Diego Martínez le da continuidad a una idea de Jorge Almirón: por qué los números positivos de Boca llegan desde los costados

Lucas Blondel, con dos tantos, es el tercer goleador del año y alguien que Diego Martínez conoce de sobra desde Tigre: en el tándem derecho junto a Luis Advíncula lo elige como el volante.
Lucas Blondel, con dos tantos, es el tercer goleador del año y alguien que Diego Martínez conoce de sobra desde Tigre: en el tándem derecho junto a Luis Advíncula lo elige como el volante. - Créditos: @Manuel Cortina

El fútbol respira una frase hecha que, según el pensamiento de cada entrenador, se pone en práctica con mayor o menor énfasis: los delanteros son los primeros defensores de un equipo. El Boca de Diego Martínez intenta, por momentos, imponer cierta intensidad desde su ofensiva para recuperar la pelota y jugar, aunque cada semana limpia de trabajos (como la que transcurrió) es una nueva oportunidad para profundizar esos conceptos que aún restan pulir. Dentro de esa búsqueda, que este domingo cumplirá once encuentros (desde las 21, ante Estudiantes) , la idea tiene una seguridad que invierte o acompaña aquella premisa: los laterales son los primeros atacantes.

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No sólo se trata del hombre que está sucediendo a Jorge Almirón, sino también de aquel que le sigue dando cuerda a una forma que le ha resultado a su antecesor en buena parte de su ciclo. El ahora técnico de Colo Colo, de Chile, ha sabido implementar en su estadía de 2023 la común utilización de un ‘4′ y un ‘3′, pero potenció las bandas con otro lateral por delante de ellos. Cada uno con sus nombres y opciones, además de sus preferencias en las ubicaciones y los esquemas, el ex DT plasmó el año pasado una estrategia que este año presenta un segundo capítulo dirigido por Martínez: una época marcada por la influencia de los laterales y los defensores-volantes.

Para Almirón fueron muy importantes, aunque esta secuela parece insistir todavía más en la preponderancia que se les otorga a los futbolistas que cumplen esas funciones defensivas/ofensivas. Porque el primero siempre quedó con alguna duda en el aire que lo llevó a no completar las dos bandas: mientras que Marcelo Weigandt fue el lateral derecho que cuidó la espalda de Luis Advíncula en el arranque del ciclo y Valentín Barco fue el defensor por la izquierda, con el tiempo la idea perdió peso y directamente mutó hacia la otra banda, con Frank Fabra y el ahora futbolista de Brighton, de Inglaterra, armando un tándem por la izquierda, y teniendo al peruano como único lateral en la derecha. Aquella idea fue asentada hasta la final de la Copa Libertadores perdida ante Fluminense (1-2).

La huella de Advíncula en la esquiva Copa

Así como Advíncula quedó entre los tres goleadores del ciclo Almirón por los cuatro tantos trascendentales que firmó durante aquella edición continental (Deportivo Pereira, Colo Colo, Nacional y Fluminense fueron sus víctimas, todos de zurda), apenas por detrás de centro delanteros como Miguel Merentiel (hizo once) y Darío Benedetto (anotó cinco), hoy la etapa comandada por Diego Martínez también trae grandes números en sus defensores por banda. Los protagonistas se mantienen alto en las estadísticas referidas a goles y asistencias.

Lucas Blondel es un viejo conocido del entrenador, que lo dirigió en Tigre. Por lo tanto, tiene cierta preferencia sobre el defensor de 27 años, aunque eso no signifique cederle una fácil titularidad. Sin embargo, parece tener claro dónde ubicarlo y el trueque que tiene que emplear con respecto a lo que decidía Almirón: su ecuación dice que Advíncula es mejor como N°4 y Blondel debe ser volante, ocupando la vieja posición del peruano . El ex “Matador” ya alcanzó la misma cantidad de tantos que había gritado en su primer semestre en el club, acompañado del anterior técnico: hace algunas semanas descontó en el final ante Lanús (1-2) y el último domingo metió un bombazo espectacular para convertirle a Racing (4-2). Así, ya está posicionado entre los tres goleadores de este 2024 (detrás de Edinson Cavani y Merentiel, con cuatro y tres respectivamente).

