El Gobierno confirma que los pasaportes de los presuntos espías rusos son legítimos
Desde el gobierno de Alberto Fernández prefirieron sostener un prudente silencio oficial en torno al caso de dos presuntos espías rusos con pasaporte argentino detenidos meses atrás en Eslovenia.
Como si hubiesen recibido una idéntica orden directa, la Cancillería, el Ministerio del Interior y la Agencia Federal de Inteligencia, comandada hasta mediados de febrero por el actual jefe de gabinete Agustín Rossi y hoy a cargo de la interventora Ana Clara Alberdi, coincidieron en evitar cualquier comentario público en torno al extraño caso de María Rosa Mayer Muñoz y Ludwig Gisch, detenidos en Ljubjana, capital de Eslovenia, hace casi cuatro meses, acusados de presunto espionaje.
El único dato que sí confirmaron las fuentes oficiales es que los pasaportes argentinos de ambos, a cargo del Registro Nacional de las Personas (Renaper), que depende del Ministerio del Interior, son “legítimos”, están “en regla” y fueron otorgados en tiempo y forma. El organismo está a cargo del camporista Eduardo de Pedro.
Gisch y Mayer Muñoz vivieron años en la Argentina, más específicamente en el barrio porteño de Belgrano, en la calle O´Higgins esquina Mendoza, según confirmaron fuentes oficiales. Nacieron en 1984 y tuvieron dos hijos nacidos en el país. Habrían llegado a Eslovenia en 2017.
Gisch, con nacimiento declarado en Namibia según su propio pasaporte, estaría dedicado al rubro informático. En su propio perfil en la red Linkedin, por caso, se presenta como jefe de la empresa DSM&IT, y reconoce un paso como Project Manager de la empresa New Connection, con comienzo en abril de 2013 y sede en Buenos Aires. Curiosamente, entre los idiomas que domina están el inglés y el alemán, y no el español, a pesar de los años vividos en el país.
Mayer Muñoz, en tanto, tenía una galería de arte virtual denominada 5´14, con más de diez mil seguidores en la red Instagram, por lo que en teoría estaba dedicada a las artes visuales. “Está claro que vivieron en Buenos Aires. Pero que fueran espías activos no lo podemos corroborar”, contestaron a LA NACION fuentes oficiales sin dar mayores precisiones.
La ministra de Relaciones Exteriores de Eslovenia, Tanja Fajon, confirmó la detención de ambos el pasado jueves 23 de marzo. Según ella, los detenidos son en realidad ciudadanos rusos, no argentinos, aunque desde el Gobierno confirman que los pasaportes son auténticos.
“Los sospechosos son miembros de un servicio de inteligencia extranjero, que utilizaron documentos de identidad extranjeros obtenidos ilegalmente para vivir y trabajar en Eslovenia con identidades falsas y recopilar información en secreto”, dijo Drago Menegalija, un vocero de la policía eslovena citada por el matutino inglés The Guardian.
En el Gobierno circulaban también algunas teorías conspirativas no confirmadas en torno a la difusión del caso. Hablaban de una supuesta intención de distintas “potencias occidentales” en volver a ligar al Gobierno con el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, cuestionado por la invasión a Ucrania, un conflicto bélico que supera el año de vigencia. Pero hasta allí llegaban los comentarios. Todo lo demás, para el Gobierno, es cuestión de mantener el silencio.