Carreras de las Estrellas: el encierro que definió el Classic, la sociedad menos pensada del Distaff, un Labrado récord y el final inédito de la serie

Labrado volvió a ganar el Sprint y logró un récord al sumar su tercera
Labrado volvió a ganar el Sprint y logró un récord al sumar su tercera "Estrella", como Wally. - Créditos: @HSI

Otra vez en jornadas desdobladas, como sucedió en 1993 y en 2023, las Carreras de las Estrellas completaron este sábado la 44a edición de su festival central, el que marca el cierre del primer semestre en la alta competencia en el turf argentino. Y pasó de todo, con un doblete formidable de Francisco Gonçalves, el récord igualado de Labrado y un desenlace con un distanciamiento peculiar.

Vundu se adjudicó de punta a punta un Gran Premio Estrellas Classic (2000m) con condimentos especiales. Gonçalves, que ya había logrado otro Grupo 1 una hora antes, edificó una escapada memorable con un caballo que afrontaba por primera vez una prueba de estas características. El más feliz fue Nicolás Martín Ferro, entrenador tanto del ganador como del escolta, Intense for Me, que pagó con la derrota por medio pescuezo un encierro durante la primera parte de la recta final. “La regalé. No encontré lugar y arrancó tarde”, llegó a decirle Martín Valle al peón del favorito.

El Gran Premio Estrellas Classic (G1)

El que no perdonó fue Leandrinho, astuto para huir con el puntero y darles la alegría de sus vidas a los bulliciosos socios de la caballeriza Gran Ascochinga. Las “Estrellas” ya estaban en los genes de Vundu: es hijo de Suggestive Boy, que en su campaña de pistas se llevó el Juvenile en 2011 antes de ser llevado a Estados Unidos y que –vaya destino– murió este viernes en Carampangue, la cabaña que lo había repatriado.

El Distaff (G1-1800m) estrenó distancia, reducida en dos cuadras de la original y adaptada a la prueba norteamericana que inspiró su instauración en la Argentina. La yegua Hawaiian Love respondió a la confianza que le tuvo siempre Pablo Sahagian, su entrenador, y a la que le sumó Antonio Bullrich, su propietario, al abonar el “enganche” de 9 millones de pesos para poder inscribirla, por no tener las dos cuotas pagas. Dueña de una campaña notable, con cuatro primeros y cuatro segundos en nueve entregas, el éxito grande llegó en la prueba de mayor recompensa de la serie (46.200.000). “Ya se lo merecía después de tres segundos seguidos en grandes premios”, subrayó el cuidador.

Y con la sociedad menos pensada. Gonçalves se subió por primera vez a la zaina tras una gestión del dueño, que también habló con Pablo Carrizo para explicarle que esta vez iban a buscar otro jockey para ver si cambiaba la suerte. El brasileño no le montaba ningún caballo al Turco desde que le dejó a Irwin en julio del año pasado luego de haberlo ejercitado previo a un clásico que ese caballo igualmente ganó. “Es el mejor jockey, pero esa vez estuvo mal con la actitud. No debió hacer eso, y yo me calenté. A veces hay que bajarse del caballo. Habíamos pensado en Calvente, pero tenía compromiso. Y Tony habló con Gonçalves para que la venga a trabajar”, contextualizó Sahagian, que en medio de la bronca lo había tratado en una nota periodística de “cabeza de termo” cuando se sintió decepcionado. El tiempo sanó las heridas. Y fue con un festejo.

Gran Premio Estrellas Distaff (G1)

Como si fuera la selección argentina, Labrado también tiene ya su tercera “Estrella”. El campeón velocista de las dos últimas temporadas soltó de la gatera más externa (y más cómoda) en el Sprint (G1) y les mostró el camino a sus rivales durante los 1000 metros, que completó con tres cuerpos a su favor sobre El Fruto, que lo marcó de cerca desde temprano. A las órdenes de Wilson Moreyra, su jockey en las 15 presentaciones, llegó a las once victorias, a los seis éxitos en el más alto nivel y se convirtió en el segundo ejemplar en ganar tres cotejos de la serie de la Fundación Equina Argentina (FEAR), como Wally (1995/1996/1997), aunque el primero en lograrlo en dos superficies diferentes.

