Brasil: pequeñas historias de un fútbol sociedad anónima

John Textor, el empresario titular de la SAD que conduce al popular Botafogo
John Textor, el empresario titular de la SAD que conduce al popular Botafogo - Créditos: @Sebastián Domenech

La historia estalló en el estadio Nilton Santos, en Río de Janeiro. Botafogo había liderado 31 de las 38 fechas del Brasileirao. Llegó a sacar 13 puntos de ventaja. Ese día, 2 de noviembre de 2023, le ganaba por 3-0 al escolta Palmeiras. El título ya era suyo. Pero perdió 4-3 en el minuto 99. John Textor, presidente estadounidense de la Sociedad Anónima de Fútbol (SAF) de Botafogo, invadió la cancha. Clamó arbitraje “corrupto”. Fue suspendido por 45 días, más una multa de 100.000 reales.

La escena se traslada ahora al Senado brasileño. Martes 22 de abril pasado. Textor sube la apuesta. Acusa a cinco jugadores de San Pablo de haber ido a menos en la goleada por 5-0 ante Palmeiras (fecha 29 del campeonato). “Siete mostraron desviaciones anormales”, dice, “pero solo cinco excedieron los límites que hacen que la manipulación sea clara y convincente”. Igual que otros cuatro jugadores de Fortaleza seis fechas después, en la goleada 4-0 de Palmeiras. ¿La prueba? “Un estudio de Inteligencia Artificial (IA)”. Textual. Textor apuntó contra la CBF y pidió “limpiar la corrupción” del fútbol brasileño.

Con “capa de buen tipo, bandera de modernidad y moral de sheriff, Textor señaló los pecados del Tercer Mundo”. Así comenzó un duro informe que el muy buen periodista Lucio de Castro escribió en agosto pasado en ICL Noticias. Quiebras, documentos y vínculos sospechosos que, dice De Castro, enriquecieron a Textor y, entre otros negocios, le permitieron comprar no solo a Botafogo, sino también a Olympique Lyon, Crystal Palace y al belga Molenbeek, a través del sello “Eagle Football Holdings”.

Textor anunció una demanda judicial, “acusó” a De Castro de ser “hincha de Flamengo” y habló de “fuerzas oscuras” y “campaña de desprestigio” por su “cruzada pública” contra la “corrupción” del fútbol de Brasil y por liderar “la modernización” a través de los Clubes SAF. Discursos, reales o forzados, que también comenzamos a escuchar por aquí. Leila Pereira, presidenta de Palmeiras, lo trató de “desequilibrado”. Un fiscal deportivo pidió seis años de suspensión para Textor y una multa de dos millones de reales (casi 367.000 dólares).

Botafogo, con Thiago Almada como fichaje estrella, lidera otra vez el Brasileirao a tres puntos de Palmeiras, al que eliminó en los octavos de final de la Copa Libertadores, en una definición dramática, auxiliado por el VAR (esta vez, sin protestas de Textor, claro). Esta noche, comienza a jugar su boleto a semifinales en duelo ante San Pablo. Son brasileños cinco de los ocho equipos de los cuartos de final de la Libertadores. Brasil puede ganar su sexta Copa seguida. La selección verdeamarilla, es cierto, está perdida. Y su CBF es débil. Pero la Liga brasileña es juego, espectáculo y negocio. Movió 180 millones de dólares en su última ventana de trasferencias. Y, a partir de 2025, prevé más millones de la TV. Se vende como “la Premier League de Sudamérica”.

John Textor, empresario digital estadounidense y presidente de la SAF de Botafogo
John Textor, empresario digital estadounidense y presidente de la SAF de Botafogo - Créditos: @Laurent Cipriani

Siete de los veinte equipos del Brasileirao son SAF, gracias a una Ley impulsada en 2021 por el ex presidente Jair Bolsonaro. Por ahora, según el especialista Amir Somoggi, pierden dinero. Uno (Vasco da Gama) entró en crisis tras la salida de 777 Partners, acusada de fraude en Nueva York (en dos años de SAF, informó Globo, Vasco fichó 44 jugadores por unos 50 millones de dólares). El gobierno de Lula anuncia mayores controles. Y nuevas medidas para frenar también la “pandemia” de las apuestas, responsables además en casos comprobados de corrupción deportiva. El fútbol de Brasil sufre además un calendario masacrante y la partida de sus mejores cracks, un éxodo que, contra lo que muchos dicen, tampoco se frena con las SAF.

A cambio, arriban estrellas en posible ocaso, como Memphis Depay, 30 años, segundo máximo goleador de la selección de Países Bajos. Desesperado por el descenso, Corinthians le pagará cerca de 13 millones de dólares en 28 meses, extraño para un club que debe más de 400 millones de dólares y tiene bajo crisis a su casa de apuestas patrocinadora (“Esportes da Sorte”), con su dueño arrestado y acusado de vínculos con el crimen organizado y lavado de dinero. No hay Ligas ideales.

La excéntrica llegada del neerlandés Memphis Depay en helicóptero al Corinthians de Ramón Díaz, que lucha por no descender
La excéntrica llegada del neerlandés Memphis Depay en helicóptero al Corinthians de Ramón Díaz, que lucha por no descender - Créditos: @X

La economía de Brasil, según especialistas, quintuplica la de Argentina. Y su Liga de veinte equipos, ruedas de ida y vuelta, 38 fechas y cuatro descensos, es un show claramente más comercializable que nuestro campeonato maltratado, como bien dice Andrés Fassi, presidente de Talleres. Es cierto, hay riesgo de burbuja en el boom de la pelota globalizada. Allí amagó subirse el rey Flamengo, número uno en Brasil.

A diferencia de los argentinos -un detalle no menor-, los clubes brasileños tienen menos poder de pertenencia e identidad barrial. No obstante, el Concejo Deliberante de Flamengo reformó hace una semana el Estatuto para obstaculizar una posible SAF (272 votos contra solo 2). Es un fútbol que todavía resiste a cierta modernidad dorada. Hasta Zico pasará, llegó a decir días atrás el presidente Rodolfo Landim, que amaba un Flamengo SAF. Zico, máximo ídolo en la historia del club, le respondió con una fotografía rodeado de pibes con sueños de crack. Y un texto que decía que por suerte está la historia. Y que no hay modo de “mentirle a los niños”.