Los disparos sonaron y las teorías de conspiración comenzaron en internet

La escena tras el desalojo del mitin de Donald Trump después del intento de asesinato en Butler, Pensilvania, el sábado 13 de julio de 2024. (Doug Mills/The New York Times)
La escena tras el desalojo del mitin de Donald Trump después del intento de asesinato en Butler, Pensilvania, el sábado 13 de julio de 2024. (Doug Mills/The New York Times)

Cuatro minutos después del primer informe de un tiroteo en un mitin de Donald Trump el sábado, una cuenta anónima en la plataforma social X publicó: “Los antifa de Joe Biden dispararon al presidente Trump”.

Media hora después, otra cuenta en X con enlaces a la teoría de conspiración QAnon afirmaba sin evidencia que el ataque contra Trump quizá había sido ordenado por la CIA. Poco después, la activista de extrema derecha Laura Loomer publicó en X sobre algunos comentarios recientes que el presidente Joe Biden hizo sobre Trump y luego escribió: “Intentaron matar a Trump”. No aportó pruebas.

Una hora más tarde, con detalles oficiales escasos sobre el intento de asesinato, la versión de que Biden y sus aliados habían planeado el ataque contra Trump se estaba divulgando entre legisladores republicanos, simpatizantes rusos e incluso un político brasileño. Tras 24 horas, los mensajes sobre la afirmación no verificada se habían visto y compartido millones de veces.

La idea de que Biden estaba detrás del tiroteo contra Trump fue quizá la teoría conspirativa más dominante que surgió tras el atentado del sábado en Butler, Pensilvania. La conjetura no probada surgió casi al instante, se consolidó como narrativa y luego se catapultó entre plataformas grandes y pequeñas, incluso cuando la información sobre el episodio era limitada. Fue un ejemplo sorprendente de la velocidad, el alcance y la adherencia de los rumores en las redes sociales, que a menudo se convierten en verdades aceptadas con mucha más eficacia que los esfuerzos por desmentirlos o las peticiones de moderación.

El hecho de que esta vez se tratara de Trump, que con frecuencia afirma ser víctima de fuerzas poderosas al tiempo que sataniza a sus enemigos, contribuyó a alimentar la teoría de la conspiración. Su aceleración también se vio favorecida por años de desconfianza derivada de las historias de oscuras cábalas de élites —que Trump ha llamado “el Estado profundo”— implicadas en nefastas conspiraciones.

“El resultado fue una tormenta perfecta de furia justificada, culpabilización y conspiracionismo, en un momento en el que todo el mundo estaba prestando atención”, aseguró Emerson Brooking, investigador principal residente en el Laboratorio de Investigación Forense Digital del Atlantic Council, que estudia los ecosistemas en línea.

Según el Instituto para el Diálogo Estratégico, un grupo de investigación sin ánimo de lucro, las afirmaciones infundadas de un atentado contra Trump autorizado por la izquierda fueron solo una parte de “la difusión masiva en internet de afirmaciones falsas” sobre el tiroteo. Las referencias a falsos relatos sobre el intento de asesinato acumularon más de cien millones de visitas en 24 horas en X, señaló el grupo el lunes. Esta cifra supera con creces los 35,1 millones de visitas de contenidos relacionados con rumores de bandera falsa y otras teorías conspirativas tras un tiroteo en una escuela de Uvalde, Texas, en 2022.

Otras teorías sin fundamento fueron alimentadas en parte por algunas cuentas de la izquierda, incluyendo que Trump había organizado de manera deliberada el tiroteo para mejorar sus posibilidades electorales, cortándose la oreja con una navaja oculta, haciendo estallar una cápsula de sangre oculta o fabricando de otra manera una herida de bala falsa. También se señaló a otros culpables imaginarios, como la agencia de inteligencia israelí Mossad, judíos, transexuales y ucranianos.

Sin embargo, destacó el argumento no verificado de que Biden y los demócratas eran los responsables. Según la empresa de datos PeakMetrics, la mayor parte de los debates sobre el tiroteo en X y Telegram en las primeras siete horas —alrededor del 17 por ciento— incluyeron expresiones de solidaridad y oraciones por Trump. La siguiente mayor parte, alrededor del 5 por ciento, acusaba a los demócratas de instigar la violencia.

El 12 y el 13 de julio —día del tiroteo— se produjeron 83.000 menciones en X de la frase “trabajo desde dentro”, un aumento del 3228 por ciento en comparación con el periodo de 48 horas inmediatamente anterior, según NewsGuard, que supervisa la desinformación en internet.