Gran Premio Estrellas Sprint (G1)

En el Mile (G1-1600m) hubo suspenso y un desenlace increíble. En un cotejo con varios caballos prestándose la punta hasta el derecho, El Eminente pasó a ganar por adentro en plena definición y en los metros finales se abrió, lo que generó una molestia a Folie Ninja, cuyo jinete, Brian Enrique, debió sofrenar para no caerse. En esa acción, Bronx, con Cristian Velázquez, apareció más abierto y le empató el segundo lugar... que finalmente fue el primero porque los jueces, aplicando el reglamento, resolvieron el distanciamiento del conducido por Gonzalo Borda. Así, en forma infrecuente, quedó sentenciada la primera puesta desde la creación de las Carreras de las Estrellas en 1991. “Cine”, podría haber dicho mientras recibía los premios el productor Luis Scalella, dueño y criador de Folie Ninja, que pasó por todas las sensaciones en el final de la película.

El Gran Premio Estrellas Mile (G1)

En tanto, Zootopia le puso su nombre a la versión inaugural del Dirt (1300m), para yeguas. Vestida de especuladora en una prueba de velocidad, en la recta cambió el ritmo para pasar de largo y lograr el mejor triunfo de su campaña con la guía del jinete que está invicto en sus riendas: Brian Enrique, su monta en las dos últimas salidas.

Clásico Estrellas Dirt

La serie había tenido sus primeros cuatro capítulos el viernes, con la fecha destinada a los clásicos para los ejemplares más jóvenes en competencia en nuestro país, la generación nacida en 2021.

Colifato Novo, uno de los tres competidores que llegaba invicto al Juvenile (1600m), apostó a la velocidad que le permitió ganar sus dos primeras carreras en recorridos inferiores para marcar el camino desde la salida. Y en la recta final le agregó la dosis de coraje necesaria para contener todos los avances, en un desenlace con cinco potrillos separados por apenas medio cuerpo. Por medio pescuezo, el zaino criado en La Pampa y entrenado en San Luis que, compite con muserola y pescuecera, resistió adelante y le permitió celebrar su primer éxito de Grupo 1 al jockey Joaquín Cano, que también es su cuidador y se dejó ganar por la emoción hasta el llanto, y al stud El Ranquel. El jinete le hablaba a su conducido para que mantuviera el ritmo durante la curva y utilizó el primer tramo del derecho para espiar dónde venían sus rivales.

El Gran Premio Estrellas Juvenile (G1)

El potrillo logró una Estrella que hace 10 años había conseguido su padre, Lenovo, aunque en la versión Sprint. Aquella misma tarde había sido la que venció Quita Nistel en el Juvenile Fillies (G1-1600m), una prueba que esta vez obtuvo su hija Quita Rim, que en su primera experiencia en un cotejo sobre césped aceleró desde la mitad del lote frente a las tribunas para pasar de largo y postergar a las dos ganadoras selectivas que tenía el lote, Maggie Go y Ooty. El ejemplar con preparación puntana y la reservada del haras Firmamento que montó por primera vez William Pereyra tienen más puntos en común: sus madres crecieron en esa cabaña marplatense y son nietos maternos de Van Nistelrooy, el caballo norteamericano bautizado en honor al exgoleador neerlandés que pasó por Manchester United y Real Madrid, entre otros clubes, y jugó el Mundial de Alemania 2006.

El Gran Premio Estrellas Juvenile Fillies (G1)

Amor del Bueno quedó último a poco de partir en el Junior Sprint (G3), una cita de velocidad en la que remontar desde el fondo suele ser poco probable, sobre todo en lotes numerosos. Pero el alazán carablanca lo hizo. Se fue acomodando, buscó hacia afuera y le agregó garra a su recuperación cuando tuvo que pelear por el triunfo con el que se quedó por medio pescuezo sobre la potranca Enjoy Dancing. Preparado por la familia Baglietto en la localidad bonaerense de 9 de Julio, el potrillo le dio la primera alegría en el historial de la serie de la FEAR a su jockey, Brian Enrique, que cerraría el fin de semana con tres, y a la caballeriza, Stud Santo Domingo.

Clásico Estrellas Junior Sprint (G3)

Y en la primera versión del Estrellas Dirt Junior (1300m), el clásico que le devolvió presencia en la jornada grande a los productos del interior del país, el festejo fue cordobés, a través de Apple of my Eye, que se presentó oficialmente con una conquista holgada, como había sucedido tres semanas atrás en Río Cuarto. Ganador del cuarto clasificatorio de la Copa Grandes Promesas en ese hipódromo, revalidó de manera computable la buena impresión causada aquella tarde el representante del stud El Kaiser, confiado también a un jinete surgido de aquella provincia, el bellvillense Iván Monasterolo.

Clásico Estrellas Dirt Junior