La emoción de Thiago Silva al anunciar que deja Chelsea al final de la temporada y su deseo de cara al futuro

Thaigo Silva se despide de Chelsea después de cuatro años (Instagram @thiagosilva)
Thaigo Silva se despide de Chelsea después de cuatro años (Instagram @thiagosilva)

El defensor brasileño Thiago Silva anunció a los 39 años que dejará el Chelsea al final de la presente temporada, cuatro años después de llegar al club londinense, donde espera “regresar” pronto con nuevas funciones, anunció la entidad en un comunicado.

El brasileño, que jugó para Fluminense, AC Milan y París Saint Germain entre otros equipos, llegó en 2020 a Stamford Bridge cuando finalizó su contrato en el club parisino, en el que pasó ocho temporadas. Thiago Silva disputó 151 partidos con los ‘Blues’ y ganó en 2021 una Champions League, el Mundial de Clubes y una Supercopa de Europa. Quizás, en la columna del debe quedó pendiente coronarse en la Premier League.

Chelsea representa mucho para mí. Vine con la intención de estar un año y al final esto duró cuatro”, declaró Silva en un video publicado por el Chelsea dirigido a sus fanáticos. “Durante este periodo, siempre he dado lo mejor de mí mismo, pero desgraciadamente todo tiene un principio y un final”, añadió muy emocionado.

Esto no quiere decir que sea un adiós definitivo. Espero dejar la puerta abierta para poder regresar en un futuro cercano, aunque sea con otro papel”, declaró el internacional brasileño en su lengua materna.

Lo único que no quedó claro es si el excapitán de la selección brasileña continuará jugando en otro club o si a mitad de año anunciará su retiro.

El mensaje completo de Thiago Silva

El Chelsea, para mí, significa mucho. Vine aquí con la intención de estar un año y terminaron siendo cuatro. No sólo para mí, para toda mi familia: mis hijos juegan en el Chelsea y espero que puedan seguir aquí. Es un gran orgullo para todos nosotros formar parte de la familia del Chelsea.

Hice todo lo que pude hacer en estos cuatro años. Lo di todo, el máximo, pero, desgraciadamente, todo tiene un inicio, un intermedio y un final. No es que sea el final definitivo. Espero tener las puertas abiertas para volver en un futuro próximo, con otro rol. Siento un amor indescriptible.

Sólo puedo agradecer. Cuando llegué estábamos en pandemia. No había seguidores en el estadio, pero podía sentir el amor de los fans en las redes sociales. A medida que los espectadores fueron regresando, empecé a sentir mucho cariño y respeto por mi historia. Si ya es difícil decir adiós en una situación normal, cuando existe un amor recíproco es aún más duro, pero... una vez ‘blue’, siempre blue.

De la forma en que llegué, el amor que sentí, el papel que he tenido como líder, incluso siendo un chico completamente nuevo. Al principio siempre es difícil, pero poco a poco, fui encontrando mi lugar. Lampard jugó un papel clave en este sentido. Debo darle las gracias. Ni en mis mejores sueños había imaginado lograr tan grandes cosas y ganar uno de los mayores títulos que uno puede lograr como profesional: la Champions League.

Las despedidas son para aquellos que van y vuelven, pero tengo la intención de volver un día.

Hace una semana, Silva había dado a entender que se venía el final. En su cuenta de Instagram, escribió: “Me gustaría darles las gracias por tanto cariño y respeto hacia mi y mi familia!! Sé que la temporada no ha terminado todavía, pero no hemos hecho una temporada suficiente para Chelsea. ¡Lo siento mucho por eso! Pero aún así, me siento honrado por la manera en que alientan. Es muy satisfactorio y pueden estar seguros de que seré azul por el resto de mi vida!! Los amo chicos con todas mis fuerzas. GRACIAS”.

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El día que le ganó a la muerte

Cada vez que a Thiago Silva le preguntan sobre su paso por el fútbol ruso (Dinamo Moscú), su cara se transforma y una breve frase resume todo: “Un infierno”. Ocurre que en 2005, con solo 20 años, inició su carrera en ese país europeo, contrajo tuberculosis y estuvo a punto de morir. Entrenó varias semanas con el equipo, pero no llegó a jugar ni un solo minuto”, comentó un portavoz del Dinamo Moscú, el histórico club ruso donde el brasileño recaló a principios de 2005.

Silva dio el salto a Rusia con el objetivo de potenciarse como uno de los defensores con más futuro del fútbol brasileño. Entonces, fichó por el Porto, de Portugal. Pero como no tuvo oportunidades fue cedido a préstamo al equipo moscovita.

El entonces nuevo propietario del Dinamo, Alexéi Fedorichev, quería que su club sea una potencia en Europa. Por eso, hizo una fuerte inversión para sumar a Thiago Silva y a otros jugadores del Porto como Maniche, Costinha, Seitaridis y Derlei. También incorporó a Danny, del Sporting Lisboa.

Thiago Silva, durante el Mundial Brasil 2014
Thiago Silva, durante el Mundial Brasil 2014

Su calidad quedó clara rápidamente. “Nada más verlo ya te dabas cuenta de que estabas ante una estrella”, comentó Vasili Frólov, nieto de Lev Yashin y entonces arquero del Dinamo. Sin embargo, en mayo el técnico ruso Oleg Romántsev fue destituido y el arribo del brasileño Ivo Wortman ya lo encontró enfermo: contrajo tuberculosis y tuvo que ser internado. Estuvo tanto tiempo convaleciente que no pudo jugar.

Todo comenzó apenas llegó a Rusia, en invierno. Las bajas temperaturas activaron su enfermedad. El equipo médico informó al cuerpo técnico que Silva tenía una enfermedad grave: tuberculosis. La había contraído casi un año antes de desembarcar en Moscú y, según confesó el propio jugador, los médicos le dijeron que si llegaban a pasar dos semanas más sin ser tratado podría haber muerto.

Thiago Silva y Messi, en uno de los tantos cruces del brasileño y el argentino
Thiago Silva y Messi, en uno de los tantos cruces del brasileño y el argentino

Silva estuvo aislado del resto de los pacientes, debió rescindir el contrato con Dinamo Moscú sin poder jugar ni un minuto y emigró a Fluminense. “El club le puso la cruz y lo condenaron para siempre”, dijeron en Moscú.

Finalmente, la calidad de Thiago Silva se impuso a todo: brilló en Brasil (campeón olímpico en 2012 y de América en 2019), fue campeón con el Milan y llevó toda su categoría a PSG y a Chelsea. Ahora es tiempo de decir adiós como futbolista blue, pero sabe que es solo un “hasta luego”.