El declive de Sané en tres años

Berlín, 5 nov (EFE).- El Bayern Múnich-Benfica de este miércoles se ha convertido en una auténtica final para el cuadro bávaro, pero todo apunta a que en ella no tendrá encaje, al menos de inicio, Leroy Sané, que en los tres años que han transcurrido desde que obrara contra el conjunto portugués una de las mejores actuaciones de su carrera ha quedado relegado a la suplencia en el cuadro alemán.

Desde aquel otoño de 2021, cuando en dos partidos despedazó al combinado que entonces dirigía Jorge Jesus, 0-4 en Lisboa y 5-2 en Múnich, con tres tantos y dos asistencias del extremo germano, en la que era su mejor etapa con el hexacampeón de Europa, hasta el actual de 2024, en el que las lesiones y el nuevo estilo implantado por Kompany le han restado protagonismo, han pasado muchas cosas para Sané… Y casi todas malas.

Aquel Bayern de Julian Nagelsmann, que también aplastó al Barcelona en la fase de grupos de la Liga de Campeones, parecía que se adentraba seguro en la reconquista del título que había logrado dos años antes en Lisboa, con Sané perforando las redes de casi todos sus rivales. En octavos de final, desintegraron por 7-1 al Salzburgo en el partido de vuelta, pero entonces se cruzaron con el Villarreal.

El equipo que dirigía Unai Emery dio la campanada en cuartos y apartó de la carrera por el título al Bayern, que, aunque venció con solvencia en aquella Bundesliga, comenzó una decadencia de la que también se contagiaría el propio extremo germano.

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A la temporada siguiente, con el equipo segundo en la competición doméstica y tras una sucesión de irregulares resultados y diferencias con la dirigencia, Nagelsmann fue destituido y Thomas Tuchel tomó su lugar. El exentrenador del Chelsea siguió contando con Sané, rotando el puesto de extremo entre Serge Gnabry, Kingsley Coman y el propio canterano del Schalke, pero su rendimiento, pese a mantener las cifras goleadoras, decayó.

Dos duras eliminaciones en sus primeras semanas en el banquillo, en Copa ante el Friburgo y en ‘Champions’ ante el City, dejaron marcado un proyecto que apenas salvó los muebles sobre la bocina con la Bundesliga, aquella que incomprensiblemente dejó escapar el Borussia Dortmund en casa frente al Mainz en la última jornada.

La decadencia y el martirio de las lesiones

Sin embargo, las malas sensaciones se confirmaron la campaña siguiente, sobre todo para Sané, que comenzó un calvario con las lesiones que ha lastrado desde entonces.

Después de un inicio bastante prometedor, con 10 victorias y 2 empates en los primeros 12 encuentros ligueros, de diciembre a febrero el combinado de Baviera cosechó derrotas auténticamente sonrojantes, como un 5-1 ante el Eintracht Fráncfort, un 0-1 en casa contra el Weder Bremen, un 3-2 contra el Bochum y un 3-0 contra el líder, el Bayer Leverkusen, que lo descabalgaron de la lucha por el título.

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Apenas unas semanas más tarde, Sané comenzó a sufrir un martirio. Primero con unas molestias en la rodilla. Y después, tras una derrota por 0-2 ante el Borussia Dortmund, con unos problemas de pubis que le dejaron en el dique seco por el resto de la temporada, salvo por una aparición esporádica ante el Stuttgart y ante el Real Madrid en las semifinales de Liga de Campeones.

El curso concluyó para el coloso alemán por primera vez en doce años sin alzar un solo título y el final de la era Tuchel.

El extremo apuró, no obstante, sus opciones para acudir a la Eurocopa a las órdenes de Julian Nagelsmann, nuevo seleccionador alemán, después de haber estado sancionado tres partidos con la ‘Mannschaft’ por haber empujado a un jugador austriaco en un amistoso. Sané tomó parte en los cinco envites disputados por Alemania en el torneo en el que ejerció como anfitriona, aunque solo en los dos últimos desde el once titular.

Tras caer en cuartos frente a España, Sané se sometió al día siguiente, a primeros de julio, a una operación para sanar sus recurrentes problemas de pubis, la cual le obligó a permanecer de baja durante dos meses.

Un retorno relegado a la suplencia

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A su regreso a Múnich, se encontró una situación completamente cambiada, con un nuevo entrenador, el belga Vincent Kompany, con otras propuestas completamente diferentes a las que habían mostrado sus predecesores.

En un esquema donde prima el peso del medio del campo y la circulación rápida de balón para desarbolar al adversario, el estilo vertical e incisivo del extremo no encuentra acomodo en las disposiciones planteadas por el técnico.

Desde que se recuperó de sus dolencias, solo ha participado en nueve partidos, ocho de ellos partiendo como suplente (a excepción del duelo de Copa ante el Mainz), y totalizando 270 minutos y tres goles.

Ahora su equipo se mide al Benfica otra vez en la máxima competición europea, en un duelo a vida o muerte, tras las últimas dos derrotas recibidas ante Aston Villa y Barcelona, para seguir optando a las plazas de acceso directo a la Liga de Campeones. Sané, probablemente, volverá a ser suplente.

Juan Manuel Sánchez

(c) Agencia EFE