Fue una imagen que nadie imaginó ver. El partidazo entre Colombia y Uruguay transitó por el camino del respeto deportivo. Se jugó a cara de perro, claro, porque estaba en juego nada menos que la clasificación a la final de la Copa América para enfrentar a la Argentina, el campeón vigente. Pero con lealtad.

Sin embargo, cuando quedaban pocos minutos para el final, el clima se fue poniendo espeso. La génesis de lo que terminó con un escándalo dentro del campo de juego y, más tarde, en las tribunas, comenzó con un fuerte entredicho entre Luis Suárez y Yerry Mina, quienes se insultaron a instancias del árbitro mexicano César Ramos, testigo de lujo a pocos metros de ambos, y sin capacidad de reacción para calmar las aguas.

Con el equipo colombiano haciendo tiempo hasta el extremo de la paciencia de sus rivales y del juez, los charrúas comenzaron a molestarse por las constantes infracciones y demoras para que el 1 a 0 sea inamovible. Ramos apenas amonestó a Kevin Castaño por demorar en el último minuto de juego.

Ya en tiempo adicionado (dieron 7 y agregaron uno más), Suárez comenzó a intercambiar insultos con Mina, quien se reía a la distancia de forma provocadora, mientras se cubría la boca para que no se leyeran los insultos que salían de sus labios.

Como era de suponer, con el pitazo final llegaron los empujones, que terminaron protagonizando una tensa pelea en el medio de la cancha, con empujones, insultos, y la intervención de integrantes del cuerpo técnico para separar.

Suárez, fuera de sí, buscaba la manera de vengarse de Mina, lo que generó que ingresara a la cancha el delantero Miguel Borja, a quien le dijo algo al oído. Los dos goleadores se trenzaron, se insultaron, el hombre de River reaccionó, se empujaron y finalmente fueron separados.

Entonces, todo se trasladó a las tribunas donde comenzaron a pelearse hinchas de Colombia con familiares de los futbolistas de Uruguay. Según declaró José María Giménez, algunos hinchas cafeteros pusieron en peligro a los charrúas con una avalancha. “Tuvimos que meternos para arriba de la tribuna con nuestros seres queridos. (...) Ojalá que los que estén organizando esto tengan un poco más cuidado con la familia. Esto es culpa de algunos que toman dos traguitos de alcohol y se comportan como niños”, aseguró.

Pero se vieron escenas dantescas. Darwin Núñez se agarró a trompadas con los hinchas colombianos en una tribuna. A través de diferentes imágenes que enseguida se viralizaron y circularon por las redes sociales, se vio al delantero uruguayo de Liverpool en medio de una pelea con los seguidores del seleccionado del equipo dirigido por Néstor Lorenzo.

Ya sin la remera, pero con una pechera de monitoreo, Núñez parece involucrarse en una fuerte discusión con algunos aficionados colombianos en una de las gradas inferiores del Bank of America Stadium de la ciudad de Charlotte en California.

En medio de golpes de un lado y del otro, se observan botellazos que caen desde las tribunas sobre el futbolista, mientras algunos de sus compañeros y guardias de seguridad intentaban controlarlo y alejarlo del tumulto, con la intención de evitar que resultara herido -el sábado Uruguay debe jugar por el tercer puesto contra Canadá- o sufrir alguna sanción por parte de Conmebol.

Los defensores José María Giménez y Ronald Araujo fueron algunos de los compañeros que intervinieron para intentar calmarlo, en tanto el arquero Sergio Rochet observó lo que ocurría a pocos metros sin intervenir.

En la grabación, que dura poco menos de un minuto, se escucha a los espectadores lamentarse por el acto de violencia ocurrido. “No debió terminar así”, dice uno de los testigos. “Es culpa de la policía”, señala otro. “Hay una batalla campal. Qué lástima, cómo arruinaron esto”, cuestiona otra persona.

En otra toma del conflicto registrada por las cámaras de Fox Sports se puede observar mejor donde se produjeron los incidentes. Los jugadores de Uruguay subieron por una de las escaleras que dan al campo de juego hasta por lo menos la cuarta fila de asientos del estadio. Además, se lo pudo ver a Núñez intentando revolear una silla hacia la gente en las tribunas y hasta recibió una piña en la cara en medio del forcejeo.

“Es difícil porque a nadie le gusta perder y menos en esta clase de partidos. Es una derrota más, que duele, y ahora es cuando uno tiene que ser valiente y mostrar la fortaleza para levantarse”, comentó Luis Suárez, el delantero del Inter Miami, en diálogo con la cadena latina TUDN. “Empezaron a acorralar a los niños y familiares. Hay que tener un poco más de cuidado en ese sentido en esta clase de partidos”, agregó el Pistolero.

La tensión entre Suárez y Mina y Borja, cuadro por cuadro