Enzo Pérez, un líder con dos hinchadas: su amor por River y el idilio con Estudiantes

Enzo Pérez, en andas de Zaid Romero, levanta la Copa de la Liga ante los hinchas de Estudiantes
Enzo Pérez, en andas de Zaid Romero, levanta la Copa de la Liga ante los hinchas de Estudiantes - Créditos: @EDUARDO RAPETTI

No sobran los jugadores que tienen más de una hinchada. Son pocos los que tocan la fibra íntima de más de un club, los que saben llegar a sus corazones, sobre todo si son de un mismo país, donde las rivalidades y los enconos no dan para amores compartidos. Enzo Pérez consiguió lo que pocos: pasar de un equipo a otro sin herir susceptibilidades ni incendiar sentimientos. Es uno de los pocos futbolistas en nuestro país con régimen de pareja abierta: apasionado con River, aunque ahora esté lejos, y reviviendo un segundo noviazgo con Estudiantes, con el que acaba de tener un fogoso reencuentro después de un distanciamiento de 12 años, no porque se hubieran peleado, sino porque la vida los llevó por caminos distintos.

Allá por mediados de 2012, un par de temporadas después de ser campeón de la Copa Libertadores y del Apertura con el Pincha, a Enzo Pérez se le abrieron las puertas de Europa, con la transferencia a Benfica. Atrás quedaba un vínculo de cuatro años. Se dijeron adiós, sin descartar que el futuro les diera una oportunidad de volver a juntarse. Sin haberse criado en la cuna Pincharrata, este mendocino que había pasado por Deportivo Maipú y Godoy Cruz asimiló rápidamente los valores y la cultura del León: espíritu de grupo y unión, lo colectivo por encima de lo individual.

Fue uno más en la “familia de Estudiantes”. Y cuando se establece esa filiación, es para siempre. Por ejemplo, para reintegrarse a los 37 años (en febrero cumplió 38) y aportar su experiencia y profundo conocimiento del juego en el equipo que acaba de conquistar la Copa de la Liga, tras vencer por penales a Vélez en la final.

Enzo Pérez cubre la pelota ante el cruce de Vecino durante la final que Estudiantes le ganó a Vélez por penales
Enzo Pérez cubre la pelota ante el cruce de Vecino durante la final que Estudiantes le ganó a Vélez por penales - Créditos: @Fotobaires

Enzo disputó 15 de los 17 partidos de la campaña. Trece como titular, sumó en la cancha 1190 minutos del total de 1560 que demandó la conquista del título. Compuso con Santiago Ascacíbar uno de los mejores doble pivote de la competencia. Complementaron sus características en la sala de máquinas de Estudiantes. Los encargados de que el equipo no se partiera ni quedara largo. Manejo de los tiempos, agudeza táctica y criterio con la pelota, en el caso de Enzo; agresividad física, rupturas ofensivas y remate, en el del “Ruso” Ascacíbar.

Fue el título 19° en los 21 años de carrera de Enzo. Ya veterano, le da sentido a eso de ser un director técnico dentro de la cancha. Habla, orienta, corrige, alienta, ordena. “Jugadores como él, de una gran jerarquía, hacen que podamos mejorar”, lo elogió Eduardo Domínguez.

Juan Sebastián Verón, el presidente que no deja de tener ojos de futbolista, puso en valor el aporte de Enzo. “Es el equilibrista de este equipo. Es el que te da la temperatura de cómo está el plantel, cómo reacciona. Es importante tener esta clase de jugadores en el club y la cancha. Especialmente en el fútbol argentino, donde hay poca experiencia y se necesitan referentes porque los planteles cambian constantemente. Ellos son los que, de alguna manera, a los que llegan los meten rápido y los empapan con la idiosincrasia del club. También es importante para los chicos que llegan a primera desde las inferiores, que vean de cerca lo que representa Enzo, no solo en Estudiantes, sino también en el fútbol en general”, expresó la Brujita a ESPN.

Este señor arquitecto del juego festejó con el desenfado de un pibe. Ya lo había hecho efusivamente tras eliminar a Boca en las semifinales. Se sacó la camiseta y paseó por la cancha del Mario Kempes para mostrar su felicidad de frente y, especialmente, de espalda, donde tiene tatuado un inmenso escudo de River, atravesado por la imagen de la Virgen. Era una celebración de cuerpo presente, para los hinchas de Estudiantes, y también con mensaje para los de River que lo idolatran y seguramente frente al televisor le agradecían que haya dejado en el camino a Boca.

Estudiantes comprende a la perfección el caso Pérez, no hay celos ni despecho. Lo dejó en claro el vicepresidente Martín Gorostegui: “La de Enzo fue la vuelta de un hijo dilecto. Siempre supimos que es hincha de River, tiene un sentimiento muy arraigado por ese club. Aun así, se transformó en un referente histórico, en un líder. Volvió a ser lo que era, a aportar desde todos los lugares, no solo en lo futbolístico. Es un lujo que esté con nosotros, lo estamos disfrutando”.

Enzo muestra su espalda, con el tatuaje del escudo de River, durante los festejos tras eliminar a Boca en las semifinales de la Copa de la Liga
Enzo muestra su espalda, con el tatuaje del escudo de River, durante los festejos tras eliminar a Boca en las semifinales de la Copa de la Liga - Créditos: @Mario Sar

El mendocino eligió salir de River casi en silencio, siendo un soldado fiel en la cancha y sembrando la intriga afuera sobre su futuro. Meses de especulaciones sobre su distanciamiento con Martín Demichelis, a partir de declaraciones fuera de micrófono del entrenador que cuestionaban la vigencia del mediocampista. Para Enzo no hubo retorno, nunca contestó la oferta de renovación de contrato que los dirigentes de River le habían presentado desde marzo de 2023. Aseguran desde River que se fue poniendo esquivo, enigmático, incluso con los dirigentes más importantes.

No se trató de una cuestión económica, sino de algo más sensible, que Enzo, dentro de su hermetismo habitual, dejó entrever en las declaraciones post-consagración: “Traté de evitar muchas cosas y mantenerme en silencio. Siempre lo hice durante mi carrera, es mi manera de pensar y ver las cosas en el día a día y dentro de la cancha. Hoy, con 38 años, tuve la suerte gracias a este excelente grupo de seres humanos de ganar una nueva estrella. Cuando pasó lo que pasó en diciembre, al irme de River, tenía la posibilidad de jugar en otros lados, pero bueno, me llamó Eduardo Domínguez estando de vacaciones. No solo fue importante su llamado, sino el de toda la comisión directiva y de la gente que quiso que estuviera nuevamente en el club, al que le voy a estar agradecido de por vida por estar siempre. En los momentos en los que a uno le faltaba un cariño, siempre estuvo presente”.

Enzo tenía propuestas del fútbol de Arabia Saudita y de los Estados Unidos, más sustanciosas en lo económico. También evaluó regresar a donde comenzó todo, en Deportivo Maipú. Pero se dejó querer por Estudiantes, una atracción mutua para otra clase de idilio.