazón de la Capital Federal, los unió sentimentalmente. Él, con una gran proyección futbolística, empezó a ser cada vez más reconocido por sus grandes desempeños en las divisiones inferiores con el sueño intacto de llegar a Primera División; ella, por otra parte, trabajaba en el lugar y fue alertada sobre este particular hecho de que había una persona de su misma ciudad, a quien nunca había conocido.
Con personalidades opuestas, que terminaron encajando de manera tal para comenzar una relación sentimental, Julia Silva contó en una entrevista con Jésica Cirio para el programa Mujeres de Selección cómo fue la estrategia que implementó para conquistar al futbolista, quien tenía una personalidad muy reservada y tímida.
Una propuesta de ir a tomar unos mates a la Plaza Irlanda fue el puntapié inicial para que los caminos de Julia y Marcos se unieran para siempre y circularan en la misma dirección desde el momento en el que se cruzaron en Ferro.
Luego de formalizar la relación, en 2014 los dos tomaron la decisión de convivir juntos en un departamento que compraron en Caballito. Acuña dejó de pertenecer a Ferro para pasar a Racing, un club de mayor envergadura donde consiguió el primer título de su carrera. Aparejado con este crecimiento profesional, la pareja tuvo su primera hija llamada Mora, que les cambió la vida.
“Yo lo conocí cuando recién empezaba, cuando ni soñábamos con todo lo que vino después. Para mí sigue siendo el mismo chico que tomaba mates conmigo en la plaza. Eso no va a cambiar”, expresó, con nostalgia, Julia Silva a raíz de cómo se desarrolló la vida de Acuña, que incluyó la llegada a la selección argentina y varios pasos por el fútbol europeo.
Con un fuerte lazo que se construyó desde el 2011, Julia Silva y Marcos Acuña transitan un camino al que se le sumaron sus hijos Mora, Benjamín y Martina, quienes se criaron lejos del país, pero, a pesar de ello, mantienen las costumbres intactas de un país que lo vio campeón del mundo al Huevo y que hoy lo disfruta nuevamente en el fútbol local con la camiseta de River Plate.
Un campeón del mundo que retorna al país
Emparentado con el sacrificio y la constancia, Marcos Acuña construyó su carrera bajo estos pilares. Desde sus comienzos en Ferro, donde su puesto en la cancha era de volante por la banda izquierda, el Huevo comenzó a perfeccionar su técnica para darle más versatilidad a su juego y así ser una pieza clave para los entrenadores.
Tras el campeonato conseguido con Racing en 2014, el volante dio el salto a Europa para vestir las camisetas del Sporting Lisboa y el Sevilla de España. Luego de adquirir experiencia y roce en las ligas más importantes del mundo, Acuña explotó todo su potencial a punto tal de ser uno de los integrantes de la selección argentina que se coronó campeón en el Mundial de Qatar 2022.
Con contrato vigente en Sevilla hasta el 2025, Acuña tomó la decisión de armar las valijas y retornar a la Argentina luego de ser seducido por el entrenador Marcelo Gallardo. En una operación relámpago, el lateral-volante volverá a donde comenzó su historia como jugador y buscará poner el broche de oro retirándose en Ferrocarril Oeste.