Mediante un comunicado, un responsable de la campaña de Biden afirmó que tras “este horrible atentado, cualquiera —especialmente los cargos electos con plataformas nacionales— que politice esta tragedia, difunda desinformación y trate de dividir aún más a los estadounidenses no solo es inaceptable, sino que supone una abdicación de liderazgo”.

La campaña de Trump no respondió a una solicitud de comentarios.

La cronología de la teoría de la conspiración centrada en Biden y la culpabilidad de los demócratas fue documentada por grupos de expertos, empresas privadas que vigilan la desinformación y grupos de investigación, entre ellos Advance Democracy, la Liga Antidifamación, el Atlantic Council y Cyabra.

Los primeros indicios de esa idea no probada surgieron minutos después de que sonaran disparos en el mitin de Trump, alrededor de las 6:11 p. m., hora del Este, del sábado. A las 6:15 p. m., la cuenta anónima en X señaló a los “antifa” de Biden, una referencia al movimiento antifascista de izquierda poco organizado, por el ataque. A las 6:19 p. m., un usuario de un foro de admiradores de Trump llamado Patriots.win escribió: “Supongo que realmente quieren que haya guerra”.

Catorce minutos después, un grupo propolicía con 107.000 seguidores en X criticaba a “aquellos que han estado usando una retórica incendiaria y deshumanizadora creando una atmósfera para la violencia”. En los 60 segundos siguientes, otra cuenta en X hizo las extravagantes afirmaciones, sin pruebas, de que la CIA había estado implicada, y también acusó a Hillary Clinton y Barack Obama de haber intentado matar a Trump.

A las 6:45 p. m., Loomer escribió en X sobre el comentario de Biden a los donantes a principios de semana de que “es hora de poner a Trump en el blanco”. No mencionó que Biden había hecho el comentario como parte de un llamado para desviar la atención del público de su desastrosa actuación en el debate del mes pasado y dirigirla hacia su rival político.

Minutos después, Loomer, que tiene algo menos de un millón de seguidores en X, dijo que “intentaron matar a Trump”, sugiriendo que el ataque había sido organizado por los demócratas para desviar la atención de la edad de Biden.

“¿Creo que la retórica llevó a esto? Sí, lo creo”, aseguró Loomer en una entrevista el lunes. “Un blanco es un blanco. No importa si es un contexto diferente, esa es la imagen”.

Tras las publicaciones de Loomer en X, otros detractores de Biden se apoderaron del lenguaje de “blanco” de Biden. El representante Mike Collins, republicano por Georgia, publicó en X a las 6:47 p. m. que “Joe Biden dio la orden”. Su publicación se ha visto más de dieciséis millones de veces.

Solo había pasado una hora cuando el hijo mayor de Jair Bolsonaro, el expresidente ultraderechista de Brasil al que Trump había apoyado, dio su opinión. Flávio Bolsonaro escribió en X a las 7:12 p. m. que “la izquierda” intentó matar a Trump.

A las 8:30 p. m., al menos seis congresistas republicanos habían achacado el intento de asesinato a la retórica de los políticos demócratas y los medios de comunicación. El senador republicano por Ohio JD Vance, que fue nombrado por Trump como su candidato a la vicepresidencia el lunes, escribió en X que el lenguaje utilizado por la campaña de Biden “condujo directamente” al tiroteo. La publicación, que ha acumulado diecisiete millones de visitas, se publicó horas antes de que el FBI nombrara sospechoso a Thomas Matthew Crooks el domingo.

La representante Marjorie Taylor Greene, republicana por Georgia, también se dirigió a los demócratas y a los medios de comunicación en X, publicando: “USTEDES son responsables” y “trataron de asesinar al presidente Trump”. (Las fuerzas de seguridad no han ofrecido información sobre las motivaciones de Crooks, que estaba registrado como republicano).

A las 11:21 p. m., una cuenta prorrusa en Telegram también mencionó el comentario de “blanco” de Biden, junto con una fotografía de la oreja herida de Trump, acumulando cientos de miles de visualizaciones. Más tarde, RT, la cadena de televisión estatal rusa, amplificó en X las afirmaciones de que Biden y los demócratas tenían la culpa.

Muchas de las voces conservadoras que lanzaron acusaciones contra el presidente y otros demócratas tienen un largo historial de retórica violenta. Greene llamó en repetidas ocasiones a ejecutar a los demócratas antes de ser elegida congresista. Collins ha apoyado la violencia contra los inmigrantes. Varios de ellos, como Greene y Vance, tienen previsto intervenir esta semana en la Convención Nacional Republicana de Milwaukee.

El lunes, fuera de la convención, el senador Steve Daines, republicano por Montana, dijo que las especulaciones en internet “no ayudan”, y añadió que no ve “ninguna prueba” de que Biden u otros demócratas inciten a la violencia.

c.2024 The New York Times Company