Guillermo Franco, el delantero desdichado que Funes Mori hace todo por imitar

Guillermo Franco y Rogelio Funes Mori. (Getty Images)
Guillermo Franco y Rogelio Funes Mori. (Getty Images)

Guillermo Franco vivió lo que hoy vive Rogelio Funes Mori. Lo bueno y lo malo. Ambos llegaron a México sin credenciales futbolísticas, pero se convirtieron en figuras con la misma casaca. El Guille fue clave para que los Rayados de Daniel Passarella salieran campeones en 2003. Sus goles, igual que los del Mellizo, tenían cierta estética de vez en vez. Cada diana de Franco era un estallido en el Tecnológico, viejo estadio del Monterrey. Nadie supo en qué momento había pasado tanto tiempo, pero para 2005 el atacante argentino ya cumplía con todos los requisitos para jugar con el Tri.

Y su debut fue inmejorable. Tutelado por Ricardo La Volpe, marcó en la goleada (5-2) de México ante Guatemala por eliminatorias. Como Funes Mori en aquella presentación contra Nigeria el año pasado, el optimismo parecía una opción al menos de arranque. En el camino a Alemania 2006, el Guille fue comprado por el Villarreal de España, en donde compartió vestidor con Juan Román Riquelme y Diego Forlán. Aunque su cuota goleadora bajó, como era esperable, Franco tenía un espíritu combativo que lo hacía del gusto del entrenador chileno Manuel Pellegrini. Mientras tanto, en la selección competía por un lugar con Jared Borgetti, Omar Bravo y Francisco Fonseca.

En realidad, en esa etapa, Franco hacía muy bien todo aquello que no tenía que ver con el gol. Era un delantero fuerte y capaz de bajar largos envíos aéreos. Sabía apoyar a sus compañeros jugando de espaldas y nunca daba un balón por perdido. A falta de recursos técnicos —ya no era tan 'fácil' como en México—, hacía de la entrega la moneda de cambio. En el Mundial de Alemania no marcó ningún gol. Apenas asistió a Bravo para su primer gol contra Irán y no jugó el partido clave contra Argentina en Octavos de Final.

Franco deambuló por tres años en el Villarreal sin consagrarse nunca. En 2009 fichó por el West Ham de la Premier League. Esa testarudez por permanecer en Europa le garantizaba un lugar en el Tri en épocas de vacas flacas. Nadie podía competir con él por el puesto: Borgetti se hizo viejo; Bravo y Fonseca vivieron un dramático bajón de juego. Pero un año antes del Mundial de Sudáfrica un joven delantero irrumpió con una fuerza abrumadora. Javier Hernández comenzó a meter goles por todos lados. De ser banca del Rebaño pasó, en menos de doce meses, a fichar por el Manchester United e instalarse en la opinión pública como el delantero que debía arrancar como titular en el Mundial.

Guillermo Franco durante un partido ante el Real Madrid. (Denis Doyle/Getty Images)
Guillermo Franco durante un partido ante el Real Madrid. (Denis Doyle/Getty Images)

Hoy a Funes Mori lo condiciona una mirada parecida: es el obstáculo inmediato entre Santiago Giménez, el joven baluarte del ataque verde, y su primera gran justa. Y el asunto no sólo es que pueda desplazarlo de la titularidad, sino directamente que puede ser el motivo por el que quede fuera de la lista. Henry Martín, delantero del América, vive un gran momento y sus cifras son mejores que las de Funes Mori. Si de cálculos fríos se tratara, la decisión tendría que estar clara.

Franco fue titular en Sudáfrica 2010. Jugó los tres partidos de Fase de Grupos desde el arranque y entró de cambio en el último. No faltaron su ánimo combativo ni sus esfuerzos ingentes. Pero el gol nunca llegó, y oportunidades tuvo, sobre todo en el partido inaugural contra Sudáfrica. Oportunidades que Javier Hernández aprovechó en el goteo de minutos que tuvo: marcó dos goles, ante Francia y Argentina, en el primer caso, emergiendo desde la banca y en el segundo, por fin, como titular.

El Mundial acabó sin que nadie, además de Javier Aguirre, pudiera justificar la presencia de Franco en lugar de Hernández. Para su mala suerte compartida, Franco y Funes Mori tienen a Argentina en el camino, su primera patria. No hay por qué dudar del profesionalismo de los dos: en el campo, seguro lo que menos les importa es quedar bien. Pero todo resulta peor cuando las cosas no salen bien: no faltaron los argentinos que se preguntaron por qué México había recurrido a naturalizar a un delantero tan limitado. Y lo mismo piensan ahora de Funes Mori.

Se puede decir, sí, que la afición mexicana peca de un patrioterismo digno de película, porque los naturalizados son sospechosos desde el primer momento a ojos de la grada. Pero hay casos que contravienen el postulado. Por ejemplo, Sinha y Vicente Matías Vuoso dejaron muy gratas impresiones en sus etapas como seleccionados nacionales. Si Funes Mori hubiera hecho goles, nadie apuntaría contra él. Pero cada paso que da lo espeja más con Guillermo Franco, que marcó siete tantos en sus cinco años como seleccionado nacional. Qatar 2022 dirá si también comparten el olvido.

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