Elecciones en Rusia: cómo puede afectar el triunfo asegurado de Putin al futuro de la guerra en Ucrania
MOSCÚ.- Los rusos votan desde este viernes en unas elecciones presidenciales de tres días, marcadas por la ofensiva en Ucrania y en las cuales el presidente Vladimir Putin, en el poder desde hace 24 años, tiene garantizado un nuevo mandato de seis años.
Putin, de 71 años y en el poder desde el año 2000 como presidente o primer ministro, busca convertir los comicios en una demostración de apoyo a su ofensiva militar en Ucrania, que el mes pasado cumplió dos años.
Los colegios electorales abrieron a las 8 en la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, un país con 11 husos horarios, y cerrarán el domingo a las 20 en Kaliningrado, un enclave ruso situado entre Polonia y Lituania.
El voto también se lleva a cabo en los territorios ocupados por Rusia en Ucrania y en Transnistria, un territorio separatista prorruso situado en Moldavia.
La más que probable victoria de Putin en estos comicios sin oposición real le permitirá permanecer en el poder hasta 2030, más tiempo que ningún dirigente ruso desde Catalina la Grande en el siglo XVIII.
A continuación, cuatro claves para entender por qué estas elecciones son tan particulares.
¿Cómo está afectando la guerra a las elecciones?
Putin ha centrado su campaña en la promesa de cumplir sus objetivos en Ucrania, describiendo el conflicto como una batalla contra Occidente por la supervivencia misma de Rusia y sus 146 millones de habitantes.
En un discurso sobre el estado de la nación el mes pasado, acusó a los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN de “necesitar un espacio dependiente, menguante y moribundo en lugar de Rusia para que puedan hacer lo que quieran”.
Putin ha argumentado repetidamente que envió tropas en febrero de 2022 para proteger a los rusos en el este de Ucrania y evitar que Kiev represente una gran amenaza para la seguridad de Moscú al unirse a la OTAN.
Putin también asegura que las fuerzas rusas tienen la ventaja después del fracaso de la contraofensiva de Ucrania el año pasado y sostiene que Kiev y Occidente “más temprano que tarde” tendrán que aceptar un acuerdo en los términos de Moscú.
Los rusos saben poco sobre los numerosos reveses militares en la guerra, sin cifras oficiales de bajas y con los medios de comunicación estatales solo informando sobre los éxitos de Moscú.
¿Cómo está afectando la economía a las elecciones?
La resiliencia de la economía frente a las duras sanciones occidentales es un factor importante detrás del control de Putin en el poder en Rusia, un importante jugador en el sector energético mundial. Se espera que la economía crezca un 2,6% este año, según el Fondo Monetario Internacional, en comparación con la expansión del 0,9% pronosticada en Europa. La inflación se pronostica en más del 7%, pero el desempleo sigue siendo bajo.
Las industrias militares se han convertido en un motor clave de crecimiento, con fábricas de defensa produciendo misiles, tanques y municiones. Los pagos sustanciales a cientos de miles de hombres que firmaron contratos con el ejército han ayudado a impulsar la demanda de consumo, contribuyendo al crecimiento económico.
En su campaña, Putin ha prometido extender hipotecas baratas subsidiadas por el gobierno para ayudar a las familias jóvenes, especialmente aquellas con niños, lo que aumenta su popularidad y energiza el próspero sector de la construcción. También se comprometió a invertir más fondos gubernamentales en salud, educación, ciencia, cultura y deportes, mientras continúa los esfuerzos para erradicar la pobreza.
¿Qué impacto está teniendo la represión?
Putin ha apretado metódicamente el control sobre la política rusa desde que se convirtió en presidente en 2000, impulsando cambios constitucionales que pueden mantenerlo en el poder hasta 2036. Pero la represión del Kremlin contra la disidencia alcanzó niveles sin precedentes después de la invasión de Ucrania, dejando un paisaje político desolado antes de la votación.
Una nueva ley represiva aprobada días después de la invasión criminalizó cualquier crítica pública a la guerra, y las protestas se han vuelto efectivamente imposibles con la rápida dispersión policial de las reuniones no autorizadas. El número de arrestos, casos penales y juicios ha aumentado considerablemente, y las largas penas de prisión son más comunes.
Putin ha denigrado a los activistas de la oposición y a los críticos de la guerra como títeres occidentales, llegando a describirlos una vez como “espuma arrastrada” por su “operación militar especial”.
Su crítico más importante, Alexei Navalny, cumplía una condena de 19 años por cargos de extremismo cuando murió a los 47 años en una colonia penal en el Ártico. Otros destacados líderes de la oposición también recibieron largas condenas de prisión comparables a las dadas a “enemigos del pueblo” durante las represiones estalinistas. El prominente opositor del Kremlin Vladimir Kara-Murza recibió la sentencia más severa de 25 años por cargos de traición debido a un viejo discurso.
Incluso los críticos menores fueron silenciados. Un artista de San Petersburgo fue condenado a siete años de prisión por reemplazar etiquetas de precios en supermercados con consignas contra la guerra, mientras que un poeta de Moscú fue sentenciado a siete años por recitar versos contra la guerra en público.
La mayoría de los medios de comunicación independientes fueron cerrados y muchos trasladaron sus operaciones al extranjero, mientras que los medios controlados por el estado martillan incansablemente las narrativas del Kremlin.
¿Cómo se verán afectadas las políticas de Rusia?
Putin probablemente utilizará su previsible victoria como prueba del abrumador apoyo público a la guerra.
Muchos observadores esperan que endurezca su postura y escalar la guerra. Algunos dicen que el Kremlin podría lanzar otra ronda de movilización de reservistas para aumentar las filas militares e intentar ampliar sus victorias en una nueva ofensiva importante.
El Kremlin está preparado para intensificar su retórica de guerra, presentando al país como una fortaleza sitiada frente a la agresión occidental. Es probable que la represión contra los activistas de la oposición y los críticos de la guerra se expanda, con las autoridades abandonando cualquier atisbo de decoro en sus despiadados esfuerzos por erradicar signos de disidencia.
Es probable que la política exterior de Moscú se vuelva aún más agresiva, y las autoridades rusas pueden intentar cada vez más profundizar las divisiones en Occidente con desinformación y propaganda, así como apelar a círculos conservadores en Occidente promoviendo la imagen de Rusia como un baluarte de valores tradicionales. En las relaciones de Moscú con China, India y países del Sur Global, la victoria electoral de Putin ayudará a afianzar alianzas existentes al reforzar el mensaje de su firme control sobre la política rusa.
Agencias AFP y AP