Estados Unidos está listo para reconquistar el trono de la velocidad

Aunque es el país más ganador de la historia en las distancias cortas de los Juegos Olímpicos, Estados Unidos no ha logrado un oro en 100 m planos masculinos en 20 años, desde que Justin Gatlin se impuso en Atenas 2004, y en femenino la sequía alcanza ya los 28. Gail Devers se colgó la última dorada de las mujeres en el hectómetro olímpico en Atlanta ’96. Sobre los carriles púrpuras del Stade de France, esa larga pausa puede terminar finalmente este verano.

Noah Lyles y Sha’Carri Richardson son la apuesta principal de los estadounidenses en los Olímpicos. Los dos vienen de coronarse en el Mundial de Budapest. Pero no son los únicos que aspiran. Cinco de las 10 mejores marcas del año en femenino y cuatro de las 10 en masculino en los 100 m planos han sido hechas por corredores estadounidenses.

Y si hablamos de profundidad, el equipo de las barras y estrellas tiene mucho qué decir: en el Mundial de Relevos de Bahamas este año, cuatro de los cinco títulos de distancias olímpicas fueron para Estados Unidos, que solo se quedó fuera del podio del 4x400 masculino, ganado por Botsuana.

¿Qué puede salir mal? La situación era parecida de cara a Tokio 2020, cuando Trayvon Brommell lucía inmenso en los 100 m, y Noah Lyles no parecía tener rivales en los 200, pero los dos terminaron viendo cómo se coronaban un italiano y un canadiense en sus pruebas.

En los 200 m femeninos, otra estadounidense, Gabrielle Thomas, es la campeona mundial y lidera la lista de las mejores marcas del año, con la amenaza cercana de su compatriota Mckenzie Long.

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