El reciente zapatazo de Blondel

Advíncula, por lo pronto, no anotó en lo que va del ciclo. Sin embargo, junto a Lautaro Blanco –y el propio Blondel- se están deleitando con la fuerte influencia en los goles de Boca. De los 14 festejos que acumula el equipo, entre los tres participaron activamente de ocho. Porque el primero asistió a Merentiel ante Sarmiento y a Kevin Zenón contra Central Córdoba, mientras que el hombre con pasado en Rosario Central arribó, se ganó el puesto, encanta a los hinchas y ya lidera esa faceta con tres pase-gol: el que le dio a Cristian Medina para igualar ante River en el Monumental (1-1) y los dos a Cavani para que la pique ante Belgrano (3-2) y meta el frentazo para vencer al elenco de Avellaneda, el último fin de semana.

De hecho, el refuerzo que llegó en el reciente mercado de pases también fue importante para forjar el 2-2 parcial ante los académicos al meter en el área un centro raso y potente (típico de su estilo) que encontró el gol en contra de Nazareno Colombo.

Ese trío es importante para Diego Martínez, que los llevaría este domingo al estadio Uno como titulares. Empiezan a ser algunas de sus fieles armas. Incluso, se puede completar el cuadrado: el volante por izquierda ya está cerrado con candado por Zenón (la otra incorporación), que -si bien tiene características ofensivas que lo han llevado a lucirse como conductor de Boca- en su paso por Unión ha sido figura pegado a la raya y hasta ha jugado más de una vez como carrilero. Con este reemplazo perfecto para “Colo” Barco, el presente DT sí parece poder completar lo que se intentó en la anterior etapa.

Blanco y un desborde que lo marcó

Los laterales boquenses, en algunos casos, también marcan la época por tener el ojo crítico encima. Fabra es el claro representante: el hincha lo reprueba desde que pegó el cachetazo en la final con Fluminense, en pleno tiempo suplementario y con el partido todavía abierto. Algo diferente en cuanto al peso, pero igual de infantil a lo que hizo Marcelo Saracchi en la semifinal de la pasada Copa Argentina que Boca perdió con el luego campeón Estudiantes: se hizo echar a los 13 minutos por una patada absurda . Si bien para Martínez todos empezaron de cero, hay cosas que son indisimulables y Blanco aprovechó para relegarlos con claridad en el puesto.

La utilización de los laterales es una tendencia que, evidentemente, no sólo atrae, sino que también habla sobre el material que el plantel ostenta. Boca tiene algunos extremos o volantes por afuera de oficio, pero los entrenadores eligen el camino de la verticalidad de los múltiples laterales. Ellos dan rédito. La versión de Almirón ostentó 51 goles y los laterales convirtieron diez (además de Advíncula y Blondel, se anotaron también Weigandt y Barco), mientras que también cedieron 13 de las 40 asistencias, entre las que dieron el peruano (cuatro), “Colo” (tres), “Chelo”, Saracchi y Fabra (dos cada uno).

Frank Fabra, un'3' tan profundo como irresponsable que hoy mira las acciones desde el banco tras aquella expulsión que los hinchas no le perdonan.
Frank Fabra, un'3' tan profundo como irresponsable que hoy mira las acciones desde el banco tras aquella expulsión que los hinchas no le perdonan.

Mucho de aquello se mantiene y se profundiza. “Queremos que el equipo juegue más. No mejor, sino más tiempo sosteniendo las tenencias. Poder tocar en las dos bandas. Tener más control del partido”, hizo mella Martínez tras vencer a Racing en lo importante que considera el juego por los costados. Tanto expone esa idea que hasta no ha sentido temor al “¿qué dirán?” al realizar modificaciones en el epílogo de encuentros en los que intentó la búsqueda de un triunfo o una igualdad: cuando cayó ante Lanús, mandó al campo tanto a Blondel como a Blanco cuando sólo restaban seis minutos por jugarse, mientras que a falta de apenas dos para el final de los empates con Defensa y Justicia y River decidió apostar por Fabra para lastimarlos con lo último. Nada de puesto por puesto: muchas veces, terminan unos y otros en la banda.

En Boca, los laterales influyen. Una idea que comenzó con Jorge Almirón, los jugadores fueron incorporando y hoy Diego Martínez quiere potenciar permanentemente.